‘Alma de Cántaro’: así es la nueva exposición sobre cerámica de La Mancha en la Casa de Cervantes

El Museo Casa Natal de Cervantes (Alcalá de Henares) presenta la exposición Alma de cántaro. Cacharrería y oficios alfareros desde tiempos de Cervantes, un proyecto que nos acerca al ámbito de la cerámica manchega, una artesanía de gran raigambre que sin duda formó parte de las vidas de las gentes del Siglo de Oro y bien pudo formar parte del hogar de los Cervantes.
El universo creado por Miguel de Cervantes es tan amplio que sus obras nos ayudan a conocer muchos de los mundos que rodearon al genio. La cerámica, como componente indispensable del ámbito doméstico y laboral del Siglo de Oro, integra uno de ellos, y esta exposición, comisariada por Leopoldo Casero Perona, muestra la diversidad de utilidades que ocupaban estos objetos en cocinas, patios, alcobas y corrales de la época, y que se puede ver en el espacio de Alcalá de Henares.
La Mancha, sus paisajes, sus pueblos, sus gentes, sus oficios y la propia idiosincrasia manchega sirvieron de inspiración al escritor alcalaíno.
En torno al oficio de cantarero se conformó toda una forma de vida, un poso cultural y una estética muy definida, de gran valor social y humano, sustentado en las mujeres cantareras, que llevaban a cabo el modelado de las piezas de forma exclusiva con utensilios y técnicas rudimentarias en un torno bajo denominado rodillo, características que evocan un origen ancestral o primitivo.
El proceso de extracción de la arcilla, el amasado realizado por niños, la cocción en hornos colectivos y el sistema de venta directa en los mercados de la zona centro-sur de la península son también puntos interesantes dentro de la actividad del barrio que lo hacen único.
Cántaros, tinajas, coladores, lebrillos, arcaduces, tiestos y otros objetos formaron parte de esa cacharrería cotidiana, y evidencian una línea de conexión de más de 400 años con el mundo que habitó Cervantes.
En muchas ocasiones, aparecen documentados en fotografías de artistas de primera línea como Catalá Roca, Muller, Wunderlich, Pando o Ramón Masats, a través sus viajes por La Mancha, donde buscaban los lugares que pudieron servir de inspiración a don Miguel para escribir su novela más universal.