Manuel de la Peña, cardiólogo: «Vamos a llegar a los 130 años de vida»
Algunos divulgadores, científicos y médicos como Aubrey de Grey, David Sinclair o George Churche hablan de crecimiento exponencial de la esperanza de vida e incluso de amortalidad. El cardiólogo Manuel de la Peña, presidente del Instituto Europeo de Salud y Bienestar Social, asegura que «vamos a llegar a los 130 años de vida», pero no sólo viviremos más, sino que lo haremos mejor porque se va a mejorar la calidad de vida.
Esta afirmación la hace en base a los avances que se están logrando en los últimos años. Podemos recordar una investigación publicada el año pasado en la revista Royal Society Open Science que sugería que, en base a los datos disponibles, los humanos podemos vivir mucho más allá de 130 años. «Una sólida comprensión empírica de la mortalidad humana en edades extremas es importante como base para la investigación destinada a encontrar una cura para el envejecimiento», escribieron los investigadores.
Lo cierto es que, si miramos los datos de los dos últimos siglos, en 1900 vivíamos hasta los treinta años, mientras que ahora hay 700.000 centenarios en el mundo. Sólo en España, tenemos 15.000 personas que han pasado de los 100 años. Hoy, la esperanza de vida en España es de 83,1 años (85,8 años para las mujeres y de 80,2 años para los hombres).
Aunque aún se ven lejanos los 130, Manuel de la Peña los ve cerca. Eso sí, para alcanzar esta edad, debemos ser disciplinados, llevar una vida sana, tener horarios regulares, alimentación saludable y cuidar síntomas y dolencias que deben preocuparnos como la hipertensión arterial porque envejece, el colesterol alto porque provoca arteriosclerosis precoz o el estrés crónico porque influye mucho en el estrés oxidativo y en la función mitocondrial.
Asegura Manuel de la Peña que el declive empieza cuando cae el sistema hormonal. Una posibilidad para contrarrestar esa obsolescencia son los implantes subcutáneos y el cloto. Otros tratamientos que al parecer tienen un gran poder antiaging, pero que no están permitidos para esa finalidad sonlas terapias de células madre y las transfusiones de sangre de una persona joven. Ambos están dando grandes resultados para tratar determinadas patologías.
La transfusión de sangre se probó en un laboratorio con ratones viejos. El estudio fue publicado en 2014 en Nature Medicine, dirigido por Saul Villeda (de la Universidad de California) y Tony Wyss-Coray (de la Universidad de Stanford), continuaba el trabajo de investigaciones anteriores que sugerían que la sangre joven podía estimular el crecimiento de células madre cerebrales y neuronas. En ese estudio se unieron los sistemas circulatorios de ratones viejos (dieciocho meses de edad) y jóvenes (tres meses) a través de parabiosis y observaron que los ratones ancianos producían proteínas asociadas a la neuroplasticidad al recibir la sangre de los jóvenes.
Pero hay más cosas que afectan a nuestra esperanza de vida. Un estudio realizado en 1960 por un equipo de investigadores del Centro Médico de la Universidad de Rochester en Nueva York, el Instituto Americano de Investigación en Washington DC y la Universidad de Illinois, Champaign-Urbana, concluyó que los rasgos de personalidad de un individuo en la adolescencia pueden ayudar a predecir su longevidad.