La Luna tuvo actividad volcánica más reciente de lo que se pensaba

China logró una hazaña histórica cuando su módulo de aterrizaje Chang´e-5 aterrizó en la Luna el 1 de diciembre del año 2020. El objetivo de su misión era obtener muestras de una región del satélite que se cree contiene lava solidificada joven, una indicación de vulcanismo relativamente reciente.

El Océano de las Tormentas

La nave recogió muestras de la superficie lunar en el área del Oceanus Procellarum, que en latín significa Océano de las Tormentas, y despegó a los dos días para encontrarse con su nave nodriza en órbita lunar, que voló de regreso a la Tierra. La cápsula aterrizó en la región china de Mongolia Interior el día 16 de diciembre.

Los científicos ya tenían evidencia de erupciones volcánicas en la Luna, que se remontan a más de 4.000 millones de años, y la mayoría ocurrió entre 3.800 y 3.000 millones de años atrás.

Pero ninguna misión había aterrizado en un área tan joven como Oceanus Procelarum, una región que se extiende por 2.500 kilómetros de norte a sur.

Conteo de cráteres determina edad aproximada

Al igual que en la Tierra, el vulcanismo lunar ocurre cuando el magma es empujado hacia la superficie y entra en erupción, dejando “mares” de roca basáltica en la superficie. En Oceanus Procellarum, se cree que unos 2.000 kilómetros cúbicos de magma basáltica ha sido arrojada hasta la superficie.

El módulo de aterrizaje Chang´e-5 utilizó una cuchara y un taladro para recolectar las muestras, que ahora se pudo comprobar que son roca basáltica. Su edad fue determinada por datación radiactiva.

La importancia de los datos de los descubrimientos

Los hallazgos proporcionan datos vitales sobre la historia no solo de la Luna, sino también del Sistema Solar en general. Al conocer la edad exacta de Oceanus Procellarum, y hacer coincidir eso con el número de sus cráteres, los científicos pueden inferir que las ubicaciones en otros mundos, como Marte, con un número similar de cráteres son de una edad comparable.

El conteo de cráteres hasta ahora se ha basado casi por completo en la datación de muestras lunares recolectadas por las misiones Apolo, dejando una gran brecha en la línea de tiempo entre 1 y 3 mil millones de años atrás.

Ian Crawford, científico planetario de Birkbeck, Universidad de la ciudad de Londres, insiste en que es absolutamente esencial obtener más puntos de datos, para ofrecer conclusiones ciertas y responsables.

Según Crawford, gracias al conteo de cráteres, se ha confirmado que solo algunas regiones parecen tener solo unas decenas o centenas de millones de años. Esto plantea el enigma de si la Luna estuvo volcánicamente activa hasta hace unos 50 millones de años, lo que parece altamente improbable.

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