Paleontología

Hallazgo colosal: descubren un fósil de 444 millones de años que tiene los músculos e intestinos intactos

Fósil de 444 millones de años, Paleontología
Ilustración de un paleontólogo trabajando. Foto: Ilustración propia.

Un fósil encontrado en una cantera del sur de África despertó todo un revuelo en el ámbito de la paleontología. Aparentemente insignificante y sin señales externas reconocibles, este fósil de 444 millones de años de un organismo marino revela una conservación poco común. Un equipo de científicos logró reconstruir sus estructuras internas con un nivel de detalle asombroso.

Esto condujo directamente a nociones clave sobre la evolución temprana de los artrópodos. La investigación, publicada en 2025, combina datos fósiles, química sedimentaria y una historia personal de más de dos décadas.

¿Cómo descubrieron a este fósil de 444 millones de años con sus músculos intactos?

La paleontología documentó una vasta cantidad de fósiles a lo largo de los siglos, pero son pocos los casos en los que se preservan tejidos blandos. En ese contexto, los hallazgos de especímenes antiguos con músculos o sistemas digestivos intactos resultan sumamente raros.

En un yacimiento sudafricano conocido por sus propiedades geológicas particulares, un fósil de 444 millones de años ha salido a la luz mostrando justo eso: músculos, tendones e intestinos perfectamente fosilizados.

El ejemplar fue encontrado en la formación Soom Shale, situada a unos 400 kilómetros de Ciudad del Cabo, Sudáfrica. Se trata de un depósito de lutitas marinas del periodo Ordovícico. Esta formación es conocida por ofrecer condiciones poco habituales que impiden la descomposición biológica tradicional.

La criatura, clasificada como Keurbos susanae, podría brindar una visión singular sobre cómo era la vida durante el periodo Ordovícico y qué factores pudieron influir en la fosilización excepcional de estructuras tan efímeras como el tejido blando.

La criatura fue bautizada por la paleontóloga Sarah Gabbott, quien la descubrió hace más de dos décadas en una cantera de las montañas Cederberg. La publicación del estudio, realizada en 2025, fue impulsada por una razón personal: rendir homenaje a su madre.

Según explicó Gabbott, su madre le pidió en tono irónico que la nombrase antes de convertirse ella misma en fósil. Así nació Keurbos susanae, un nombre que combina el lugar del hallazgo con el nombre de pila de su madre. El artículo fue publicado en Papers in Palaeontology, y constituye tanto un estudio riguroso como un testimonio del compromiso personal con la ciencia.

¿Cuáles son las características de este fósil de 444 millones de años?

Estas son algunas características clave del hallazgo y la fotografía del fósil en cuestión:

Fósil de 444 millones de años, Paleontología
Fotografía y esquema del ejemplar de Keurbos susanae. Foto: Papers in Palaeontology.

  • Se trata de un organismo sin partes externas visibles: no hay caparazón, cabeza ni extremidades.
  • El cuerpo está «del revés», lo que deja al descubierto tejidos internos como músculos, tendones e intestinos.
  • No hay signos del exoesqueleto habitual en los artrópodos.
  • Esta inversión en la conservación rompe con la lógica predominante en el registro fósil: normalmente se conservan las partes duras, mientras que lo blando se pierde rápidamente. En este caso, ocurre justo lo contrario.

¿Cómo se conservaron los músculos e intestinos de estos fósiles?

Los científicos atribuyen esta preservación excepcional a la combinación de agua anóxica y altas concentraciones de sulfuro de hidrógeno, un compuesto tóxico que elimina la presencia de bacterias descomponedoras.

A esto se suma la intervención de minerales como arcillas y fosfatos de calcio, que pudieron encapsular los tejidos blandos antes de su degradación.

Durante el Ordovícico, el planeta experimentó una importante glaciación que causó la desaparición del 85% de las especies marinas. Esta glaciación pudo haber favorecido la creación de ambientes marinos cerrados y estériles donde ciertos cadáveres, como el de Keurbos susanae, se conservaron sin ser alterados por procesos biológicos.

Elementos químicos identificados en la fosilización:

  • Carbono: preservación orgánica original
  • Calcio y fósforo: responsables de la mineralización de los tejidos
  • Silicatos: aportados por las arcillas del sedimento

Estos factores se analizaron mediante técnicas como μXRF y EDX, que permiten mapear la distribución de los elementos a nivel microscópico.

¿Cómo se clasifican estos fósiles y cuáles fueron las limitaciones?

Aunque se identificó al fósil como un euartrópodo marino primitivo, su clasificación exacta sigue sin resolverse. La falta de elementos como extremidades o cabeza impide compararlo con especies conocidas. Su tronco segmentado indica la posible existencia de apéndices, pero no hay forma directa de saber si eran patas, aletas u otro tipo de estructura.

Por otra parte, el ejemplar presenta otras limitaciones a considerar:

  • No se ha hallado ningún otro fósil similar en más de 25 años de búsqueda.
  • El yacimiento original ya no es accesible.
  • El número total de ejemplares encontrados: dos.

Esto restringe considerablemente el estudio evolutivo de la especie y complica cualquier intento de ubicarla en el árbol filogenético de los artrópodos.

Implicaciones para la investigación paleontológica

El descubrimiento del fósil de 444 millones de años plantea nuevas hipótesis sobre los procesos de fosilización y sobre la evolución de los primeros artrópodos.

La ausencia de partes duras en el fósil sugiere que muchas otras especies primitivas pudieron pasar desapercibidas en el registro fósil tradicional, que prioriza esqueletos y caparazones.

A modo de conclusión, estas son algunas preguntas que despierta el hallazgo:

  • ¿Cuántas especies sin partes duras quedaron fuera del registro fósil?
  • ¿Podría haber otros depósitos con condiciones similares aún no explorados?
  • ¿Es necesario replantear los criterios de búsqueda de fósiles?

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