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La vida en el fondo del océano: ecosistemas extremófilos

Fondo del mar
La vida en el fondo del océano.
Francisco María
  • Francisco María
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Los ecosistemas extremófilos están compuestos por organismos que prosperan en condiciones extremadamente hostiles. Algunos ejemplos de ambientes extremófilos son el fondo marino profundo, las regiones polares, los desiertos y las aguas ácidas como las del Río Tinto.

El fondo del océano es uno de los entornos más extremos del planeta. Tiene una presión abrumadora, temperaturas brutales y una oscuridad absoluta. La adaptación de los extremófilos a estas condiciones adversas los convierte en candidatos ideales para redefinir el concepto de vida, dentro y fuera del planeta.

Organismos extremófilosPraderas marinas

Los organismos extremófilos son capaces de sobrevivir en donde la mayoría de los seres vivos no podrían hacerlo. Su descubrimiento puso en tela de juicio la idea de que ciertos entornos eran inhabitables. De acuerdo con el ambiente en donde prosperan, se clasifican de la siguiente manera:

  • Termófilos: Altas temperaturas (>65°C).
  • Psicrófilos: Ambientes fríos (-24.4°C a 5°C).
  • Alcalófilos: Ambientes con pH superior a 9.
  • Acidófilos: Ambientes ácidos (pH cercano a 0).
  • Xerófilos: Resistencia a la falta de agua.
  • Metalófilos: Ambientes con alta concentración de metales pesados.
  • Halófitos: Alta tolerancia a la salinidad.
  • Piezófilos (barófilos): Altas presiones (5,000-10,000 metros bajo el agua).
  • Poliextremófilos: Soportan múltiples condiciones extremas.

En el fondo del mar hay una gran cantidad de bacterias que viven en entornos extremos. También hay hongos y otros organismos unicelulares.

Ecosistemas extremófilos en el océano

El fondo del océano es un ambiente totalmente inhóspito. Según los estudios disponibles hasta el momento, los extremófilos viven principalmente en las chimeneas hidrotermales. Estas son fisuras en el lecho marino que liberan agua rica en minerales a elevadísimas temperaturas.

Las arqueas y bacterias que habitan en las chimeneas hidrotermales del fondo del mar realizan quimiosíntesis en lugar de fotosíntesis para generar energía. Convierten compuestos químicos, como el sulfuro de hidrógeno, en materia orgánica, dando sustento así una compleja red trófica.

También hay extremófilos en otros entornos extremos del fondo del mar, como los sedimentos anóxicos y las filtraciones frías. Es allí donde estos organismos revelan su impresionante capacidad de adaptación a condiciones adversas.

Grandes aportes

Los extremófilos tienen una función ecológica vital en el reciclaje de nutrientes esenciales, como el carbono, el fósforo y el nitrógeno, dentro de los ecosistemas oceánicos. En las chimeneas hidrotermales, por ejemplo, las bacterias quimiosintéticas establecen simbiosis con otros organismos, como los gusanos tubícolas gigantes y los mejillones. Así forman la base de una cadena alimenticia compleja.

Los hongos extremófilos no solo desempeñan un papel fundamental en los ecosistemas del fondo oceánico, sino que también tienen aplicaciones prácticas en la superficie.

La capacidad de los hongos extremófilos para crear micorrizas, o relaciones simbióticas con las raíces de las plantas, es vital en suelos empobrecidos. Estas asociaciones aportan humedad y nutrientes a las plantas, al tiempo que protegen las raíces contra patógenos.

Un equipo de investigadores de la Universidad de Jaén ha estudiado el uso de los extremófilos como potencial fuente de probióticos para plantas en la agricultura. Estos hongos pueden mejorar la resiliencia de los cultivos frente a sequías, suelos pobres en nutrientes y temperaturas extremas.Curiosidades del fondo del mar

Magníficas perspectivas

El conocimiento sobre los extremófilos ha dado lugar a una amplia variedad de aplicaciones prácticas. En la agricultura, como ya vimos, tienen gran capacidad para actuar como biofertilizantes, ayudando a los cultivos a soportar condiciones adversas. Así mismo, los hongos extremófilos también pueden evitar que los productos hortofrutícolas se deterioren durante el transporte en la postcosecha.

Además de su uso agrícola, los extremófilos se han empleado en la biotecnología para la producción de enzimas industriales y la búsqueda de compuestos bioactivos con potencial farmacéutico. También dan pistas valiosas para la eventual colonización de otros planetas con condiciones extremas, como Marte.

Se debe tomar en cuenta que si los extremófilos no se manejan adecuadamente, pueden llegar a actuar como patógenos para los mismos cultivos que se busca proteger. De igual manera, la exploración del fondo marino en profundidad requiere inversiones enormes y tecnología de punta.

Respiraderos hidrotermales

Los respiraderos hidrotermales son fisuras en la corteza terrestre que permiten que el agua caliente y rica en minerales salga desde el interior del planeta al océano. En estos lugares, se producen reacciones químicas que crean un entorno propicio para la vida. Bacterias quimiosintéticas, que obtienen energía de compuestos químicos en lugar de la luz solar, son la base de la cadena alimentaria en estos ecosistemas. Estas bacterias son consumidas por organismos más grandes, como los mejillones, los cangrejos y los peces, formando un ecosistema vibrante y complejo.

Ecosistemas de hielo

Otro ecosistema extremófilo se encuentra en las capas de hielo de la Antártida y el Ártico. Aquí, los organismos han desarrollado estrategias únicas para sobrevivir en un ambiente helado. Algunas especies de algas y bacterias pueden vivir en el hielo mismo, realizando fotosíntesis en condiciones de luz extremadamente baja. Estos organismos son esenciales para el ciclo de nutrientes en el ecosistema marino, proporcionando alimento a diversas formas de vida.

Importancia de la biodiversidad extrema

La biodiversidad en el fondo del océano no solo es fascinante, sino que también tiene implicaciones importantes para la ciencia y la medicina. Muchos de los compuestos bioquímicos que producen estos extremófilos tienen el potencial de ser utilizados en biotecnología, farmacología y otras aplicaciones industriales. Además, estudiar estos ecosistemas puede ofrecer pistas sobre cómo la vida podría existir en otros planetas, donde las condiciones pueden ser igualmente extremas.

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