Tras dos semanas de violencia

Barcelona, ciudad sin ley: Colau rechaza más antidisturbios y el Govern no pedirá ayuda a la Policía

Barcelona disturbios
El conseller de Interior, Miquel Samper, y la alcaldesa de Barcelona, Ada Colau. Foto: EFE
Joan Guirado

La alcaldesa de Barcelona, Ada Colau, no va a poner a patrullar por las calles de Barcelona a más agentes de la unidad de antidisturbios de la Guardia Urbana. Es lo que le ha transmitido este lunes al conseller de Interior, Miquel Sámper, tras la reunión que ambos dirigentes políticos han mantenido en Barcelona junto a los consellers Pere Aragonès y Meritxell Budó, el concejal de Seguridad Albert Batlle y los dos máximos responsables operativos de los Mossos y la Guardia Urbana. El único acuerdo alcanzado entre las dos administraciones es el de rechazar cualquier tipo de ayuda de la Policía Nacional para detener los disturbios.

El responsable de la Conslleria de Interior ha trasladado a Colau la necesidad de contar con un mayor apoyo de la Policía Local, que tiene más de un centenar de efectivos en plantilla, para actuar en estas protestas violentas. Una petición a la que la alcaldesa se ha negado en rotundo, seis años después de prometer disolver los antidisturbios de la Guardia Urbana. Colau no quiere ponerse en contra a los dirigentes de su partido hermano, Podemos, por lo que no dará órdenes a su cuerpo policial para aumentar la presencia en las calles. En las últimas semanas la participación de la Urbana en los dispositivos ha sido prácticamente testimonial.

Los sindicatos policiales aseguran que no es suficiente los alrededor de 200 agentes antidisturbios que a diario salen a las calles de Barcelona para controlar una manifestación de más de 10.000 personas con perfiles tan violentos. Denuncian que se sienten desprotegidos ante la furibunda reacción de los protestantes que «tienen a los policías como principal objetivo». Reivindican que «se trata de una decisión política acabar con estas protestas y todo lo que supone a nivel social» y que esa decisión pasa por «ampliar el número de antidisturbios que dan servicio en cada manifestación».

La alcaldesa de Barcelona ha expresado desde la óptica podemita su preocupación por la situación que vive la Ciudad Condal en las últimas semanas. Según fuentes presentes en el encuentro, Colau ha lamentado la radicalización y violencia de algunos de los manifestantes, pero también la de algunos policías que han tenido que actuar. Y ha criticado, según las mismas fuentes, el hecho de que una joven perdiese un ojo como consecuencia del impacto de una bola de foam que habría disparado un efectivo de los Mossos d’Esquadra durante la primera jornada de manifestaciones.

Rechazo a la Policía

Ni Ada Colau ni Miquel Sámper quieren que la Policía Nacional se involucre en el cese de la violencia en las calles de Barcelona. Es uno de los pocos acuerdos que han alcanzado durante la reunión de este lunes los representantes del ayuntamiento y la Generalitat. Fuentes del Govern apuntan que «si no ha sido necesario hasta ahora esperamos que no lo sea». Desde la conselleria señalan que «el momento álgido de la violencia ya ha pasado» pese a que fue este sábado, en la última gran protesta, cuando se vivieron las escenas más radicales con el intento de homicidio de un agente.

Desde la Generalitat de Cataluña creen que «las manifestaciones continuarán, pero esperamos que la violencia no lo haga». Es el argumento que esgrimen desde las instituciones catalanas para descartar pedir, al Ministerio del Interior, el apoyo de la Unidad de Intervención Policial (UIP) del Cuerpo Nacional de Policía. Los agentes estatales, algunos des los cuales procedentes de otras comunidades autónomas, tuvieron que participar en los dispositivos durante las protestas por la condena de los políticos del anterior Govern.

Perfiles antianarquistas

El perfil de los manifestantes que en las últimas semanas han hecho arder Barcelona y han plantado cara a los policías es cada vez más violento y radical. Según un informe que ha presentado el Major Josep Lluís Trapero, durante el encuentro de este lunes, se trata de grupos organizados que proceden de diferentes países de Europa y que se organizan a través del movimiento antianarquista. De hecho en las últimas horas agentes de los Mossos se han personado en varias naves y casas ocupadas en la comarca del Maresme para proceder a la identificación y detención de varias personas relacionadas con los disturbios del pasado sábado.

La única persona detenida, por el momento, con el intento de homicidio de un agente de la Guardia Urbana, al intentar quemar un furgón antidisturbios con el funcionario en su interior, da la casualidad que es de nacionalidad italiana. La chica, que fue arrestada la misma noche del sábado por efectivos de los Mossos, tiene su residencia fijada fuera del país. A la espera de que avance la investigación la policía cree que esta mujer, como tantos otros radicales que han participado en las protestas, forma parte de alguno de los grupúsculos que se mueven por toda la Unión Europea con el único aliciente de provocar disturbios y poner en jaque a las fuerzas de seguridad.

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