Psicología

Los trucos más efectivos para evitar las rabietas de los niños

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Pautas fáciles de aplicar que evitarán que los niños tengan rabietas.
Blanca Espada

Enfrentarse al enfado de los niños puede ser difícil si bien puede que estén pasando por una fase en la que todo lo resuelven con gritos, con pataletas o las temidas rabietas. Por ello, tenemos que armarnos de paciencia y aplicar los trucos que os ofrecemos a continuación, que son los más efectivos para evitar las rabietas de los niños.

Los trucos más efectivos para evitar las rabietas de los niños

Las llamadas «rabietas» o lo que padres y madres entienden por «ataques de ira llenos de gritos y llantos», no son más que el medio por el cual los pequeños expresan su malestar. Por ello, al tratar de comprender las razones detrás de uno de estos ataques y ayudar al niño a expresar sus sentimientos, los padres podrán prevenir esos enfados que no solo os molestan y enfadan como progenitores sino que además no son nada recomendables para la estabilidad emocional del niño o niña.

Al margen del entendimiento y de la comprensión hacia los niños, podemos también aplicar una  serie de trucos que van a servir para lidiar con cualquiera de las rabietas que tenga tu hijo o hija o de hecho, evitar que se produzcan.

  • Una reacción a cada acción. Si un niño no tiene intención de hacer nada (ordenar la habitación, hacer los deberes o lavarse) la mejor manera de convencerlo no es con amenazas, que generan enojo, sino explicándole las consecuencias de sus acciones. Esto ayuda a desarrollar un sentido de responsabilidad y evitar la frustración.
  • Baja el volumen. En lugar de gritar para que se haga algo, o gritar cuando el niño o niña ya esté en mitad de una rabieta, los padres deberían intentar pedir las cosas en un tono normal. Esto arrastra al niño a una dimensión diferente, lo que ayuda a romper la escalada de ira.
  • Explica las reglas. La vida diaria, incluso la de los niños, está formada por reglas. Para ayudarles a aceptarlas estas reglas deben ser imprescindibles pero sobre todo hay que explicarlas. Utilizando un lenguaje sencillo y proporcionado a su edad, es necesario hacerles comprender su importancia y demostrarles que de nada vale enfadarse o enrabietarse cuando no las quieran cumplir.
  • Date tiempo. A menudo, la vida agitada obliga a las familias a ritmos cada vez más estrictos. Sin embargo, los niños no están familiarizados con el concepto de tiempo. Para ayudarlos hay que materializarlo, quizás con un reloj de arena o un cronómetro.
  • Expresa tus emociones. Los momentos en los que un padre o madre pierde el control suelen ir acompañados de sentimientos de culpa. Estos deben transformarse y expresarse. Hablar de los propios sentimientos favorece la empatía porque crea una comunión de sentimientos entre adultos y niños.

Los niños seguirán teniendo sus pequeñas o grandes crisis pero al intentar aplicar estos pequeños trucos será posible no dejarse arrastrar al torbellino de las emociones guiándolos hacia la expresión serena de sus sentimientos.

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