Piel atópica en bebés: qué es y cómo tratar
La piel atópica en bebés es una condición de la piel en la que esta tiende a deshidratarse fácilmente presentando picazón.
La piel atópica es un fenómeno muy frecuente en los niños en los bebés, que se manifiesta con rojeces, deshidratación e irritación que alteran la función defensiva natural de la piel. Una anomalía de la piel que puede llegar a desaparecer cuando el niño crece y que por suerte, tiene tratamiento. Veamos entonces con más detalle cuáles son sus causas y cómo tratar de forma adecuada.
Piel atópica en bebés: qué es y cómo tratar
La piel normal es una barrera protectora eficaz que es capaz de mantenerse bien hidratada y así protegerse a sí misma y al organismo de infecciones y agentes irritantes o alergénicos.
Por otro lado, la piel conocida como “atópica” es un tipo de piel particularmente sensible y vulnerable , que tiende a deshidratarse y perder su función de barrera natural frente a virus, bacterias, alérgenos y otros irritantes.
Tener este tipo de piel se corresponde clínicamente a sufrir de dermatitis atópica que es una afección común en los bebés recién nacido y de pocos meses y que suele causa un gran malestar y molestia al niño.
Síntomas de la piel atópica
En formas más leves, la piel aparece sólo especialmente «sensible» : se enrojece fácilmente cuando se lava, o con el frío y el viento, o si se frota o cuando entra en contacto con lana o irritantes (como detergentes, productos químicos, perfumes).
En las formas más graves, la piel no solo está enrojecida sino que además se presenta con mucha comezón . Si se rasca, la piel parece húmeda y herida, lo que eventualmente da lugar a costras . Además, la piel en su conjunto está constantemente seca, dando pie a que se formen placas de piel engrosada (xerosis) debido al rascado.
En el bebé de pocos meses, las mejillas se ven afectadas; luego, con el tiempo, la dermatitis atópica afecta la parte interna de los codos, las muñecas y la parte posterior de las rodillas y, a menudo, en los niños que gatean también la sufren en los antebrazos y la parte inferior de las piernas. En ocasiones, también pueden verse afectados el cuello, los tobillos y los pies.
¿Qué se puede hacer para ayudar a un bebé con piel atópica?
Para las pieles atópicas, sea cual sea su intensidad, no existen terapias capaces de solucionar el problema de raíz. El pediatra podrá evaluar el uso de fármacos que puedan controlar el picor o aliviar los síntomas (como antihistamínicos, cortisona o inmunosupresores).
Por otro lado, es importante adoptar en la vida cotidiana algunas medidas para proteger la piel del niño que ha mostrado signos de atopia, no solo para limitar los síntomas sino también para fortalecer la función barrera de la piel y prevenir recaídas y complicaciones. Son estas:
- Cuidado con los tejidos en contacto con la piel y los detergentes para ropa: La piel atópica puede irritarse solo por el contacto con ropa irritante (como lana y sintética) , o lavada con detergentes fuertes . Por eso es importante prestar atención tanto al tipo de tejido en contacto con la piel del bebé como a los productos utilizados para el lavado de la ropa.
- En contacto con la piel, hacer que el niño use ropa blanca de algodón o lino (quitando las etiquetas). Las prendas no tienen por qué ser adherentes. Es preferible que los zapatos sean de piel (también con suela de goma, pero con entresuela de piel). Deben evitarse los artículos de lana (incluidos sombreros y bufandas).
- Por la noche usa sábanas de algodón, pijamas de algodón que no sean demasiado pesados y evita cubrir demasiado al bebé (para que no sude).
- Lavar la ropa del bebé en la lavadora a 60 ° con limpiadores especialmente formulados para pieles sensibles. El lavado debe ir seguido de un enjuague adecuado que elimine los restos de detergente. Siempre verifica en la etiqueta si el producto está probado para uso pediátrico en pieles sensibles o si está certificado para uso en caso de alergia. Los productos certificados para pieles sensibles y alérgicas están libres de colorantes y conservantes que puedan irritar la piel.
Limpia e hidratar la piel atópica
La piel atópica tiende a secarse rápidamente y es particularmente sensible a la acción de los detergentes. Por tanto, es importante tanto limitar la acción irritante de detergentes demasiado agresivos como mantener una hidratación adecuada de la piel.
Para limpiar la piel de los niños respetando la sensibilidad cutánea, es importante:
- Utilizar detergentes no jabonosos, o jabón de Marsella o soluciones oleosas a base de aceites minerales, evitando los jabones espumosos y perfumados;
- Evitar baños y duchas demasiado frecuentes (o solo con agua) y con temperaturas de agua demasiado calientes (controlar con un termómetro que la temperatura esté entre 34 ° y 36 °);
- Secar la piel suavemente , sin frotar;
- Aplicar regularmente una crema o leche emoliente para mantener la piel siempre bien hidratada.
Cómo aliviar la picazón
El picor es consecuencia de la irritación de la piel pero al mismo tiempo causa un agravamiento de la dermatitis (ya que el niño tiende a rascarse). Por lo tanto, será importante mantener las uñas del niño cortas, si es necesario, ponle al bebé guantes de algodón durante la noche y, en caso de picazón muy intensa, ponte en contacto con el pediatra para la posible administración de un medicamento antihistamínico.
Protege la piel de las agresiones
Todo lo que pueda contribuir potencialmente a irritar la piel atópica merece atención. Por ello, presta atención a todas las situaciones en las que la piel del bebé pueda entrar en contacto con irritantes (como el cloro en la piscina o las pinturas para los dedos) y trata de evitar un estrés innecesario en la piel del bebé (como ambientes domésticos excesivamente calientes o polvorientos).
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