Alimentación Infantil

Lo comen tus hijos a diario y es peligroso: los alimentos que debes evitar a toda costa, según los expertos

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Blanca Espada

A menudo nos preocupamos por si nuestros hijos comen suficiente verdura, si beben agua o si llevan una vida con actividad física. Pero hay un enemigo silencioso que se cuela en su alimentación cada día, y de hecho, también en la nuestra: los alimentos ultraprocesados. Están en el desayuno, en la merienda, o en esas cenas rápida de fin de semana y aunque nos facilitan la vida, la ciencia nos está diciendo que pueden estar minando su salud más de lo que imaginamos. Toma nota porque estos alimentos no son buenos para la salud de tus hijos, ni a corto ni a largo plazo.

Un nuevo estudio realizado por la Clínica Universidad de Navarra ha dado la voz de alarma: el consumo habitual de este tipo de productos en la infancia multiplica por cuatro el riesgo de desarrollar asma. Una evidencia respaldada por datos reales, observados en más de 1.500 niños durante varios años. Y lo más inquietante es que muchos padres ni siquiera son conscientes de los alimentos que están dando a sus hijos cada día. Por eso, los expertos han hecho un llamamiento claro y urgente: hay que revisar con lupa lo que comen los más pequeños. Porque la alimentación en la infancia no sólo influye en su crecimiento, sino que puede determinar si en el futuro padecerán enfermedades respiratorias crónicas, alergias o incluso problemas metabólicos. Y la buena noticia es que aún estamos a tiempo de cambiar las cosas.

Los alimentos que tus hijos deben evitar a toda costa

Los investigadores han logrado cuantificar por primera vez cuánto tiene que suponer lo ultraprocesado en la dieta infantil para que aparezca el riesgo: si estos productos representan más del 30% de la ingesta calórica diaria, las probabilidades de desarrollar asma se multiplican casi por cuatro. Es una cifra preocupante, sobre todo si tenemos en cuenta lo presentes que están estos alimentos en la vida diaria de muchas familias.

Galletas industriales, bollería, cereales azucarados, refrescos, embutidos procesados, barritas, zumos envasados, snacks salados, comidas precocinadas… Todos estos productos forman parte del universo ultraprocesado, y aunque no parezcan peligrosos a simple vista, su composición rica en azúcares añadidos, grasas poco saludables, sal y aditivos genera una inflamación constante en el organismo. Esa inflamación puede alterar el sistema inmunológico y afectar, como se ha demostrado ahora, al aparato respiratorio de forma crónica.

En otras palabras: no basta con que nuestros hijos no fumen ni vivan en ambientes contaminados. Si toman alimentos de este tipo, estamos comprometiendo su salud pulmonar sin darnos cuenta.

Inflamación silenciosa y riesgo de enfermedades

Los especialistas en Alergología implicados en este estudio han señalado que el efecto inflamatorio de los ultraprocesados es clave en el desarrollo de patologías como el asma. Es una inflamación que no siempre da síntomas visibles, pero que va haciendo mella con el paso del tiempo. Y en los niños, cuyos pulmones y sistema inmunológico aún están en formación, este daño puede ser mucho más profundo y duradero.

El asma, además, es una enfermedad respiratoria crónica que puede condicionar toda la vida de quien la sufre. Implica dificultades respiratorias, uso frecuente de medicación, visitas al especialista, e incluso limitaciones para hacer ejercicio o disfrutar del juego al aire libre. Saber que parte de ese riesgo puede prevenirse modificando la dieta  los alimentos que damos a nuestros hijos es, en palabras de los investigadores, una llamada de atención que no podemos ignorar.

Los resultados de este trabajo refuerzan también una idea que la ciencia lleva tiempo advirtiendo: no todos los alimentos que están en el supermercado son adecuados para niños, por mucho que se anuncien como saludables o equilibrados. Es importante aprender a leer etiquetas, detectar ingredientes perjudiciales y priorizar los alimentos frescos frente a los envasados.

El papel clave de la dieta y el ejercicio desde la infancia

La investigadora principal del estudio, la doctora María del Mar Martín Calvo, ha insistido en algo que debería estar en el centro de cualquier política de salud infantil: educar en buenos hábitos alimenticios desde pequeños marca la diferencia. No sólo para evitar la obesidad, sino también para prevenir enfermedades como el asma, que muchas veces se asocian con el sobrepeso y el sedentarismo.

La dieta mediterránea (rica en frutas, verduras, legumbres, cereales integrales, pescado y aceite de oliva) se presenta como la gran aliada. Combinada con una vida activa, al aire libre y con menos pantallas, puede reducir de forma significativa el riesgo de enfermedades respiratorias y alérgicas. Pero para llegar a eso, los padres, madres y cuidadores necesitan información clara y recursos accesibles.

Por ello, si tienes hijos y te preocupa su salud, el primer paso es revisar su alimentación diaria. No hace falta volverse radical, ni prohibir de golpe todo lo que les gusta. Pero sí conviene tomar conciencia de qué alimentos están presentes por costumbre o por comodidad, y empezar a sustituirlos por opciones más naturales. Además, contar con la complicidad del colegio, de los pediatras y del entorno familiar es clave para mantener una coherencia en estos hábitos.

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