Alimentación infantil

El postre frío que encanta a los niños en verano y que recomiendan los pediatras

postre niños
Blanca Espada

Estamos a punto de iniciar el verano, por lo que sabemos que cuando llega el calor y empiezan a aumentar las temperaturas, las comidas se vuelven más ligeras, las meriendas más frescas y los postres, suelen ser más fríos e incluso helados. Sin embargo, y centrándonos en los postres, si queremos encontrar algo que sea saludable, fácil de preparar y que además guste a los niños no siempre es tarea sencilla. Por eso, muchos padres se preguntan qué alternativas hay al típico helado industrial que tanto les atrae a ellos y tan poco convence a quienes se preocupan por su salud. Y lo cierto es que podemos encontrar un postre en concreto que es el mejor para los niños.

La OCU desvelaba hacer poco las marcas de helados que es mejor evitar de cuántos se venden en el supermercado, por lo que si te gusta sorprender a los más pequeños de la casa, pero deseas evitar helados industriales que sabes que están llenos de azúcar y grasas, nada mejor que optar por hacer helados caseros o también, decantarse por un postre para los niños que siempre recomiendan los nutricionistas y también, los pediatras. Un postre frío que está ganando cada vez más popularidad por lo nutritivo, fácil y versátil que es: el yogur natural con fruta congelada. Este sencillo postre, que puede prepararse en casa en apenas cinco minutos, no solo encanta a los más pequeños por su sabor y textura, sino que también cuenta con el respaldo de los profesionales de la salud. ¿La razón? Es refrescante, saludable y ofrece un chute de energía y vitaminas sin recurrir al exceso de azúcar o aditivos.

El postre para los niños que recomiendan los pediatras

El yogur natural ha sido siempre un alimento bien valorado en la infancia. Rico en calcio, probióticos y proteínas, favorece la digestión y fortalece los huesos. Si a eso le sumamos el frescor y dulzor natural de la fruta congelada (como plátano, fresas o mango), obtenemos un postre que combina lo mejor de dos mundos: lo nutritivo y lo apetecible.

Además, congelar la fruta en casa permite conservarla más tiempo y mantener intactas sus propiedades. Sólo hay que trocearla, meterla en una bolsa hermética y al congelador. A la hora de servirla, saca la fruta minutos antes, deja que se descongele un poco y mantenga la frescura y mezcla directamente con yogur natural o tipo griego (mejor si es sin azúcar), y remueve hasta conseguir una textura cremosa parecida al helado.

Avalado por pediatras por múltiples razones

Cada vez son más los pediatras que recomiendan este tipo de meriendas y postres fríos caseros, no sólo por sus beneficios nutricionales, sino porque ayudan a evitar los ultraprocesados tan habituales en verano. Muchos helados comerciales, incluso los dirigidos a niños, contienen grandes cantidades de azúcar añadido, grasas poco saludables y aditivos.

Según los especialistas, sustituir esos productos por opciones como el yogur con fruta congelada puede contribuir a una mejor digestión, a mantener una buena hidratación y a reforzar el sistema inmunológico durante los meses de más exposición al sol y al aire libre.

Además, al tratarse de un postre que se puede personalizar (eligiendo frutas favoritas, añadiendo una pizca de canela, coco rallado o incluso unas nueces troceadas), permite implicar a los propios niños en la preparación, lo cual mejora su relación con la comida y fomenta hábitos saludables desde pequeños.

Ideal para bebés y niños pequeños

A partir de los 12 meses, cuando ya pueden consumir lácteos enteros y fruta variada, este tipo de postre se convierte en una opción muy recomendable para introducir texturas nuevas. Para los más pequeños se puede preparar con yogur suave y fruta triturada o machacada, evitando trozos grandes si aún no han desarrollado bien la masticación.

También se puede servir ligeramente fresco (no helado del todo) para evitar que sea demasiado frío para su garganta. En cualquier caso, los pediatras coinciden en que esta es una buena manera de introducir buenos hábitos y de enseñar que un postre no tiene por qué ser sinónimo de azúcar y calorías vacías.

Un postre rico, económico y sin complicaciones

Una de las grandes ventajas de este postre es que no requiere cocina, ni moldes, ni largas preparaciones. Basta con tener yogur natural en la nevera y fruta troceada en el congelador. Puede presentarse en boles, vasitos o incluso como smoothie para beber con pajita reutilizable.

Y si se desea llevar al siguiente nivel, también se pueden usar moldes de polos y convertir la mezcla en helado casero. En ese caso, conviene dejar reposar unas horas en el congelador y luego desmoldar. El resultado es un polo cremoso, sabroso y natural, perfecto para esos días de parque, piscina o terraza en familia.

En conclusión, elegir bien los postres en verano no sólo tiene impacto en la salud, también en los hábitos que se consolidan. Ofrecer alternativas frescas, naturales y caseras puede parecer un detalle sin importancia, pero es una semilla que, con el tiempo, da frutos. Y cuando los niños descubren que lo saludable también puede ser delicioso, la batalla ya está medio ganada.

Porque en verano, como en la vida, lo más simple suele ser lo más efectivo. Y si además se puede disfrutar en familia, aún mejor.

Lo último en Bebés

Últimas noticias