Vox exige al gobierno del PP de Palma que prohíba en los plenos los insultos de los partidos de izquierda

El Grupo municipal de Vox en el Ayuntamiento de Palma gobernado en solitario por el PP, ha presentado una moción plenaria en la exige que gobierno municipal prohíba en los plenos los insultos y descalificaciones que los concejales de los partidos de izquierda, profieren de forma reiterada, en general, contra sus seis regidores.

En una propuesta que será debatida en la sesión plenaria del próximo día 26  su portavoz, el concejal Fulgencio Coll, exige en primer lugar que el pleno del Ayuntamiento de Palma inste al equipo de gobierno a «desterrar el insulto y la descalificación personal, con el fin además de no contribuir al clima de crispación y polarización política existente».

Para Vox la descalificación, el discurso de odio y la criminalización del adversario político, «no puede ni debe normalizarse, ni en las proposiciones, ni en el debate de las mismas. La falta de argumentos no es excusa para recurrir constantemente al insulto y al ataque personal».

Un ejemplo de estas descalificaciones sistemáticas a este partido se vivió en el pleno municipal del pasado mes de septiembre donde, como apunta esta formación en su iniciativa, «se vivió un lamentable espectáculo que vino precedido por una serie de proposiciones en las que primó el insulto sobre cualquier argumentación o propuesta».

Por ejemplo, la portavoz del partido independentista Més, Neus Truyol, descalificó el pacto programático alcanzado entre estas dos formaciones, acusando al PP «de estar introduciendo a un partido antidemocrático y fascista en los acuerdos de gobierno», y afirmando que, cuando hay un pacto PP y Vox, «no estamos en una situación de normalidad democrática», dijo la portavoz municipal de un partido como Més, hermanado con los proetarras de Bildu y los golpistas como ERC.

En este sentido, Vox precisa que el ejercicio de la libertad de expresión «no puede ser el pretexto para llevar la crispación y la violencia verbal a un foro en el que debería prevalecer el intercambio libre de ideas».

«No hacerlo, puede hacer pensar que no se aceptan los resultados de unas elecciones y que las reglas de la democracia sólo son válidas cuando se ostenta el poder. En caso contrario, parece que sólo cabe la deslegitimación del adversario , de sus políticas, así como el nulo respeto para quienes con sus votos las han avalado»

Aunque Vox precisa que «la violencia verbal puede llegar a parecer inocua incluso para sus destinatarios», sin embargo, advierte que «va calando y creando marcos mentales que pueden generar en la sociedad episodios de violencia física. Esa es la consecuencia más probable de la deshumanización del adversario y así nos lo enseña la Historia».

Por ello subraya que la utilización de determinados términos como «fascista, sin ir más lejos sin justificación alguna, contribuye a la banalización de su significado real».

Por último el edil Coll recuerda que es el deber y la responsabilidad de los servidores públicos no contribuir a la polarización política y a la crispación que se vive hoy en día.

«No hacerlo, nos convierte en cómplices de una situación que degrada inevitablemente a la democracia en nuestra ciudad. Pero además, los ciudadanos de Palma no deberían tener que avergonzarse de sus representantes, del tono de sus intervenciones y del nulo interés por su bienestar que demuestran unas propuestas, centradas en su mayor parte en cuestiones de carácter ideológico y que no reflejan las necesidades reales de los mismos».