semana santa

Miles de personas abarrotan el centro de Palma para presenciar la procesión del Cristo de la Sangre

Ha salido a las 19 horas desde La Sang y finalizará su recorrido en la Catedral a altas horas de la madrugada

Cristo de la Sangre.
El Cristo de la Sangre antes de iniciar su salida.
Miquel Ángel Font

Palma celebra en estos momentos con gran fervor la procesión del Cristo de la Sangre, la imagen más venerada por los mallorquines junto a la de la Mare de Déu de Lluc. Todas las cofradías, con sus pasos y bandas de música, participan en el desfile que se ha iniciando a las 19,00 en la iglesia de la Anunciación y que  este año ha recuperado la Catedral como punto final de su recorrido.

Miles de personas abarrotan  las calles del centro de la ciudad para presenciar la procesión que abren Els Tamborers de la Sala y la guardia montada de la Policía Local de Palma. Entre el público, muchos turistas que no cesan de tomar imágenes de los penitentes y sus pasos. El canto de alguna saeta, los aplausos a los portadores de los pasos y vítores a las imágenes de las Virgen son algunas de las notas que marcan la procesión.

Como ya sucediera en años anteriores y el pasado Lunes Santo, la falta de relevos en algunas cofradías para portar los pasos está ralentizando el paso de la procesión, lo que retrasará un año más la salida del Cristo de la Sangre, que iniciará su recorrido precedido por la Vírgen Dolorosa y acompañado de cientos de personas con velas que cumplen con una promesa, le piden auxilio o agradecen la petición concedida.

El Cristo de la Sangre, o la Sang, saldrá en procesión acompañada por los prohombres, los sobreposats, la guardia de honor y la Banda Municipal de Música.

La imagen del Crist de La Sang data de la segunda mitad del siglo XVII y responde al estilo barroco, en particular a la estética denominada contrarreformista. Es objeto de una gran devoción popular. El Cristo está esculpido de corcho y yeso para que sea más fácil de portar. La imagen tiene un peso aproximado de 50 kilos, es de brazos largos y poco cuerpo con desplome de su cabeza a la derecha y lleva peluca de pelo natural.

El Cristo de la Sang es de autor anónimo y se desconoce también el año de su ejecución, aunque se sabe que, una imagen anterior, ya desfilaba en 1564. El fervor popular por La Sang se manifestó de forma especial durante los últimos días del año 2002, cuando una persona se abalanzó sobre la imagen, precipitándola al suelo con los consiguientes graves desperfectos, destrozándola en un sinfín de fragmentos. La conmoción en la isla fue enorme y esta solo cesó al verse de nuevo restaurada la venerada imagen en su camarín.

Fue reconstruido a instancias del Consell de Mallorca y durante dos años en los que no pudo presidir su procesión, fue sustituido por otro de menor tamaño y peso.

La imagen del Cristo se encuentra en la Iglesia de la Sang, o de La Anunciación, en una capilla constituida en 1552 por la Cofradía de la Sang. La capilla se encuentra en uno de los laterales del templo. En esta capilla está el sagrario y en la parte superior se encuentra una cámara a la que se accede por unas escaleras laterales, dónde se venera la escultura del Santísimo Cristo de la Sangre.

El Cristo y la prohomonia de La Sang están ligados a la construcción del Hospital General. Según el historiador Antoni Gili, esta institución benéfica fue fundada en 1456. En esa fecha los jurados de la ciudad y del reino de Mallorca se dirigieron al rey para que autorizase la construcción de un hospital mayor que sustituyese a varios hospitales de beneficencia que había en la isla. El Papa Calixto III en una bula de 1458 concedió la facultad de construir el Hospital General bajo la invocación de la Anunciación.

Asimismo, la Cofradia de la Preciosísima Sang de Jesucrist fue ubicada en el Hospital en 1552 y salía en procesión el Jueves Santo. Los encargados de conseguir fondos para el Hospital, captar las limosnas y administrar la institución eran los prohombres. Los que salían en procesión portando el
Cristo, los sobreposats.

Inicialmente una de las misiones que tenían los sobreposats era la asistencia a los ajusticiados. Con en tiempo el papel de los prohombres cambió. Ya no eran los encargados de administrar el Hospital y pasaron a ser los que abren paso al Cristo. Velan por la seguridad de la imagen.

El Crist de la Sang ha sido siempre objeto de una gran devoción popular. Pone de relieve este aspecto el historiador Pere Llabrés que cita uno de los Entremesos de Gabriel Maura titulado La Sang. «Tot lo que es puga dir per expressar l’universalitat mallorquina de sa devoció a La Sang es poc. En aquesta terra sa gent més descreguda creu en La Sang. La Sang aquí, ho abriga tot».

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