El Mallorca cambia a modo Liga

La Copa del Rey ya es historia para el Mallorca y toca ahora centrarse en la Liga y, más en concreto, en los dos partidos que quedan para echar cerrojazo a la primera vuelta del Campeonato ante dos rivales de la zona baja, Celta y Cádiz. Sumar los tres puntos mañana ante los gallegos dejaría el listón en 25 puntos, una cifra más que considerable para afrontar con ciertas garantías la segunda parte del curso.

La tendencia de la Primera División apunta a un lucha más exigente que nunca para evitar el descenso. El nivel de puntuación que se lleva induce a pensar que van a ser necesario algo más de los 40 puntos habituales para certificar la permanencia. El Mallorca suma actualmente 22 puntos, a seis del descenso que marca el Cádiz con 16. La situación sería idílica si se gana a Celta y Cádiz, pero por el contrario si todo se tuerce se llegaría al ecuador del Campeonato más cerca de la zona de peligro que de la tranquila. De ahí la importancia del partido de mañana.

Aguirre sigue pendiente de la evolución de Ruiz de Galarreta, que no pudo jugar en Liga ante Osasuna ni en Copa ante la Real Sociedad, y con el que los servicios médicos trabajan a contrarreloj para intentar que esté disponible. El entrenador mexicano valorará su estado este mediodía, en la conferencia de prensa previa al partido.

A todo esto, el Celta llega con el agua al cuello, con 17 puntos, a sólo uno del descenso y obligado a buscar la victoria en un estadio en el que el año pasado arrancó un empate a cero. Los gallegos son más peligrosos fuera que en su propio campo y de eso es consciente el Mallorca, que sabe que una derrota tendría efectos devastadores no en la clasificación, porque pase lo que pase el equipo seguirá fuera de descenso, sino sobre todo de cara a la confianza de una plantilla que no ha entrado bien después del parón del Mundial.