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La Inspección Educativa del Govern de Armengol no ha contestado jamás una denuncia sobre adoctrinamiento

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La presidenta del Govern, Francina Armengol y el conseller socialista de Educación, Martí March en un colegio de Baleares.
Indalecio Ribelles
  • Indalecio Ribelles
  • Redactor OKDIARIO en Baleares, información local de Palma, social y política en general. Antes, redactor en EL MUNDO/ Baleares durante 20 años.

La Inspección Educativa del Govern balear, bajo la presidencia de la socialista Francina Armengol, no ha contestado jamás una denuncia sobre adoctrinamiento en lo que va de legislatura. Y ello pese a haber sido remitidas más de media docena de reclamaciones y quejas desde formaciones parlamentarias como Vox, cuya resolución por este departamento de la Conselleria de Educación se desconoce.

Teniendo en cuenta este panorama, todo apunta a que el caso Canet de Mallorca, en el que un profesor de catalán del instituto de Son Servera humilló a un alumno, negándose a responderle por hablar en español en los pasillos del centro, puede correr la misma suerte.

La directora del centro ya ha informado al conseller March de lo sucedido y éste, según informaron fuentes oficiales de la Conselleria de Educación, ha aplicado el protocolo habitual y pasado el asunto a Inspección. Un cuerpo de 31 inspectores que hasta la fecha se han lavado las manos con las denuncias por adoctrinamiento en las aulas de Baleares, pese a que las ha habido de todo tipo.

Lo hicieron, por ejemplo, con la prueba de Lengua Catalana y Literatura de la selectividad en la que se pedía a los alumnos que dieran su opinión sobre un texto donde se calificaba al español como la «lengua de un imperio» y se hablaba de la «derrota» de la lengua catalana a manos de la Administración, haciendo a la vez burla de la Guardia Civil.

Corrió la misma suerte lo sucedido con una profesora del instituto Emili Darder de Palma, que fue grabada en la clase de valores éticos arremetiendo contra Vox al tratar el asunto de la violencia de género.

«Qué desgracia que un partido que es xenófobo, racista, machista, que niega la violencia de género, por lo tanto es machista, homófobo, etcétera, haya entrado en el Parlamento». La misma profesora que se encaró con un alumno al que negó su origen mallorquín porque «no eres catalanoparlante, ni tienes apellidos catalanes, ni eres de Mallorca. Si no tienes apellidos mallorquines, originariamente no eres de aquí», le dijo.

O el adoctrinamiento LGTBI en el centro público de secundaria Berenguer d’Anoia de Inca donde se impartió una charla a alumnos de cuarto de ESO sin informar a los padres de los menores, en la que una activista de BalearsDiversa se presentó al acto con una camiseta en la que se leía la leyenda Mi coño, mis normas.

Por no hablar de la pancarta separatista que durante días fue expuesta en el instituto de Felanitx hace dos años en conmemoración del golpe a la Constitución por parte de la Generalitat de Cataluña el 1 de octubre de 2017.

Inspección Educativa siempre ha mirado para otro lado. Como ha afirmado en numerosas ocasiones el portavoz parlamentario de Vox, Jorge Campos, que ha portado la bandera de la denuncia de todos estos casos, del consejero socialista de Educación Martí March «no esperamos nada».

«Lo único que ha demostrado es sentirse muy cómodo con todos los casos de adoctrinamiento que hemos denunciado. Los niños sufren el adoctrinamiento por ideas extremistas LGTBI o feministas o por el separatismo a través de la imposición del catalán».

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