Enésimo disparate del gobierno de izquierdas de Palma: encarga un video para enseñar a comprar ropa
En su afán de controlar la vida cotidiana de los ciudadanos, el gobierno de izquierdas de Palma, liderado por el alcalde socialista José Hila, en coalición con independentistas de Més y Podemos, ha encargado un video para enseñar a comprar ropa, y que los palmesanos sean responsables en la adquisición de sus atuendos.
El enésimo disparate municipal consiste en ordenar una grabación para publicitar el impacto que tiene la compra de ropa en el planeta. Un video que costará en torno a 2.500 euros, de un minuto de duración, en el que, eso sí, sólo se usará el catalán, y donde los subtítulos también estarán en esta lengua, la única autorizada para su uso en las administraciones de Baleares desde que en 2015 gobierna esta coalición de partidos con la presidenta socialista de Baleares, Francina Armengol, al frente.
Un video que tiene como objetivo difundir entre la ciudadanía más joven la importancia del consumo responsable y el impacto de la compra rápida y compulsiva (‘fast fashion’) en el medio ambiente y en las personas.
Una iniciativa que parte del mismo gobierno municipal que esta temporada turística que encara la recta final en la capital balear, ha mirado para otro lado ante la eclosión de la venta ambulante ilegal, y la exhibición por los manteros en cualquier rincón de la ciudad, de toda clase de ropa falsificada para desesperación del pequeño comercio.
La apuesta por el consumo responsable sería, según la concejala socialista del área municipal de Consumo, Elena Navarro, un acto «consciente, crítico, ético, ecológico y saludable a la hora de comprar un producto o contratar un servicio, con el fin de que este sea sostenible y solidario».
Se trataría, apunta Navarro, entre otras cuestiones, de la importancia de «conocer el precio real de la ropa barata, cómo perjudica al medio ambiente y las condiciones laborales de las personas que la fabrican, así como alternativas más responsables de compra».
Es decir, para el gobierno de izquierdas de Palma, la gente no se decanta por la ropa barata por el hundimiento del poder adquisitivo en Baleares (con uno de cada cinco ciudadanos en el umbral de la pobreza, según un reciente estudio) sino porque no sabe comprar.
Un acto que, según el gobierno municipal, implica satisfacer una necesidad o un deseo, «pero también activar toda una serie de procesos económicos, sociales y medioambientales».
Porque a su juicio, y en línea con la sacrosanta agenda medioambiental 2030, «la globalización ha llevado a una situación insostenible para el planeta e insolidaria con otros pueblos, dejando a su paso una huella ecológica que van a sufrir las generaciones futuras».
Según el Ayuntamiento de Palma la denominada ‘fast fashion’ ha generado «un consumo descontrolado de ropa, sin importar las condiciones laborales de las personas que la fabrican ni su impacto ambiental», por lo que «es importante conocer cómo afectan nuestros hábitos de compra de ropa al planeta y a las personas, y las alternativas que existen en la moda rápida para realizar un consumo de ropa responsable».
Un consumo que además de ser consciente, crítico, ético, ecológico y saludable debe ser, ante todo, solidario porque los actos individuales tienen consecuencias globales, tanto para el planeta como para las personas que lo habitan.