Los chubascos no impiden un estreno espectacular de la Copa del Rey Repsol
La salida se aplazó dos horas por una tormenta con aparato eléctrico
Al final todas las clases pudieron completar una prueba
Mariska, Spartan, Comet, St. Christopher (Clásicos) y Happy Forever, primeros líderes
Los chubascos no impiden un estreno espectacular de la XIX Copa del Rey Repsol de Barcos de Época, que largó amarras hoy con la mirada puesta en el cielo. La inestabilidad meteorológica que afecta al archipiélago balear desde hace días se coló en el estreno de la regata de veleros ‘vintage’ organizada por el Club Marítimo de Mahón con la colaboración de Repsol, el Ayuntamiento de Mahón y el Consell Insular de Menorca. Un chubasco con gran aparato eléctrico situado al oeste del campo de regatas obligó al comité a retrasar, por precaución, la primera salida hasta la dos y media de la tarde. Los barcos esperaron pacientemente dentro de la rada mahonesa hasta que escampó el mal tiempo y se levantó una suave brisa de Levante.
Las clases Época Cangreja y Época Bermudiana, donde se agrupan los barcos botados antes de 1950, realizaron un recorrido de 14 millas, mientras que el resto de la flota (Big Boats, Clásicos y Espíritu de Tradición) completaron una travesía de 19 millas hasta Binibequer, al sudeste de Menorca. El paso de toda la flota por la Isla del Aire ofreció las imágenes más espectaculares del día, coincidiendo con los momentos de mayor presión eólica. El viento sopló de levante con una intensidad de entre 7 y 11 nudos, según explicó la oficial principal de regatas (PRO), Ariane Mainemare.
El Mariska, un William Fife III de 1908, quiere repetir en Mahón su triunfo de hace unos días en la Illes Balears Clàssics de Palma. Hoy inauguró la tabla en Big Boats con un primer puesto. Fue el más rápido en tiempo real, al detener el crono en 3 horas y 6 minutos. Este grupo reúne a tres de las joyas de la Copa del Rey Repsol. De momento, el estadounidense Viveka (1929), campeón del año pasado en Menorca, es el segundo en la clasificación, mientras que el irlandés Hallowe’en (1926), de Inigo Strez, ocupa el tercer lugar.
El impresionante aparejo trapezoidal del Spartan (1913) fue el primero en asomarse tras la Isla del Rey a su llegada al puerto de Mahón. La embarcación estadounidense, patroneada por Aladín Montel y que defiende el título obtenido en 2022, se colocó al frente de la general de la clase Época Cangreja. Tomó la delantera en los primeros compases de la prueba y, a partir de ahí, su tripulación sólo tuvo que preocuparse de no cometer ningún error para marcar diferencias. Ganó en tiempo real, merced a su mayor eslora y superficie vélica, y obtuvo una abismal renta de 14 minutos en compensado sobre su más inmediato perseguidor, el también americano Chinook (1916), del armador Paolo Zanoni. Ambas embarcaciones fueron diseñadas por Nathael Herreshoff, conocido como El Mago de Bristol. El Viola (1908), una de las tres joyas del arquitecto naval Willian Fife III, ocupa la tercera plaza del podio provisional.
Los barcos de época con aparejo bermudiano realizaron el mismo recorrido de 14 millas que los aparejados con cangrejas, pero la diferencia entre ellos fue mucho menor. El Comet, un Sparkman & Stephens de 1946, armado por Marc Marciano, se situó líder tras realizar una magnífica regata en la que fue el primero en cruzar la línea de llegada en tiempo real y arañó un minuto y medio tras la corrección de tiempos al segundo clasificado, el uruguayo FJord III (1947), patroneado por Ezequiel Despontín. La pelea entre el Comet y este diseño de Germán Frers se antoja muy emocionante. Ambos son barcos que pertenecen a una misma época y que están gobernados por timoneles muy solventes. El español Sonata (1937), de Jordi Cabau, demostró que está en condiciones de navegar en la vanguardia de la flota y entrar en la lucha por el podio. Cedió algo más de tres minutos al vencedor de la prueba, pero le sacó cinco al cuarto clasificado, el Varuna (1939), de Jens Kellinghusen, ganador la clase Época Cangreja en la Copa del Rey Repsol del año pasado.
Al Argos (1964), de Bárbara Trilling, vigente campeón Vela Clásica Menorca, le ha salido un nuevo rival. Su nombre es St. Cristpopher. Es un Sparkman & Stephens de 1966 y hoy dio la campanada al imponerse en la categoría de Clásicos, que abarca a las unidades de madera o metálicas botadas entre 1950 y 1975. El vencedor del primer asalto de la Copa del Rey Repsol, armado por Daria Cabai y patroneado por Valentín Martin, invirtió 3 horas y 24 minutos en recorrer 19 millas náuticas. Le sacó más de 20 minutos al Argos en la línea de llegada, que quedaron reducidos a uno tras la aplicación de la fórmula de compensación. El Clarionet, otro S&S del 66, armado por Andrew Harvey, ganador de la última edición de la Regata Illes Balears Clàssics del Club de Mar Mallorca, cedió cuatro minutos al vencedor. El primer velero en cruzar la línea de llegada fue, como es habitual, el Galvana (S&S, 1974), patroneado por plusmarquista de la vuelta al mundo a vela Álex Pella (3:18:26), pero la corrección lo relegó al quinto puesto.
El alemán Happy Forever, de Christian Oldendorff, encabeza la clasificación en Espíritu de Tradición tras ser el más rápido en la primera prueba, tanto en tiempo real como compensado, al completar el recorrido en 3 horas y 8 minutos. El segundo puesto fue para el Lohengrin, de Jordi del Tarre, botado en 1974. En tercera posición se situó el Celeste di Mare (1971), con Joan Pizá a la caña. Este último barco, botado en 1971 y recientemente restaurado por Amador Magraner, se estrenaba por primera vez en la Copa del Rey Repsol. El Calima (1970), campeón el año pasado, se tuvo que conformar con la quinta posición.
Mañana, la segunda jornada de regatas comenzará a aclarar las aspiraciones de cada equipo con una nueva prueba. La salida está prevista poco después del mediodía para todos los grupos, aunque en esta ocasión, en la primera edición de la Copa del Rey con cuatro jornadas de competición, todavía quedará mucho por navegar.