exclusión social

El campamento de chabolas de Sa Riera en la Cuña Verde de Palma se expande con la temporada turística

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Indalecio Ribelles
  • Indalecio Ribelles
  • Redactor de OKBaleares, información local de Palma, social y política. Antes, redactor en EL MUNDO/ Baleares durante 20 años.

El campamento de chabolas de Sa Riera en la Cuña Verde de Palma se expande con la temporada turística mientras el Ayuntamiento anunciaba recientemente las obras para la ampliación de este espacio. Una extensa zona libre frente al cementerio de Son Valentí, que también acoge en uno de sus extremos aún no urbanizado y en un solar de propiedad municipal un asentamiento de barracas donde sobreviven como pueden casi medio centenar de personas.

Repartidos en diferentes ubicaciones dentro esta parcela, las chabolas están agrupadas en círculos de entre tres y cuatro habitáculos, construidas con los materiales de desecho habituales en estos casos, desde puertas, plásticos, cartones y residuos de todo tipo.

Un asentamiento que no es nuevo pero cuya cronificación ha provocado el aumento del número de barracas y ocupantes en una expansión de la indigencia que es cada vez más visible en múltiples puntos de la geografía urbana de Palma, desde el barrio de Son Serra, al Polígono de Son Castelló, Son Oliva o hasta el mismo centro de la capital balear, en concreto, en la calle Eusebio Estada, frente al Parc de Ses Estacions.

Y es que pese a las bondades de la temporada turística para un amplio número de trabajadores y familias de Palma, la pobreza también crece y gana enteros en la capital balear como se puede comprobar en múltiples rincones del centro y ensanche, donde no son pocos los sin techo que pernoctan donde pueden.

Una situación que está arraigando en diversos rincones y solares y que está empezando a parecer ya familiar, un fenómeno nada habitual, años atrás.

Partidos como Vox han exigido al concejal independentista de Bienestar Social, Antoni Noguera, que el Ayuntamiento de Palma debe actuar de forma urgente para atajar este peligroso y denigrante fenómeno, no sólo desde una vertiente de seguridad y policial, sino también habitacional y humana, promoviendo un plan de actuación centrado en la eliminación de estos poblados y la asistencia a sus moradores en los casos que la requieran.

Pero incluso aprobando propuestas en los plenos para el impulso de un plan de choque contra la expansión del chabolismo, el gobierno municipal del alcalde socialista, José Hila, en la práctica, en escasas ocasiones actúa. Lo demuestra, por ejemplo, el hecho de que el asentamiento en Ses Estacions en las inmediaciones de la conflictiva Estación Intermodal ya se encamina a su segundo año de permanencia pese a las denuncias y quejas vecinales por las molestias derivadas de esta situación, dado que los indigentes, entre otras cuestiones, hacen sus necesidades en la vía pública, en un asentamiento situado frente a un parque infantil.

Desde el gobierno municipal el discurso siempre es el mismo: los sin techo son competencia del Consell de Mallorca que les ofrece asistencia desde la Unidad de Emergencia Social (UMES) a aquellos que se niegan a pernoctar en los albergues sociales municipales. Unos centros asistenciales con unas normas no adaptadas a estas personas con un fuerte desarraigo social, que optan por vivir a la intemperie allí donde sea y como sea.

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