Baleares dispondrá de un Chat de la Esperanza ante el aumento de jóvenes y menores que buscan ayuda
Nace para atender a este segmento de la población que "está más acostumbrado a chatear que a marcar un número"
Tras la pandemia se ha disparado el número de jóvenes y menores que llaman al Teléfono de la Esperanza
El 60% de las personas que recurren a este servicio son mujeres, la mayoría separadas o divorciadas
Tras la pandemia, el Teléfono de la Esperanza ha visto como cada año ha ido creciendo el número de personas que llaman hasta llegar a las 4.702 en el año 2023, lo que supone casi 13 llamantes al día. Por ello, y sumado al aumento de jóvenes y menores que recurren a este servicio, Baleares contará con un Chat de la Esperanza «como respuesta a la necesidad de atender a este segmento de la población que está más acostumbrado a chatear que a marcar un número de teléfono».
En este nuevo espacio, que ya se puso en marcha hace dos años en otros lugares como Madrid o Málaga, se ofrecerá «inmediatez y fácil acceso» ya que se tratará de una app que estará disponible en App Store y Google Play. Además, los usuarios que recurren a este Chat de la Esperanza en Baleares serán atendidos por jóvenes adultos y voluntarios formados.
El Teléfono de la Esperanza en Baleares atendió en el año 2023 a un total de 356 jóvenes y menores entre 25 y 16 años. Se trata de una cifra menor si la comparamos con la del año 2022, en el que se atendió a un total de 492 jóvenes y menores.
Sin embargo, la diferencia significativa se puede encontrar con los años anteriores a la pandemia. Por ejemplo, en el año 2019, Baleares a tendió a través del Teléfono de la Esperanza a 71 jóvenes y menores, un número que sigue siendo preocupante pero sustancialmente más bajo que en los años posteriores a la crisis del coronavirus.
Temática suicida
De las 4.702 personas que llamaron al Teléfono de la Esperanza en Baleares, 241 de ellas (4,53%) lo hicieron por una temática suicida. Se trata de la cifra más alta, ya que en 2022 fueron 207, mientras que antes de la pandemia lo hicieron un total de 40 personas.
De estas 241 personas que llamaron por temática suicida:
- 209 por ideación suicida
- 23 por crisis suicida
- 9 por acto suicida en curso
Según ha asegurado el Teléfono de la Esperanza de Baleares, estos datos reflejan que «la conducta suicida es un problema sanitario y de salud pública grave. Y que además, se puede prevenir y evitar si contamos con recursos y medios adecuados. Tenemos que afrontar este problema de manera global, coordinando todas las iniciativas y medios».
Aumento de llamadas de personas mayores
Por otro lado, en el año 2023 también se dio un incremento importante de llamantes mayores de 66 a más de 76 años. En total, se atendieron a 737 personas mayores, la cifra más alta, mientras que en 2022 se atendió a 516 personas.
El informe del año 2023 del Teléfono de la Esperanza de Baleares asegura que las causas sobre estos datos de personas mayores son «la soledad e incomunicación, las dificultades de movilidad en algunos casos y casi al abandono o dejadez en que viven algunas personas, que teniendo familia han tomado distancia o casi no hay comunicación por diferentes motivos».
El perfil mayoritario del llamante es una mujer, que representa el 59%, la mayoría de ellas se encuentran separadas o divorciadas (21%) y las casadas representan el 17%. Entre todas ellas, el 52% tienen entre 36 a 65 años, es decir, adultas.
Las causas de las llamadas, tanto de hombres como mujeres, son la soledad e incomunicación (10%), la depresión (7,9%), los trastornos de ansiedad (7,26%), crisis en el proyecto vital, crisis de valores y de sentido a la vida (6%) y temática suicida (4,53%).
Cabe destacar que el 76% de los que llaman al Teléfono de la Esperanza de Baleares se siente satisfecho porque se les ha escuchado, se les ha dado un apoyo emocional, se les ha ayudado a rebajar la tensión y ansiedad emocional y les ha permitido situar o ver su problema desde otra perspectiva.
Este servicio de ayuda destaca que la labor del orientador debe ser escuchar de manera activa al llamante, no juzgar, acoger y empatizar con la persona que llama y ayudarle a que descubra recursos propios para afrontar sus problemas.