Náutica

Las aventuras de la primera etapa de la Palma-Melilla-Palma

Los participantes han afrontado encalmadas y tramos con vientos de 50 nudos

El último participante entró con más de un día de desventaja respecto al líder.

Hugo Ramón, armador del Cristalmina-Majorica, sufrió un cólico nefrítico a la altura de Cabrera

Palma-Melilla-Palma
Mateo Le Calvic y Arthur Meurose, ganadores de la primera etapa, a su llegada a Melilla.

Ayer miércoles cruzó la línea de llegada el último participante de la primera etapa de la Palma-Melilla-Palma, con una desventaja de 25 horas y 12 minutos respecto al líder, el francés Optimum, tripulado por Mateo Le Calvic y Arthur Meurose. De los 33 barcos que tomaron la salida en Palma el pasado sábado, 32 han completado la etapa, mientras que uno de ellos, el Goofy, de pabellón francés, se refugió en Cartagena debido a problemas técnicos.

Una extensa encalmada en el Mar de Alborán ralentizó a los 13 barcos de la cola de la flota, generando significativos retrasos en su llegada. En contraste, Hugo Ramón, armador del Cristalmina-Majórica e impulsor de la Palma-Melilla en su condición de vocal del Real Club Náutico de Palma, consiguió evitar este área de vientos flojos. Ramón, que ocupa la décimo cuarta posición en la categoría de barcos de serie, ha revelado que sufrió un cólico nefrítico en las inmediaciones de Cabrera, lo que le llevó a considerar su retirada. Sin embargo, decidió continuar en regata debido a la importancia de completar esta prueba para su clasificación en la Mini Transat de 2025.

«Estoy satisfecho porque la diferencia respecto al líder de mi clase, el Red Hot Mini Pepper, de Nicolo Gamenara, no es muy grande», declaró Ramón. «Lo importante son las millas recorridas. Hemos forzado mucho el barco y, sin embargo, no hemos sufrido ninguna rotura».

Esta primera etapa de la Palma-Melilla-Palma A2 para la clase Mini 6.50, organizada por el Real Club Náutico de Palma y el Real Club Marítimo de Melilla, ha sido una dura prueba para los competidores, que han afrontado desde vientos suaves hasta rachas de 50 nudos. «Esto es uno de los grandes atractivos de la vela de altura. Aquí tienes que adaptarte a lo que hay y seguir adelante en cualquier circunstancia», comentó Ramón.

El Comité de Regatas ha anunciado que se está planteando modificar la fecha de salida de la etapa de regreso a Mallorca, prevista para el próximo sábado, en función de cómo evolucione la previsión meteorológica. Lo que parece seguro es que, al contrario de lo ocurrido en la mayor parte de la travesía hasta Melilla, el viento soplará de proa y obligará a los participantes a navegar de ceñida, un rumbo que es incómodo de por sí, pero que en los modelos de la clase Mini 6.50, diseñados para planear en portantes, se puede convertir en un verdadero suplicio. «Avisaremos si hay cambios en las próximas horas», indicó Gaspar Morey, oficial de regatas del RCNP.

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