Subsaharianos se manifiestan en Melilla, «una cárcel de alambre»: «Huimos del cambio climático»
Más de 100 inmigrantes de origen subsahariano, la mayoría de Sudán, se han concentrado este jueves en Melilla, a las puertas del Centro de Estancia Temporal de Inmigrantes (CETI), «en recuerdo de los fallecidos en los sucesos del 24 de junio en la valla». En este sentido, acusan a Melilla de ser «una cárcel de alambre que nos separa de la guerra, de la pobreza y del hambre físicamente y anímicamente». Además, ponen como principal motivo de huida el «cambio climático», ya que el 80% de la población «se dedica a la agricultura».
Según han expuesto en un manifiesto, el pasado viernes tuvo lugar en la frontera «una tragedia humana que nos ha horrorizado a todos por su cercanía (la tragedia ocurrió en nuestra misma puerta) y por la magnitud de los hechos y la desgracia humana (37 personas fallecidas y 300 personas heridas según fuentes extraoficiales)», una cifra que Marruecos reduce a 23.
La persona encargada de leer el documento respaldado por organizaciones políticas, sindicales y sociales, María Jesús Ruiz, ha señalado que «el origen de la mayoría de personas que intentaron saltar la valla que separa a España de Marruecos, a Europa de África, es sudanés».
Al respecto, ha explicado que «Sudán, un país cuya población se dedica a la agricultura en un 80%, se encuentra geográficamente en la región del Sahel, una zona gravemente afectada por el cambio climático, la sequía y las malas cosechas».
Además, ha indicado que Sudán «es un estado controlado por una dictadura militar tras muchos años de guerra civil y los pocos recursos naturales con los que cuenta están en realidad en manos de muy pocas empresas, todas ellas extranjeras».
Para las organizaciones de la concentración «con estos datos queda claro que las condiciones de vida para la mayoría de sus ciudadanos son precarias, inseguras y preocupantes, con una tasa de desempleo que afecta al 18% de la población activa, con casi el 50% de la población viviendo por debajo del umbral de pobreza y con un absentismo escolar de más del 40% debido a la situación económica».
Para los concentrados, esta migración forzada por motivos bélicos y climáticos «es un hecho alarmante que ya no se puede ocultar más». Por ello, han subrayado que «la emergencia humanitaria que se vive no sólo en los países de origen, sino también en las zonas fronterizas donde estas personas aguardan el momento de cambiar su suerte, es un hecho que evidencia la necesidad de establecer medidas eficaces y humanitarias que ayuden a resolver estas situaciones de desamparo».
En este sentido, han afirmado que las 133 personas que «consiguieron cambiar su suerte el pasado 24 de junio son hombres jóvenes, fuertes, capaces y que no tenían un futuro prometedor hasta el pasado viernes», mientras «en el camino quedaron quienes no lo consiguieron, y con la peor de las suertes quedaron aquellos que encontraron la muerte en la vaguada de Barrio Chino».
Al respecto, ha criticado que «Melilla, que empezó siendo una tierra con un paso fronterizo amable, se convirtió el jueves pasado en una ratonera en la que perdieron la vida 37 personas al menos».
Para los convocantes de la concentración «Melilla es una cárcel de alambre que nos separa de la guerra, de la pobreza y del hambre, no sólo físicamente, sino anímicamente también, haciéndonos sentir amenazados, temerosos, ajenos al dolor humano», para añadir que «la valla de Melilla, ese muro de contención, no contiene solo el horror fuera de nuestras vidas; contiene también nuestra propia libertad y nuestra propia calidad humana».
Además, consideran que «lo que ocurrió en la frontera el pasado viernes 24 de junio es el presagio de una guerra sin cuartel a menos que de una vez y de verdad se den soluciones basadas en la paz, el respeto y los derechos humanos». «Están peleando -han proseguido- por sobrevivir aquellos a quienes les queda por perder en el intento únicamente la vida; lo intentarán férreamente porque les persigue la muerte y porque les guía la esperanza».
Por todo ello, han expresado «nuestro más profundo sentimiento de dolor por los fallecidos y nuestro más profundo sentimiento de solidaridad con quienes ahora se encuentran acogidos en nuestra ciudad».