OKENTREVISTA a Agustín Leal

Jucil: «Si muere un guardia civil en Melilla Podemos callará porque siempre nos ha despreciado»

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Borja Jiménez

Agustín Leal, secretario de comunicación de Jucil, sindicato mayoritario de la Guardia Civil, lleva días hablando con aquellos agentes que vivieron en primera persona el violento asalto a la valla de Melilla y cuenta en una entrevista concedida a OKDIARIO Andalucía la situación de los mismos.

El sindicato lleva años pidiendo al Gobierno de Pedro Sánchez más medidas para poder hacer frente a esta invasión migratoria. Pero ya ha perdido la esperanza. Según explican, el «desprecio» de partidos como Podemos o IU a la Guardia Civil llega a tal extremo que consideran que si llega a morir un agente el otro día «no se rasgarían las vestiduras ni se llevarían las manos a la cabeza».

Pregunta (P): ¿Cómo están los agentes que vivieron el asalto del otro día en Melilla?

Respuesta (R): De los 49 guardias civiles que resultaron, 48 están ya dados de alta. El ambiente, pues es de calma tensa, como siempre.

P: ¿Qué le pasa al agente que aún no ha sido dado de alta?

R: Ha sido herido en una pierna, pero no es nada grave. Está todavía de baja.

P: Hablamos de 49 agentes heridos pero, ¿cuántos estuvieron en el operativo?

R: En los primeros momentos del asalto, había únicamente 16 componentes de la agrupación rural de seguridad, más cuatro componentes de dos patrullas que se dedican a la seguridad ciudadana en el ámbito territorial de la Guardia Civil en Melilla. Luego fueron todos los que pudieron, incluso a gente que habitualmente realiza labores administrativas en la Comandancia de Melilla les dieron un casco y una porra y los mandaron para la valla.

P: ¿Cómo se enfrenta un agente a una persona que está dispuesto a todo a alcanzar la libertad?

R: Se actúa con sangre fría, con profesionalidad y mordiéndote la lengua haciendo tu trabajo con las máximas garantías de seguridad. Tú ponte en la tesitura de cuando están estos compañeros contra 2.000 individuos violentos, porque siempre ejercen una violencia inusitada que es muy difícil de explicar, con palos, garfios, radiales, mochilas cargadas de piedras… De estos 2.000, gracias a la intervención de la Policía marroquí llegaron a la valla en torno a 500. Son los que intentan acceder a territorio español y lo consiguen 133.

La técnica es siempre la misma: se encaraman los primeros a la valla, saltan a territorio español y cuando se enfrentan a ellos los guardias civiles les intentar reducir. La segunda oleada de subsaharianos se encarama en lo alto de la valla y, desde ahí, con sus mochilas cargadas de piedras empiezan a apedrear a nuestros compañeros para que no puedan proceder a la detención de los que han saltado previamente. Como resultado tenemos a varios heridos ya, con cascos antidisturbios partidos de las pedradas, con las viseras de protección de los cascos arrancadas, escudos antidisturbios destrozados, pues imagínate la tesitura y la situación.

Todo esto es lamentable y genera crispación. Porque esto ocurre aún sabiéndolo la Administración, los responsables políticos de la Guardia Civil, el Ministerio de Interior, la Directora General, el delegado del Gobierno… Pues aun sabiéndolo no hacen nada para remediarlo.

En marzo tuvimos otro salto de las mismas características en Melilla. Aquella vez consiguieron pasar 800, que ya están por la Unión Europea campando a sus anchas. Los que no se consigue detener en primera instancia en la valla y expulsar en caliente, una vez llegan al CETI solicitan la tramitación del derecho al asilo, sólo la tramitación, no es que lo tengan concedido, y una vez lo tienen tramitado poco a poco ya van cruzando a la península, en grupos de 50 o 70, en los ferrys de Melilla a Málaga.

Los 800 de marzo ya están en la Unión Europea sin saber si su tramitación de asilo está concedida o no. Y en el supuesto de que no esté concedida pues échales un galgo y busca por toda la Unión Europea.

P: ¿Ha desviado el foco la tragedia de Melilla del problema que tenéis los agentes en la valla?

R: Nosotros lamentamos cualquier pérdida de vidas humanas. Pero hay que ver lo que hay de fondo. Claro que se desvía el foco. Yo entiendo que es una tragedia, que hay decenas de muertos, y en la manera en la que han muerto. Pero hay que ver también quién produce esto.

En primera instancia, lo producen los traficantes de seres humanos. Aunque el presidente Sánchez hizo en una rueda de prensa como si se hubiera enterado ahora mismo, la Guardia Civil lleva informando desde hace años de que hay redes de tráfico de seres humanos, coordinados por WhatsApp, donde se les ofrecen tarifas, se dicen las rutas que que han de seguir, les aconsejan dónde coger un taxi y les guían hasta el monte Gurugú, les dicen dónde comprar esos garfios en las localidades marroquís próximas, porque hay gente que los fabrica, y les dicen por dónde y cuándo deben saltar la valla y lo que tienen que hacer una vez que la saltan.

Ese es el principal problema. Pero luego está que nuestra legislación no se aplica. Las autoridades españolas están actuando con una laxitud muy irresponsable. Tenemos un montón de legislación inherente a los inmigrantes ilegales que se puede aplicar y se les puede devolver en caliente, para que no tengan que esperar.

Entran por un punto autorizado, de manera ilegal, usando una violencia inusitada contra los agentes de la Guardia Civil, provocando muchas heridas… Ellos saben que si pasan se quedan. ¿Cómo no van a emplear esa violencia? Es el mensaje que les estamos dando. Hay mucha legislación para hacer devoluciones in situ, al momento (…).

Hay hasta legislación supranacional, como la sentencia del 13 de febrero de 2020 que emitió la Gran Sala del Tribunal Supremo de los Derechos Humanos, que más o menos viene a decir que los estados pueden rechazar la entrada a su territorio de todos los ciudadanos extranjeros con conductas contra los mecanismos de entrada regularizados y previstos. Como cruzar la frontera por lugares distintos a los habilitados y más todavía si emplean la violencia.

Ese rechazo en frontera y devolución en caliente es una práctica común, realizada en todos los países realizada en todos los países de la Unión Europea.

En el caso de Polonia, antes de la guerra de Ucrania, con la crisis migratoria que tuvo auspiciada por Bielorrusia, pues Polonia blindó su frontera, tanto con Policía como con unidades militares de manera que no pasó ni uno. Con la Ley. O sea, no tenemos que tener ningún complejo. La Ley está para eso, para cumplirla.

Y los guardias civiles que están en la valla de Melilla están para que se cumpla, para defender nuestra soberanía, nuestra legislación, para defender la soberanía del pueblo español. Jucil, como asociación representativa mayoritaria, por supuesto que no estamos en contra de la inmigración, todo el mundo tiene derecho a buscarse una vida mejor, pero ha de ser de forma ordenada, por los cauces legales. Es que es también un desprecio hacia los inmigrantes legales que llegan a España todos los años con sus papeles, con sus permisos de residencia, con su permiso de trabajo, por los aeropuertos, por los puestos fronterizos, que vienen a labrarse un futuro mejor y consideran que aquí en España lo pueden conseguir y España los acoge.

Lo que no puede ser es que de manera violenta despreciemos a los inmigrantes que vienen aquí a aportar y a sumar, acogiendo a los que vienen por la fuerza, por la violencia. Es el mensaje que estamos dando que causa un efecto llamada que tiene consecuencias graves en ocasiones, como la del pasado viernes, que fue muy grave.

P: IU Andalucía ha exigido hace unas horas la regularización de los casi 500.000 inmigrantes ilegales que viven en nuestro país, ¿no es esto un efecto llamada?

R: Lo que hace alguna formación política es irresponsable. Como decimos en Galicia, el hablar no tiene puertas. Y la demagogia barata lo único que conduce es al buenismo, y el buenismo mata.

No digo que los haya matado IU, pero esos discursos de determinados políticos también contribuyen al efecto llamada. Hablar desde su casa en Madrid un señor que no sabe lo que pasa en la frontera, que no sabe lo que viven nuestros compañeros, que saben de sobra que están en un número escaso y no han reforzado eso, año tras año viendo lo que está pasando, y que no les doten de material antidisturbios y que no les permiten aplicar la Ley, esos políticos lo que son es unos irresponsables.

Los guardias civiles, como militares y como servidores públicos, entendemos que la jerarquía ha de ir unida a la responsabilidad. Cuando hablamos de jerarquía hablo de la jerarquía política, de los que tienen el deber de cumplir el mandato de la Constitución y que cada cuatro años deciden los ciudadanos.

Que saquen este país adelante, que lo defiendan, que le den una calidad de vida, que mantengan la a salvo la libertad… Pues hay políticos que no lo cumplen. Nosotros no estamos al servicio de ellos. Los políticos están al servicio del pueblo español. Firma el pueblo un contrato con ellos que se renueva cada cuatro años.

Tal vez ha llegado el momento de que la sociedad civil y los ciudadanos decida qué tipo de seguridad quieren para ellos y para sus hijos en el futuro, y la exijan de esa manera a las formaciones políticas. La seguridad debe quedar totalmente al margen de cualquier tipo de ideología.

Para que un pueblo sea plenamente libre y democrático hay unos requisitos básicos. Es de primero de ciencias políticas. Unos requisitos que si no se van dando de forma paulatina los anteriores pues los posteriores no se pueden producir.

El primero es la seguridad física. Que no roben, que la gente no se salte la Ley, que no te agredan por la calle… Una vez que hay una seguridad física lo que viene es una jurídica, que te avala y te castiga según tus conductas y tus necesidades. Después de esta seguridad jurídica viene la prosperidad económica y después el acceso a la cultura. Si el primero no se da, los tres siguientes no se van a dar.

P: ¿Qué respaldo hay por parte del Ministerio de Interior y del Gobierno?

R: Ninguno. Tanto al ministro Marlaska como a la secretaria general de la Guardia Civil, María Gámez, se les ha explicado de primera mano, aunque ya lo saben, las circunstancias en las que trabajan nuestros compañeros. Se les pidió refuerzos, se les pidió que autorizaran el uso proporcionado del material antidisturbios que tenemos…

De hecho, en marzo hubo varios saltos, el de los 800 individuos que accedieron a territorio nacional, pero es que un día después lo volvieron a intentar otros tantos y gracias al uso de gases lacrimógenos y pelotas de goma no saltó ninguno. En esta ocasión no ha sucedido así. El ministro ha prometido esos refuerzos, ha prometido esos medios, ha habilitado la compra de unos drones, y hace falta personal, medios humanos, y material.

Nosotros consideramos que tanto para Melilla como para Ceuta, como mínimo hacen falta 200 agentes en cada una de las ciudades autónomas preparados en control de masas y en la protección de esta valla. Se lo hemos pedido al ministro por activa y por pasiva y hasta ahora sólo tenemos la callada por respuesta.

P: ¿Por qué en marzo si se pudieron usar las pelotas de goma y los gases lacrimógenos y el otro día no?

R: Porque no se han repuesto los que se utilizaron. Nos consta que hay una partida en la península, que todavía no ha salido de ahí, así que los compañeros lo racionan porque no saben lo que va a pasar después o al día siguiente. Es una irresponsabilidad total por parte de las administraciones.

Y las mafias que organizan estos viajes lo saben. De hecho, nos consta que a todas las rutas de inmigración ilegal que estaban yendo a otros puntos de Europa como Italia o Grecia se las está incentivando por parte de las mafias a que lo intenten en España. Tanto por Ceuta y Melilla, como por pateras, como veremos próximamente, llegando a Almería, llegando a Murcia, llegando al Levante y llegado incluso a Baleares o al archipiélago canario desde la costa marroquí.

Aunque haya vendido desde la administración que han llegado a un acuerdo con Marruecos para que controle esto las pateras siguen saliendo.

P: ¿Cómo se financian las mafias?

R: Cobrando a esta gente. A un subsahariano le puede costar unos 3.000 euros llegar a Melilla. Les cobran por tramos. El último tramo es la bajada del monte Gurugú a la valla y ronda entre 150 y 300 euros. Luego, la cantidad de 3.000 se alcanza por los demás gastos por el camino. En taxis, alquilar vehículos, hospedaje, en ir aguantando, en pagar mordidas…

P: Pero, entonces, ¿lo único que nos queda hacer como nación es levantar la valla?

R: No, no. La forma más efectiva de combatirlo es, primero, reparar la valla.  Porque desde antes de la pandemia hay un tramo en la valla de Melilla de unos 3 kilómetros que está sin reparar. Se está reparando a unos diez metros por día. Y la administración sabe que todos los saltos que se están produciendo por Melilla se producen por ahí. Que empiecen por ahí.

Que vuelvan a poner las concertinas. Que vale que las concertinas causan heridas, pero la concertina no es un ser vivo que se tire de la valla a por el que está debajo. Si no subes a la valla la concertina no te corta.

Tú tienes que tener algunos medios para salvaguardarlo. ¿Qué hubiera pasado si hubiera muerto un guardia civil? ¿Piensas que esos políticos que mencionabas antes se iban a rasgar las vestiduras y se iban a llevar las manos a la cabeza? No. Porque en el fondo siempre nos han despreciado. Nos han despreciado con la equiparación salarial, que tuvo un 90% del apoyo del Congreso de los diputados. Esos partidos que mencionas lo votaron a favor. Pensábamos que ya lo teníamos.

Incluso Pablo Iglesias llegó a decir que el movimiento Jusapol era un ejemplo de la lucha de los trabajadores. Bueno, pues unos meses después, de manera torticera y a traición, en una comisión de Interior del Congreso, donde PSOE y Podemos tienen mayoría, pues votan en contra. Nosotros no les importamos nada. Se les puede llenar la boca con igualdad y con derechos y a nosotros nos niegan esa igualdad y esos derechos.

P: Y lo único que pedís es que se os pague a todos lo mismo…

R: Los Mossos de Escuadra son 7.000 agentes para una Comunidad Autónoma. Entre Guardia Civil y Cuerpo Nacional de Policía podemos llegar a los 150.000 para una sola nación. De toda una nación que está recibiendo la cumbre de la OTAN, que está vendiendo seguridad. Tienes policías de élite, muy preparados, pero low cost.

P: Para cerrar el asunto de los inmigrantes, Vox alega que este tipo de inmigrantes tienen una cultura muy diferente a la nuestra. ¿Es así?

R: Los inmigrantes que saltan la valla siempre lo han hecho con una violencia inusitada. No es nada nuevo. Pedimos más medios y más personal para afrontarlo con seguridad y con plenas garantías de poder salvaguardar la seguridad de los españoles.

 

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