Puertas abajo y droga a raudales: así ha sido el golpe policial a los narcos en las Tres Mil Viviendas
El operativo ha concluido con varios detenidos y nueve registros domiciliarios
El repicar de los arietes en las puertas y el intenso olor a marihuana ha marcado la segunda fase de la operación Vulcano que la Policía Nacional ha llevado a cabo en la mañana de este viernes en las Tres Mil Viviendas de Sevilla. El dispositivo, que ha contado con el despliegue de 100 agentes, se ha saldado con nuevos detenidos y una decena de registros domiciliarios en dos puntos de la barriada, la zona de Murillo y la de Martínez Montañés, conocida esta última como Las Vegas.
En la macrorredada han participado 80 agentes de la UIP -la unidad antidisturbios- y también efectivos de la UPR e investigadores de la Policía Judicial, que han contado con el apoyo en tierra de la unidad de caballería y en el aire de drones y un helicóptero. Las actuaciones se han dirigido expresamente contra los cultivos de marihuana en el interior de viviendas y la posesión y uso de armas de fuego. Se han incautado nueve plantaciones en nueve registros.
Tras el tiroteo con armas de guerra del pasado sábado (en los vídeos grabados por los vecinos se escuchan ráfagas de AK-47 y se ve munición trazadora), la Policía intervino ese mismo fin de semana armas, munición y casquillos de proyectiles.
El miércoles, la barriada amaneció con 300 policías tomando las calles y practicando registros. El operativo dejó más de una decena de detenidos tras la entrada en 16 viviendas, donde también se decomisaron armas y drogas.
«Guetos» de droga y delincuencia
El alcalde de Sevilla, José Luis Sanz, ha afirmado este viernes que la seguridad ciudadana en las Tres Mil Viviendas «no es una batalla perdida» y ha alabado el «gran trabajo» que viene haciendo en la zona la Policía Nacional.
«En el Polígono Sur vive muchísima gente que se levanta todas las mañanas a trabajar, pero que, desgraciadamente, convive con una serie de clanes. Eso es lo que tenemos que atajar y controlar con este tipo de operaciones», ha apuntado Sanz en una entrevista en La 1 de TVE.
El primer edil ha explicado que el tiroteo del sábado se produjo «por una pelea entre dos clanes» de narcotraficantes y el asunto ya está «controlado» con las últimas actuaciones y detenciones. Los clanes implicados fueron los Caracoleños y los Naranjeros, que trataron de ajustar cuentas tras un vuelco de droga.
Con relación a la reunión mantenida este jueves con la Subdelegación del Gobierno, Sanz ha recalcado que el Ayuntamiento «se tiene que dedicar a seguir aplicando las políticas sociales y articulando planes de empleo», mientras que la Junta ha de centrarse en «planificar las políticas de vivienda que hacen falta». «Hay que cambiar las políticas urbanísticas que se han seguido en esos barrios. Los criterios utilizados los han convertido muchas veces en auténticos guetos», ha subrayado.
Sanz también ha garantizado la prestación de todos los servicios municipales para solucionar el problema de los cortes de luz por los enganches ilegales a la red eléctrica que alimentan las plantaciones de marihuana en el interior de los bloques.
El alcalde trasladará a la consejera de Fomento, Rocío Díaz, la propuesta de derribar algunas viviendas vacías, utilizadas para cultivos de droga, y «regenerar espacios públicos» con la recuperación de «zonas verdes». «Para eso, evidentemente, necesitamos la colaboración de la Junta de Andalucía, que no me cabe duda de que la tendremos, porque es la competente en políticas urbanísticas dentro del Polígono Sur y la propietaria de la mayoría de los bloques», ha zanjado.
Por su parte, el consejero de Interior, Antonio Sanz, ha solicitado este viernes al Gobierno central y al Ministerio del Interior que «siga respaldando» a los cuerpos policiales para que continúen «con una presencia activa» en las Tres Mil Viviendas.
Asimismo, el consejero ha apostado por la cooperación entre administraciones como «el mejor camino para abordar esta problemática» y encarar «el conjunto de decisiones» que requiere esta barriada, «ya no sólo desde el punto de vista puntual de la seguridad, sino desde todas las perspectivas, sociales, económicas y educativas».