El niño de Linares olvidado pasó seis horas dentro del coche y murió por falta de oxígeno
La autopsia señala que la hipoxia por las altas temperaturas provocó la muerte del menor


La autopsia realizada al niño de 23 meses que murió este martes en Linares (Jaén) ha concluido que falleció por falta de oxígeno tras quedar seis horas encerrado en el coche de su padre de acogida, que olvidó dejarlo en la guardería. El hombre, acusado de un delito de homicidio imprudente, se encuentra en libertad a la espera de pasar a disposición judicial.
El informe preliminar del Instituto de Medicina Legal (IML) de Jaén, publicado en medios locales, señala que la hipoxia a causa de las altas temperaturas habría causado la muerte del menor. El padre, un profesor jubilado de 68 años, solía llevarlo todos los días a la guardería a las 9:00 horas. La llamada al 112 se produjo a las 14:55 horas.
Según informa Ideal, el calor en el interior del vehículo –Linares registró el pasado martes temperaturas cercanas a los 30 ºC– provocó estrés en el pequeño, que no podía moverse de la silla. Al no poder regular su temperatura corporal sufrió un golpe de calor, lo que hace que el cuerpo se sobrecaliente y trabaje de más para mantener una temperatura interna adecuada. Este sobreesfuerzo del organismo implica una mayor demanda de oxígeno y dificulta la respiración, conduciendo a la hipoxia y, finalmente, a la muerte.
La investigación de la Policía Nacional continúa abierta y a la espera del informe definitivo del forense.
El padre se personó este miércoles en comisaría para colaborar en la reconstrucción de los hechos. Dos policías fueron en coche a la guardería y regresaron a la calle donde el investigado aparcó el vehículo y se olvidó al niño dentro antes de subir a casa. La reconstrucción duró unos 15 minutos.
Un «lapsus temporal»
La abogada del padre sostiene que no fue un «despiste», sino un «lapsus temporal». «Estaba en la total y absoluta creencia de que, como todas las mañanas, había dejado al niño en la guardería», afirmó este miércoles la letrada, Rocío Garrido, en declaraciones a Europa Press.
Los padres del niño habían realizado otros 13 acogimientos desde 2017. Según la Federación Andaluza de Familias de Acogida, el matrimonio tenía una trayectoria «intachable» en su dilatada experiencia con menores a su cargo. El padre tenía 68 años, y la madre, trabajadora social, 55. Además del pequeño, la pareja tenía a otra niña acogida. Desde el martes se encuentra con otra familia y será la Junta de Andalucía quien decida su futuro.
El padre se enfrenta a una pena de entre uno y cuatro años de cárcel por un presunto delito de homicidio imprudente. Su defensa considera que no procede esta calificación penal porque no hubo «actitud temeraria o descuidada». Confía en que el caso se aborde desde un marco «médico-legal» y quede «archivado». Por lo pronto, el padre tendrá que someterse a diversas pruebas médicas antes de declarar en sede judicial.
La investigación policial deberá esclarecer por qué no dejó al pequeño en la guardería, como hacía cada día. Tampoco se mensajeó con las responsables del centro, como era habitual. Ese día cambió de planes y fue en coche en vez de llevar al niño en su sillita, pero no lo dejó en centro. Volvió con él a casa y se lo olvidó supuestamente dentro del vehículo, que tenía los cristales tintados e impedía a los viandantes ver su interior. La calle Pintor El Greco es una vía cercana al centro, muy transitada a esas horas. Al ir la madre a recogerlo a la guardería le dijeron que allí no estaba. Fue al volver a casa, ya por la tarde, y preguntar al padre por el niño, cuando el hombre cayó en la cuenta. La mujer, en estado de shock, tuvo que ser atendida por los servicios médicos, que nada pudieron hacer por salvar la vida del pequeño.