A juicio un inmigrante mauritano acusado de matar a su pareja y tirar el cuerpo a un contenedor de basura
Montero adoctrina a policías con la podemita que acusa de violentos a los hombres «con pene pequeño»
Fundación Mutua reconoce las mejores creatividades de estudiantes contra la violencia de género
Irene Montero paga 12.100 € a dedo por un informe sobre la «violencia política» que dice sufrir ella misma
Esta semana se celebrará el juicio en la Audiencia Provincial de Almería en el que un jurado tendrá que dilucidar si K.K., el hombre de 32 años y de nacionalidad mauritana que fue detenido como presunto autor del crimen de su pareja A.B., cumple los 23 años de prisión que reclama la Fiscalía para él. El cuerpo de la joven, de sólo 28 años, fue encontrado por un operario en la planta de residuos de Gádor (Almería) tres días después de su muerte en avanzado estado de deterioro.
La vista, en la que la Fiscalía solicita 23 años de prisión para el acusado así como otros diez años de libertad vigilada, arrancará en la Sección Tercera el día 29 con la constitución del jurado y la declaración del procesado, quien se enfrenta a un delito de asesinato. No obstante, la acusación particular también considera que concurren los delitos de denuncia falsa, lesiones psíquicas y contra la integridad moral.
Los hechos tuvieron lugar en septiembre de 2018 y conllevaron la detención de K.K. nueve días después del crimen, cuando trataba de tomar un avión con destino Casablanca (Marruecos) en el aeropuerto Adolfo Suárez de Madrid-Barajas para evadir la acción de la justicia.
Según el auto de hechos justiciables, consultado por Europa Press, el crimen habría tenido lugar entre las 2,20 y 3,00 de la madrugada del 25 de septiembre de 2018, cuando el acusado se encontraba con su pareja sentimental A. B., de 28 años de edad, en el domicilio donde ambos convivían en Las 200 Viviendas de Roquetas de Mar, donde habrían mantenido una «fuerte discusión» en la que ella le anunció que iba a terminar con la relación.
Así, «como último acto de venganza y control sobre ella», de forma «sorpresiva», el acusado habría empleado un cable para estrangular a la mujer, quien a pesar de su «resistencia» falleció por asfixia mecánica.
Según el relato policial, que no recoge la Fiscalía, el hombre se deshizo del cadáver tras el crimen, con lo que lo arrojó a un contenedor de basura tras haber transportado el cuerpo en su coche hasta una zona diseminada del Poniente almeriense, esto es, a unos 70 kilómetros del lugar en el que apareció la mujer tres días después, cuando un camión de basura lo llevó hasta la planta de residuos ubicada en la localidad de Gádor.
El jurado deberá determinar además si el acusado concurrió en más delitos si se da por probado que, justo tras el hallazgo del cadáver, acudió de madrugada con la madre de la víctima a dependencias de la Guardia Civil para denunciar la desaparición de la mujer con «información mendaz», al asegurar que la anterior pareja de la víctima «tenía una orden de prohibición de aproximación y comunicación respecto a ella, dictada en una causa por posible violencia de género».
La denuncia, con la que habría tratado de montar una coartada antes de intentar fugarse del país puesto que la aparición del cuerpo había trascendido ya en los medios de comunicación, dio lugar a la instrucción de un atestado policial que fue remitido a dependencias judiciales para la apertura de la oportuna causa.
No obstante, este aspecto levantó recelos entre los investigadores, quienes ante la aparición del cadáver ya habían realizado una consulta a la base nacional de datos de personas desaparecidas y restos humanos con la que se descartó la relación del cuerpo con casos recientes en Almería y otras provincias limítrofes. Cabe recordar el mal estado en el que se encontraba el cuerpo, en avanzada descomposición tras varios días en un contenedor, dificultó la identificación del mismo.
El sospechoso ofreció a los investigadores distintas versiones orientadas a hacer creer que la mujer «se había ido de casa» y sobre su posible presencia en Murcia. Asimismo, el hombre habría negado que su pareja, con la que llevaba apenas dos meses de relación, ejerciera la prostitución aunque «era él mismo el que iba al local, la llevaba, la recogía y permanecía a veces en el mismo mientras que ella seguía trabajando».
El hombre, que también ocultó a los agentes de la Guardia Civil el lugar de residencia donde se habría producido el crimen, se deshizo también del vehículo que había empleado para transportar el cuerpo hasta un contenedor, de forma que lo habría vendido a un amigo suyo a fin de evitar que fuera objeto de exploración.
El detenido a través de la operación ‘Dump’ de la Guardia Civil habría tratado de obtener un «salvoconducto» de la Embajada de Mauritania para permanecer en Marruecos, toda vez que se había hecho con un billete de avión como parte de su plan de huida. Fue detenido en la propia T4 tras alcanzar la zona de embarque.
La víctima tenía cuatro hijos de otra relación en la fecha de los hechos. Su madre reclama una indemnización por su fallecimiento que la Fiscalía cifra en 120.000 euros.
El teléfono 016 es el número de información y asesoramiento jurídico para las víctimas de violencia machista y su entorno. Funciona las 24 horas, es gratuito y no deja rastro en la factura telefónica aunque puede quedar registrado en ciertos terminales. El servicio 016 ha incorporado un servicio permanente de WhatsApp al número 600000016 y el correo electrónico [email protected].
Temas:
- Marruecos
- Violencia de género