Los drones con droga amenazan las cárceles de Marlaska: «El día que metan armas esto será Colombia»
Los funcionarios de Botafuegos piden inhibidores de frecuencia para frenar los aparatos, controlados por mafias del Estrecho
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![David García de Lomana](https://okdiario.com/img/2023/08/01/foto-david-garcia-de-lomana.jpg)
Además de progreso, las nuevas tecnologías traen nuevas amenazas. Los drones llevan tiempo sobrevolando las cárceles españolas e introduciendo en ellas los bienes más codiciados entre los presos: drogas y teléfonos móviles. Los funcionarios de prisiones advierten de que en cualquier momento pueden entrar armas de fuego y la situación se tornará crítica.
En la cárcel de Algeciras-Botafuegos (Cádiz), la prisión más peligrosa del país, los drones los controlan las mafias del Estrecho. «Previo pago, te ponen lo que estimes. Y el día que metan armas, esto se parecerá a Colombia», explica a OKDIARIO José Luis Alcaraz, portavoz del sindicato Acaip en este centro penitenciario. De momento no hay un sistema antidrones ni inhibidores de frecuencia capaces de frenarlos. Y las mafias lo saben.
También lo sabe el secretario general de Instituciones Penitenciarias, Ángel Luis Ortiz. «Hace dos años visitó la cárcel de Algeciras y se le informó de esta problemática. Contó que tenía unos proyectos piloto, pero seguimos esperando. Inhibidores de frecuencia de drones no hay en ningún centro penitenciario, y los inhibidores de móviles están obsoletos. Con los teléfonos 5G no valen. Este problema se puede ir de las manos. El día que metan objetos más peligrosos nos vamos a reír todos», avisa Alcaraz.
La pasada semana, los funcionarios de Botafuegos detectaron un nuevo dron. Se paró frente a la ventana de la celda de un preso marroquí condenado a 14 años de prisión y le facilitó 100 gramos de hachís, tres teléfonos móviles y un cargador. Meses atrás, un dron perdió el control y cayó en la terraza de un vecino de la cárcel. El aparato portaba hachís, cocaína y dos teléfonos móviles.
Narcos en prisión
Con amenazas, agresiones, suicidios, sobredosis, motines e incluso coches de funcionarios calcinados, la prisión de Botafuegos es un polvorín para los funcionarios. Afortunadamente, los narcos más peligrosos del Campo de Gibraltar han sido trasladados paulatinamente a otros centros penitenciarios.
«Los narcotraficantes gruesos ya no están en Algeciras. Aquí no los queremos porque lo que traen son problemas. Los funcionarios somos de la zona. Vivimos aquí y trabajamos las 24 horas, y lo más normal es que cuando salgan te los encuentres en la calle, te coaccionen y te amenacen. Por eso se pidió que los narcos fuertes y potentes de la comarca no estén aquí. Si traen un narcotraficante gallego que no conozco de nada, cuando termine se va a marchar de aquí. El narco que es de Zaragoza, viene aquí, cumple su condena y se marcha. Y ya no lo ves más», señala el portavoz local de Acaip.
Por suerte para los funcionarios, este requerimiento sí se ha cumplido. «Desde hace un año y pico se lleva a rajatabla. Aquí lo que hay son muchos presos extranjeros, marroquíes sobre todo, vinculados a clanes del Estrecho». En su mayoría son aguadores, los encargados de vigilar los puntos de entrega de droga para dar el agua, es decir, alertar a los narcos de movimientos sospechosos, de quién entra y quién sale.
El pasado mes de febrero, la Policía Nacional detuvo a dos personas por amenazar de muerte a un trabajador de la cárcel de Botafuegos y prender fuego a su vehículo en la misma puerta de su domicilio. En marzo, tras una pelea, un preso acabó en la enfermería y otro en el módulo de aislamiento, y este último se dirigió a los funcionarios en los siguientes términos: «Sé dónde vives y voy a ordenar un bizum para que te maten. Os voy a meter en el maletero del coche y os voy a quemar. Tengo gente en La Línea, Los Barrios y en La Bajadilla -barrio de Algeciras-. Os voy a matar a todos, pasad que os corto el cuello». Era un reo granadino de 32 años.
El sindicato Acaip viene denunciando cada incidente y exige al Ministerio del Interior de Fernando Grande-Marlaska que Botafuegos y su personal se encuadren dentro del Plan de Especial Singularidad del Campo de Gibraltar. «Desconocen que somos un eslabón esencial de la cadena de seguridad», sentencian.