Juicio al 'chófer de la coca'

El ‘chófer de los ERE’ pagaba a su camello con billetes de 500 y le pidió ir a Sudamérica a por cocaína

El camello del chófer de Guerrero, testigo en el juicio, declara que facilitaba a Trujillo droga en grandes cantidades

La trama del ‘chófer de los ERE’: 5 gramos al día para Guerrero y 25.000 € al mes fundidos en cocaína

Francisco Javier Guerrero
Francisco Javier Guerrero, a la izquierda, en una de sus visitas a la Audiencia de Sevilla (EFE).
David García de Lomana

Segunda jornada del juicio que se celebra en la Audiencia de Sevilla contra Juan Francisco Trujillo, el que fuera chófer del socialista Francisco Javier Guerrero, ex director general de Trabajo de la Junta de Andalucía condenado por el caso ERE. Este miércoles ha sido el turno de los testigos, entre ellos el camello de confianza de Trujillo, que ha declarado que éste le pagaba en «billetes de 500» euros y que incluso le propuso una vez viajar a Sudamérica para comprar cocaína con dinero de la Junta, pero rechazó el viaje: «Yo entonces era cocainómano, pero no gilipollas».

El testigo, cocinero de profesión, ha dicho ser «amigo» de Guerrero «desde pequeñito», pero tras quedar en paro recurrió al ex alto cargo del Gobierno andaluz y el socialista le enchufó en la consultora Vitalia Vida, donde trabajó «año y pico» pese a que «no tenía experiencia» en el sector. La entidad elaboraba para la Junta de Andalucía las pólizas de seguro de rentas financiadas irregularmente por el departamento de Guerrero, pero el testigo ha reconocido que no tenía «ni idea» del trabajo que desempeñaba la consultora y que él era entonces «adicto a la cocaína». Antonio Albarracín, ex directivo de Vitalia, figura también como acusado en este juicio.

El camello ha asegurado que Trujillo recurrió a él en «tres o cuatro ocasiones» para comprar cocaína en grandes cantidades, «10, 15 o 20 gramos» cada vez, y que el chófer pagaba siempre «con billetes de 500» euros. También ha manifestado que Guerrero, fallecido en 2020 víctima de un paro cardiaco, «nunca» le pidió droga, aunque sí la tomó con él, y era siempre Trujillo quien requería sus servicios. La confianza entre ellos era tal que el chófer le dejó entrever la posibilidad de viajar a Sudamérica para comprar más y más cocaína, pagada, por supuesto, con dinero público.

Con relación a su función en Vitalia, el camello ha sido rotundo: «Yo hacía el tonto, no sabía cómo funcionaba -la empresa-. Notaba que algo raro había, porque me tenían para echar horas» que justificasen el sueldo, ha manifestado a preguntas del letrado de la Junta de Andalucía.

La Audiencia de Sevilla investiga en este juicio de la pieza separada de la macrocausa de los ERE los casi 1,5 millones de euros que Guerrero concedió a Trujillo con subvenciones irregulares de la Junta a falsas empresas creadas por su chófer. El dinero se lo acabaron fundiendo en droga, locales de copas y regalos para el socialista como contraprestación por las ayudas.

La Fiscalía Anticorrupción reclama 14 años de cárcel, 30 años de inhabilitación y el pago de una indemnización de más de 1,47 millones de euros para Truijllo, que este lunes ratificó «totalmente» lo que declaró en su día ante la Policía y ante la juez que investigó el caso, Mercedes Alaya. «Sigo diciendo que soy culpable», aseveró.

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