Anticorrupción halla pruebas del pago de comisiones a los Pujol en Barcelona 92

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La investigación judicial de la trama de comisiones ilegales y blanqueo de capitales de la familia Pujol ha detectado movimientos bancarios en paraísos fiscales, como Andorra, en paralelo a la adjudicación de obras vinculadas con los Juegos Olímpicos de Barcelona de 1992. Según fuentes de la investigación, estos trasvases dinerarios alimentan la sospecha policial del cobro de comisiones ilegales por las decenas de contratos que movió la organización de los Juegos, siendo Jordi Pujol Soley president de la Generalitat.

Algunos de estos ingresos, que han acabado en sus cuentas opacas, tenían por origen a los hijos de Pujol cuando ni siquiera tenían empleo. Por tanto, estaban siendo usados para canalizar pagos ajenos a su persona y ocultando su motivación real.

La hipótesis de la investigación policial es la siguiente: si ya está acreditado que Jordi Pujol Ferrusola ha cobrado en los últimos años comisiones por trabajos de asesoría, cuya existencia real se ha visto cuestionada hasta por los propios pagadores, este modus operandi existió igualmente en la década de los noventa. Como sostiene la fiscalía Anticorrupción, el clan lleva décadas blanqueando dinero de negocios familiares. Y tras comprobar un reguero de ingresos sin justificar en vísperas de los Juegos Olímpicos, esta sospecha se acrecienta.

El macrorregistro desplegado ayer por la UDEF en los domicilios de la familia Pujol y empresarios afines busca ampliar los indicios ya acumulados de comisiones rogatorias en el Reino Unido y en Andorra.

Pero lo más relevante de las recientes pesquisas policiales no es la detección de la riqueza oculta en paraísos fiscales. El flujo del dinero es inverso al lógico en el caso de una fortuna opaca que se intenta repatriar o blanquear. Al contrario: no es dinero que sale de Andorra, sino dinero que llega a Andorra desde cuentas de los Pujol en España, empresas vinculadas a los mismos, mediante bufetes afines o complejos circuitos financieros.

Pero hay un dato más sospechoso: los fondos ocultos de los Pujol en Andorra se nutrieron de remesas de dinero con origen en hijos del ex president cuando ni siquiera tenían empleo. Unos abonos en tales cuentas opacas que carecían de toda justificación.

El propio Pujol Ferrusola admitió que el dinero de la familia depositado en Andorra entre 1990 y 2000 se multiplicó de tres a ocho millones mediante inversiones financieras, pero confesó que no tenía documentación para demostrarlo.

Y ese es el periodo justamente, sobre todo a principios de los 90, en el que los investigadores sospechan que la fortuna opaca en Andorra se incrementó mediante el cobro de comisiones en vísperas de los Juegos Olímpicos, donde se multiplicaron los contratos millonarios adjudicados por la Administración catalana bajo el mandato de Jordi Pujol Soley.

Los trasvases de dinero de la trama Pujol hacia sus cuentas opacas tiene otro elemento de sospecha: la Policía no ha visto justificados tales abonos. Esta es la razón por la que la Policía y Anticorrupción quieren hacer converger toda la investigación en la Audiencia Nacional: porque el origen de la fortuna amasada por los hijos no puede desarrollarse al margen del dinero oculto por Jordi Pujol Soley.

El macrorregistro desplegado ayer intentaba multiplicar los indicios buscando nexos entre las empresas que ya se conoce que pagaron comisiones a Pujol Ferrusola con los ingresos detectados en paraísos fiscales como Andorra de miembros de la familia.

La fiscalía Anticorrupción y la Policía han destripado el entramado familiar: “Durante décadas la familia Pujol-Ferrusola (padres e hijos) ha actuado conjuntamente bajo la dirección del imputado Jordi Pujol Ferrusola, desarrollando numerosos negocios económicos, así como diferentes actuaciones dirigidas a lograr el blanqueo de los capitales obtenidos”.

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