Un descubrimiento asombroso

Neápolis, la ciudad romana sumergida de Túnez

ciudad romana sumergida de Túnez
Neápolis, la ciudad romana sumergida de Túnez (2)

Los romanos pueden definirse como una de las civilizaciones más importantes de la humanidad. El Imperio Romano implantó su ley en territorios de todo el mundo y dejó su huella en todos estos rincones por medio de unas obras arquitectónicas consideradas como un auténtico regalo para la vista.

El Coliseo Romano, el Teatro de Mérida y el Acueducto de Segovia son algunos de los monumentos más conocidos por la sociedad. Pero esta vez hemos querido viajar hasta Túnez para hacernos eco de uno de los descubrimientos más importantes de la década: la ciudad romana sumergida de Túnez.

Un descubrimiento sin precedentes

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Buzos en las tareas de medición

La naturaleza es capaz de casi cualquier cosa y los desastres naturales son merecedores de su nombre. En el siglo IV, un enorme tsunami arrasó las costas de Túnez llevándose todo lo que encontraba a su paso. Una de las ciudades más dañadas fue Nabeul, que quedó completamente sepultada por la fuerza de la gran ola. Ahora, miles de años después, los arqueólogos han desenterrado los vestigios de lo que se considera la ciudad romana sumergida de Túnez.

Conocida con el nombre de Neápolis, esta localidad tiene una antigüedad total de 1.700 años y está localizada a escasos kilómetros de la costa de Nabeul. Una superficie de unas 20 hectáreas en el que se han encontrado calles, monumentos y hasta 100 tanques que servían para producir garum, un ungüento a base de pescado que era muy famoso en la cultura gastronómica romana. Un producto vital para los ciudadanos de Neápolis que se enmarcaba como el motor de su economía.

Una búsqueda laboriosa

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Algunos de los restos de la ciudad

Las tareas de búsqueda de esta ciudad romana comenzaron a labrarse en el año 2010 cuando un grupo de arqueólogos del Instituto Nacional del Patrimonio tunecino comenzaron a escavar con la inestimable ayuda de la Universidad de Sassari. Un equipo liderado por Mouni Fantar que se basó en antiguos manuscritos de Amiano Marcelino (siglo IV d.C.) con el fin de conocer más datos sobre esta ciudad fantasma. Unos pergaminos en los que se aseguraba que la ciudad quedó sumergida a causa de un enorme tsunami que también dañó ciudades como Alejandría o Creta en el año 365 d.C.

Las condiciones climáticas más favorables de los últimos años han permitido facilitar las labores de búsqueda de una ciudad que era considerada por los romanos como el centro más importante para la fabricación de garum y sal. Todo un hito para los comerciantes del imperio.

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