La joya medieval que sigue anclada en el siglo XII: los turistas creen que están en una máquina del tiempo
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En una zona poco frecuentada de Aragón, se esconde un pueblo de Teruel cuya morfología urbana y estructura arquitectónica remiten a tiempos de antaño. Esta joya medieval, que hoy cuenta con poco más de 2.500 habitantes, mantiene en pie edificios que jugaron un papel fundamental en la organización eclesiástica y civil de la región durante los siglos XIV y XV.
Los elementos más representativos de este conjunto urbano no fueron alterados por la modernidad. Sus construcciones más emblemáticas fueron levantadas bajo la tutela del poder eclesiástico y de nobles aragoneses. El resultado es un trazado urbano compacto, de cuestas empedradas y casas de piedra, que parecen de un cuento detenido en el tiempo. Es, sin duda, uno de esos pueblos que todo el mundo debería visitar al menos una vez en la vida.
¿Cuál es la joya medieval española que se quedó en el siglo XII?
En esta ocasión toca hablar de Valderrobres, el principal núcleo de la comarca del Matarraña. Su localización estratégica, junto al río que da nombre a toda la región, le confirió una relevancia notable desde época medieval.
El acceso al centro histórico ya parece de película: se realiza a través de un puente gótico de piedra cuya construcción se remonta a finales del siglo XIV.
Este puente, de cuatro ojos y provisto de tajamares, es una obra de ingeniería adaptada a las crecidas del río. En el siglo XVI, sobre su último tramo se edificó la casa consistorial, transformando su perfil. Este acceso conecta directamente con el portal de San Roque, la antigua entrada principal al recinto amurallado.
A partir de ese punto, la trama urbana se articula a través de callejuelas estrechas, muchas de ellas ascendentes, con edificaciones nobles y elementos heráldicos visibles. La Casa de los Moles, de finales del gótico, conserva la típica logia aragonesa que dominaba las fachadas de relevancia.
¿Qué se puede visitar en Valderrobres?
Hay muchos lugares para echarles el ojo. Por empezar, un destacado es el castillo-palacio que domina la cima del municipio. Este fue residencia de los arzobispos de Zaragoza. La construcción, iniciada en el siglo XIV, ha combinado históricamente funciones defensivas y residenciales.
Desde su torre más alta es posible observar el caserío en su conjunto y el paisaje que lo rodea.
En tanto, frente al castillo se sitúa la iglesia de Santa María la Mayor, otro exponente del gótico levantino aragonés. Su portada, minuciosamente tallada, y su planta de tres naves reflejan el poder económico y simbólico que tuvo el clero en esta zona.
Otros edificios notables completan este conjunto urbano son:
- Casa consistorial: finalizada en 1599, es obra del maestro Antonio de Champanach. Su diseño se inspira en el ayuntamiento de Alcañiz e incorpora una lonja de uso comercial.
- Palacio: edificado a los pies del castillo. Durante siglos sirvió para la recaudación de tributos y albergó dependencias religiosas, como un hospital para pobres.
- Hospital: integrado en el mismo edificio que el palacio, funcionó hasta el siglo XIX. Fue reconvertido en escuela y más tarde en almacén municipal.
Todos estos espacios, pese a cambios en su uso, han conservado su estructura original con modificaciones mínimas.
Por otra parte, el entorno ofrece rutas naturales y pozas fluviales. Durante la primavera, los campos cercanos se cubren de almendros en flor. En verano, el río Matarraña permite baños en sus aguas limpias. El otoño colorea los montes y el invierno aporta niebla densa, habitual en el valle.
¿Cómo es la cultura de Valderrobres?
En Valderrobres se habla un dialecto del catalán, compartido con otras localidades de la franja oriental de Aragón. Esta característica lingüística ha contribuido a mantener ciertas expresiones culturales y modos de vida tradicionales.
La población celebra varias festividades a lo largo del año. Entre ellas destaca la de San Antón, el 17 de enero. Esa noche se enciende una gran hoguera donde arde el árbol de Navidad del pueblo, en un acto que mezcla devoción religiosa y celebración colectiva. Las fiestas de agosto también marcan un punto de encuentro anual.
¿Por qué Valderrobres es considerada una joya medieval atascada en el tiempo?
Algo a remarcar para concluir, es que Valderrobres fue declarado Conjunto Histórico-Artístico y forma parte de la red de los Pueblos Más Bonitos de España.
A diferencia de otros núcleos que han optado por una explotación intensiva del turismo, aquí se promovió un modelo sostenible. Se organizan eventos culturales como las Jornadas Medievales y propuestas de dinamización local centradas en la identidad patrimonial.
La recuperación de espacios antiguos como casas rurales, muchas de ellas gestionadas por vecinos, ha contribuido a preservar la estética del lugar.
Por último, uno no puede abandonar este rincón sin probar la gastronomía, basada en productos locales como la trufa negra, el aceite de oliva o los embutidos artesanales, completa la experiencia.