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¿Te imaginas un destino donde puedas estacionar tu coche en Francia y bajarte de él caminando en España? Existe, y se llama Llívia, un peculiar pueblo en el corazón de los Pirineos que desafía las fronteras y la lógica geográfica.
Este enclave, con una rica historia y una identidad muy arraigada, es una anomalía que fascina a quienes lo descubren. Su singularidad no sólo reside en su ubicación, sino en su pasado.
Éste es el pueblo español que se encuentra en territorio francés
Llívia se encuentra a 1.224 metros sobre el nivel del mar, en la falda de los picos más altos del Pirineo oriental, siguiendo el curso del río Segre. Su origen se remonta a la época romana, cuando era conocida como Iulia Libica, una importante ciudad en la ruta natural que atravesaba los Pirineos.
Con el paso de los siglos, Llívia se convirtió en un punto estratégico crucial, tanto para los visigodos como para los condes de Cerdaña. Sin embargo, fue el Tratado de los Pirineos de 1659 el que marcó su destino, convirtiéndolo en un enclave español rodeado por territorio francés.
Este tratado, que puso fin a la guerra entre Francia y España, dejó a Llívia fuera de la redistribución territorial debido a su condición de villa real, un privilegio otorgado por Carlos I.
Así es Llívia, un pueblo español situado dentro de Francia
Llívia es un municipio que incluye la villa y otros agregados como Cereja, Gorguja, Gorguja Pequeña y Mas Jonquer. La villa conserva un encanto medieval con calles empedradas y una arquitectura que refleja su historia.
Las casas de piedra, madera y pizarra, típicas de la región, se mezclan con edificios de estilo modernista. Además de su valor arquitectónico, el pueblo destaca por su entorno natural, rodeado de prados, ríos y montañas.
Uno de los puntos más importantes es la iglesia de Santa María de los Ángeles, un edificio gótico catalán del siglo XVI con una fachada renacentista y una torre que le da un aspecto de fortaleza.
En su interior, se encuentran un retablo barroco y losas sepulcrales de familias locales. Además, la torre Bernat de So, también del siglo XVI, es parte del sistema defensivo de la villa.
¿Qué ver en Llívia?
Llívia ofrece una amplia variedad de atractivos, desde su rico patrimonio histórico y arqueológico hasta su entorno natural único. Estos son algunos de los lugares que no te puedes perder:
- Foro Romano de Iulia Libica: es un yacimiento arqueológico del siglo I a.C. que incluye un templo, la puerta de entrada, un pórtico y varias salas. Se trata del único foro romano en los Pirineos.
- Castillo de Llívia: un castillo gótico del siglo XIII que fue destruido y luego excavado. Hoy, es un espacio que ofrece excelentes vistas de la región.
- Iglesia de Santa María de los Ángeles: una iglesia de estilo gótico catalán del siglo XVI con una fachada renacentista y elementos defensivos.
- Torre Bernat de So: es una torre defensiva construida en el siglo XVI.
- Museo Municipal de Llívia: tiene con tres salas que explican la historia de Llívia, la Farmacia Esteva y el patrimonio local. La colección incluye piezas arqueológicas, objetos de la farmacia así como elementos de la cultura popular.
- Rutas de senderismo: este municipio cuenta con varias sendas para disfrutar del entorno natural, como la ruta de las Fuentes, la ruta de Santiago y los parajes del Bajo Carlit y el Bac de Llívia.
Llívia es mucho más que un simple pueblo. Es un destino donde la historia y la geografía se entrelazan, creando una experiencia única para quienes lo visitan. Y tú, ¿lo conocías ya?