En la Edad Media fue el monasterio más importante de Aragón: hoy es uno de los más fotogénicos de España
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Para definir cuál fue el monasterio más importante de Aragón durante la Edad Media, primero hay que adentrarse en un viaje a través del tiempo, a una época en la que la fe y el poder caminaban de la mano. En los valles pirenaicos, un conjunto monumental fue el centro religioso y cultural del antiguo reino, atrayendo a monarcas, nobles y peregrinos.
El paso de los siglos no ha borrado su grandeza. Sus piedras siguen evocando el esplendor de una era en la que los monasterios eran guardianes del conocimiento, refugios de espiritualidad y testigos de intrigas reales. En este artículo, descubriremos qué hace de este lugar una joya del patrimonio español y por qué su legado aún perdura.
¿Cuál es fue el monasterio más importante de Aragón y su origen legendario?
El Real Monasterio de San Juan de la Peña, considerado el monasterio más importante de Aragón durante la Edad Media, se encuentra en las montañas de Huesca, cerca de Jaca.
Su ubicación, bajo una enorme roca que lo protege, le otorga una apariencia casi mágica. Entre la piedra y el bosque, surgió uno de los centros espirituales y políticos más influyentes del antiguo Reino de Aragón.
Según la tradición, su origen se remonta al siglo VIII. La leyenda narra que un noble llamado Voto perseguía a un ciervo por el monte Pano cuando cayó por un precipicio y, milagrosamente, sobrevivió. En el fondo del barranco encontró la tumba del ermitaño Juan de Atarés, lo que inspiró su conversión.
Voto y su hermano Félix se retiraron allí, dando inicio a una comunidad de ermitaños que más tarde se transformaría en monasterio.
De retiro espiritual a panteón de reyes: la historia detrás de San Juan de la Peña
A partir del siglo X, el monasterio comenzó a consolidarse como un centro monástico de gran relevancia. Bajo el reinado de Sancho el Mayor de Navarra y, más tarde, de su hijo Sancho Ramírez, adquirió una importancia decisiva.
En 1071, Sancho Ramírez introdujo en este cenobio el rito romano, reemplazando al hispano-visigodo, un cambio litúrgico que marcaría un antes y un después en la historia eclesiástica peninsular.
Durante los siglos XI y XII, San Juan de la Peña también se convirtió en panteón real. Allí descansan los restos de monarcas como Ramiro I, Sancho Ramírez y Pedro I, junto con sus esposas. El Panteón Real, restaurado en el siglo XVIII por orden de Carlos III, conserva hoy su atmósfera solemne y su relevancia histórica como símbolo del linaje aragonés.
Arquitectura entre la roca y el cielo
El Monasterio Viejo, excavado parcialmente en la roca, es una joya del románico aragonés. Está estructurado en dos niveles: la iglesia inferior, prerrománica y dedicada a los santos Julián y Basilisa, fue levantada hacia el año 920. Sobre ella se edificó la iglesia superior, consagrada en 1094, ya plenamente románica.
Uno de los espacios más emblemáticos es su claustro, con capiteles tallados entre los siglos XI y XII. En ellos se representan escenas bíblicas del Génesis, la vida de Cristo y la Resurrección de Lázaro. Estas esculturas, atribuidas al Maestro de Agüero, son consideradas una de las cumbres del arte románico en Aragón.
Alrededor del claustro se distribuyen el Panteón de Nobles, la Capilla de San Victorián y las antiguas dependencias monacales, hoy convertidas en museo. La integración del edificio con la montaña es una de sus características más notables: la roca sirve de techo natural y convierte al lugar en un espacio de recogimiento y misterio.
¿Cómo es hoy lo que fue el monasterio más importante de Aragón?
Un incendio en 1675 obligó a abandonar el edificio original. Los monjes benedictinos construyeron entonces el Monasterio Nuevo, ubicado unos metros más arriba, en la pradera de San Indalecio. De estilo barroco, fue consagrado en 1705 y cuenta con una iglesia monumental flanqueada por torres, portadas ornamentadas y amplias dependencias.
Aunque sufrió el abandono tras la Desamortización de Mendizábal, el complejo fue restaurado en el siglo XXI. Hoy alberga un centro de interpretación y una hospedería que permiten revivir la historia del cenobio.
En 1889, el Monasterio Viejo fue declarado Monumento Nacional, y en 1923 la distinción se extendió al Monasterio Nuevo. En 2004, todo el conjunto y su entorno fueron reconocidos como Bien de Interés Cultural.
Información práctica para visitar el Real Monasterio de San Juan de la Peña
El Real Monasterio de San Juan de la Peña se encuentra a unos 25 kilómetros de Jaca, en la provincia de Huesca. Puede accederse en coche por la carretera N-240 y luego por la A-1603, una vía de montaña con vistas panorámicas.
El conjunto está dividido en dos partes: el Monasterio Viejo, excavado en la roca, y el Monasterio Nuevo, donde se ubica el centro de visitantes. Ambos pueden recorrerse con una misma entrada, disponible en la taquilla del Monasterio Nuevo o a través de la web oficial del Gobierno de Aragón.
El horario de visita varía según la temporada: de abril a octubre abre de 10:00 a 19:00 horas, y de noviembre a marzo de 10:00 a 17:30 horas. Las visitas guiadas están disponibles en varios idiomas y duran aproximadamente una hora y media.
La entrada general cuesta 8 €, con descuentos para estudiantes, mayores y grupos. Además, se recomienda llevar calzado cómodo, ya que parte del recorrido se realiza al aire libre y sobre superficies irregulares. En la pradera cercana hay zonas de picnic, un restaurante y miradores con vistas al Pirineo.