Este pueblo castellanoleonés de 170 vecinos esconde una asombrosa catedral declarada Monumento Nacional
En Castilla y León, algunos pueblos destacan por su historia medieval, otros por su paso en el Camino de Santiago, y algunos por su arquitectura. Sin embargo, hay lugares menos conocidos que, a pesar de su tamaño, guardan auténticas joyas ocultas. Villalcázar de Sirga es uno de esos casos. Con menos de 200 habitantes, esconde en su interior la majestuosa iglesia de Santa María la Blanca, una catedral templaria que, por su belleza, bien podría estar en una ciudad mucho más grande.
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Hay ciertos pueblos de Castilla y León que son conocidos por su historia medieval, otros por el paso de los peregrinos en el Camino de Santiago, y algunos por su arquitectura. Sin embargo, hay otros que no destacan por ser los más pintorescos, grandes ni turísticos, pero sí por guardar una joya religiosa que muy pocos conocen.
Este es el caso de Villalcázar de Sirga, que, con menos de 200 habitantes, alberga la impresionante iglesia de Santa María la Blanca, una catedral templaria que podría estar perfectamente en una ciudad mucho más grande y conocida.
La iglesia escondida en un pequeño pueblo de Castilla y León
La Iglesia de Santa María la Blanca, declarada Monumento Histórico Nacional en 1919, se construyó a finales del siglo XII bajo la Orden del Temple. Entre los materiales utilizados destaca la piedra caliza y los ladrillos que se utilizaron en el campanario. Es un monumento que llama la atención no sólo por su arquitectura gótica, sino por su gran contraste en medio de Villalcázar. Este templo, que parece una fortaleza, se eleva por encima de las casas del pueblo, por lo que es muy sencillo identificarlo.
Quienes la visitan aseguran que cruzar las puertas de la iglesia es algo único. La nave central, más grande que las laterales, se caracteriza por sus enormes columnas y sus bóvedas, que parecen sostener el peso de los siglos.
Además, el retablo mayor, lleno de detalles, es una muestra de la riqueza de la época. Si bien ya era un espacio precioso para visitar, uno de los aspectos que más destaca es la Capilla de Santiago, donde descansan los restos de Felipe de Castilla, hermano de Alfonso X el Sabio. Esos sepulcros góticos son una pequeña parte del legado histórico que la iglesia conserva en la actualidad.
Si bien Villalcázar de Sirga es un pueblo que no se cruza fácilmente en el Camino de Santiago, su historia está ahí. Los templarios, una orden militar y religiosa medieval creada para proteger a los peregrinos en su camino a Jerusalén, lo eligieron como uno de sus lugares clave en Castilla. No sólo protegían a los peregrinos, sino que también dejaron una marca arquitectónica y cultural que sigue vigente hoy en día.
¿Cómo llegar a este pueblo de Castilla y León?
Si eres de los que nunca ha oído hablar de Villalcázar de Sirga, no es nada raro. Sin embargo, aunque su pequeño tamaño y su ubicación en pleno campo pueden hacer que muchos no lo tengan tan presente en sus planes, llegar es muy sencillo.
Desde Palencia, la capital de la provincia, hay unos 40 kilómetros que se recorren cómodamente por la N-610 y la P-243. Si vienes desde Carrión de los Condes, otro punto cercano en el Camino de Santiago, el trayecto es de unos 9 kilómetros por la misma carretera, en dirección sur.
Se puede acceder fácilmente en coche, y si viajas por el Camino Francés, no necesitarás desviarte demasiado de la ruta para admirar la famosa iglesia templaria.
Para aquellos que prefieren el transporte público, los autobuses que conectan Palencia con pueblos cercanos pueden ser una opción, aunque no son tan frecuentes, por lo que siempre es recomendable planificar el viaje con antelación.