Una casa rodante para viajar (y trabajar) donde quieras
Zach Both vivía en Boston (Estados Unidos), donde trabajaba como director de arte para una start-up de impresión en 3D. Su rutina en la oficina era aburrida, así que un día decidió dar un giro radical vida para hacer realidad su gran pasión: contar historias inusuales y únicas a través del cine. Para ello compró una vieja furgoneta, la adaptó para que se convirtiera a la vez en su casa y en su oficina, y se lanzó a la carretera en busca de aventuras y nuevos retos profesionales.
Este joven aventurero de 23 años ha contado su historia en el New York Times, donde explica que necesitó la ayuda de su padre para crear esta casa con ruedas. La diseñó inspirándose en la arquitectura contemporánea y la convirtió en su hogar. En su interior hay una cama que hace las veces de sofá, una cocina con horno y un pequeño escritorio en el que poder trabajar. Además, cuenta con una red wifi móvil y unos paneles solares en el techo para proveer de energía a la nevera. Vamos, que no le tiene nada que envidiar a cualquier otra casa.
“Con esta furgoneta ahora tengo libertad total. Por lo tanto puedo redactar un guión estando rodeado de montañas, filmar directamente una escena en una ciudad determinada y luego trabajar con un compositor de Los Ángeles, por poner un ejemplo. Y todo ello en el mismo mes, algo que sería imposible de otra forma”, explica Zach Both. Esta libertad le ha permitido al director de arte realizar una “gira creativa” a lo largo de Estados Unidos en la que ha colaborado con artistas y escritores de todos los rincones del país.
¿A que la historia de Zach Both parece de película? Pues es real. Es posible vivir en una casa con ruedas y dejarlo todo para perseguir (con éxito) tus sueños. ¡Qué gran ejemplo para la humanidad!