¿El fin del Hollywood actual? Trump dicta un arancel para todas las películas rodadas fuera de Estados Unidos
El presidente norteamericano cree que los países extranjeros quieren socavar el negocio estadounidense
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A pesar del caos internacional producido, el presidente Donald Trump no va a ceder en su obsesión DE imponer un arancel por cada producto extranjero que llegue fuera de las fronteras norteamericanas, incluyendo ahora también las películas. Así, hace escasas horas, el máximo mandatario del mundo occidental se ha servido de los recursos del Departamento de Comercio con la intención de solicitar una tasa impositiva del 100% sobre todas las películas importadas a Estados Unidos desde otro país. Esto engloba además a los largometrajes producidos por compañías estadounidenses como Netflix en el extranjero, las cuales se sirven de ciertas ventajas fiscales para rodar sus proyectos en lugares como Reino Unido o en España, donde en los últimos años hemos sido el hogar y decorado de series como Juego de Tronos (2011) o la última temporada de Andor (2025).
Dicha huida de la producción nacional ha sido descrita por el presidente como un «esfuerzo concertado» de los países extranjeros para socavar el negocio estadounidense, llegando a clasificar esta política de rodajes como una «amenaza a la seguridad nacional». La idea de Trump sobre un arancel para las películas extranjeras no es precisamente nueva. Para él, el audiovisual nacional siempre se ha mostrado como una amenaza constante, propiciando cierto debate político en el seno de Hollywood y con algunas superproducciones en la mira del ejecutivo, como por ejemplo la próxima Avatar: Fuego y ceniza. Desde su anterior mandato, el líder norteamericano ha situado a Hollywood como una clara enemiga ideológica de sus decisiones sobre el futuro del país. De hecho, al poco de su triunfo en las elecciones contra Kamala Harris, Trump nombró a Mel Gibson, Sylvester Stallone y Jon Voight como los embajadores del Gobierno en la meca del cine. En su momento, el presidente aseguró que el objetivo de estas figuras era la de devolver los puestos de trabajo que las empresas americanas habían cedido a los países extranjeros, al marcharse a estos para rodar sus historias a otros continentes. Y es que Trump define a la cuna del cine comercial como «un lugar fantástico pero muy problemático».
«Es un honor para mí anunciar que Jon Voight, Mel Gibson y Sylvester Stallone serán embajadores especiales en un lugar grandiosos pero muy conflictivo, Hollywood, California», escribía a principios de año en Truth Social (La red social que él mismo creo en 2021).
Trump quiere un arancel para las películas
Aunque hace ya casi medio año del nombramiento de estos embajadores, no se ha sabido demasiado de la función de Gibson y Stallone sobre este supuesto puesto institucional. Pero Voight sí que ha estado en contacto con diferentes representantes sindicales y ejecutivos de los grandes estudios, según mencionan los diferentes medios norteamericanos. En su momento se pensó que esta estrategia derivaría en nuevos incentivos fiscales en la producción de todo Estados Unidos. Sin embargo, ahora sabemos que Trump volverá a tirar de un arancel especial para todas aquellas películas filmadas fuera del país, que quieran regresar a las salas del llamado nuevo continente.
En sus declaraciones, el presidente no ha dejado claro si esta idea se quedará únicamente en el apartado cinematográfico o si en cambio, afectará además a los programas televisivos, los videoclips y el mercado de la publicidad. De ser así, la tendencia podría volver a ser algo más perjudicial que beneficioso para un negocio que históricamente se ha hecho fuerte expandiendo sus narrativas por todo el mundo.
El objetivo declarado por tanto, no es otro que el de incentivar el regreso de la producción a Estados Unidos y en particular, a Hollywood. Pero desgraciadamente para las grandes y pequeñas corporaciones, esto no reduce el costo de producción como lo harían unos incentivos fiscales, sino que simplemente encarecerá la producción fuera del territorio, con un resultado final que apunta a una reducción generalizada de los proyectos.
El artículo de Trump, publicado nuevamente en Truth Social, decía lo siguiente: «La industria cinematográfica estadounidense está muriendo rápidamente. Otros países ofrecen todo tipo de incentivos para alejar a nuestros cineasta y estudios de Estados Unidos. Hollywood, y muchas otras zonas de Estados Unidos, están siendo devastadas».
Películas hechas en Estados Unidos
Finalizando su mensaje, Trump no dejaba a la imaginación ninguna duda con su nuevo arancel sobre las películas extranjeras, sobre todo con aquellas que se han llevado la producción fuera de EE. UU. :
«¡Es, además de todo lo demás, mensaje y propaganda! Por lo tanto, autorizo al Departamento de Comercio y al Representante Comercial de Estados Unidos a iniciar de inmediato el proceso de instaurar un arancel del 100% sobre todas las películas que ingresen a nuestro país producidas en el extranjero. ¡Queremos películas hechas en Estados Unidos, otra vez!».
Todavía se desconoce cuándo podría ponerse en práctica este nuevo arancel o si por contra, quedará de alguna forma pausado como ha ocurrido al principio con el resto de esta tipología de impuestos.