MADRID

La Policía indignada con el caso de la anciana perdida en Barajas: «Aquí rodarán cabezas»

Una anciana de 92 años entra ilegalmente en España burlando la seguridad de Barajas sin querer

"¿Seguridad en Barajas?, es un caso de Mortadelo y Filemón"

Se rompen todos los protocolos de seguridad: "¿Qué protocolo puede haber si estaba yo tirada fuera del aeropuerto en una carretera?"

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La anciana que dejaron olvidada en Barajas entró ilegalmente en España.

La anciana Samantha Flores, de 92 años, entró ilegalmente en España burlando la seguridad del aeropuerto de Barajas y todo sin quererlo. Sucedió el día 22 de enero de 2025. La anciana aterrizó en el aeropuerto de Barajas a primera hora de la tarde, la recogieron los servicios de ayuda a personas con movilidad reducida y la olvidaron dentro de un autobús aparcado en el exterior del recinto aeroportuario. Al comprobar que estaba sola, la anciana salió del autobús e intentó buscar ayuda caminando. Sin quererlo, salió del recinto exterior de Barajas, cruzó una carretera y entró ilegalmente en España convirtiéndose en una inmigrante ilegal sin saberlo. Samantha, la anciana, resume con sencillez su odisea a OKDIARIO en exclusiva: «Debe usted tener en cuenta que tengo 92 años y he viajado por todo el mundo, no me voy a quedar tirada en el suelo llorando».

La intervención de un camionero fue crucial para salvar la vida de la anciana que ya había salido del recinto de barajas y vagaba entre las carreteras de acceso al aeropuerto. «Si yo paso diez minutos más tarde no me encuentra, estaba yo fuera del aeropuerto y éste señor me llevó dentro,  me llevó a la sala de movilidad reducida de Barajas pero no me querían recibir y me iban a echar», explica Samantha Flores. «Me decían que no podían recibirme, que no podían hacerse responsable», puntualiza.

«Les enseño el billete de Iberia con el que vine y el pasaporte y me dicen que no tiene sello de entrada en España, ¿Cómo diablos va a tener sello de entrada «rey», si me abandonaron en una carretera del aeropuerto, les digo», explica la anciana con ironía. «Al ver mi billete de Iberia ya no tuvo más remedio que hacer algo porque me habían convertido en una inmigrante ilegal, así que dijeron de llamar a la Policía y ya fue otro rollo», cuenta Samantha.

«Se rompió todo protocolo de seguridad»

«Llegó la jefe de la Policía Nacional en ese momento, una mujer rubia y alta, se quedó muy extrañada y luego se enfadó con la gente del aeropuerto. Me dijo, ‘¡Cómo es posible que haya pasado ésto!’ y salieron todos los policías a verme».

Cuenta Samantha que la Policía resolvió rápidamente el entuerto, averiguó qué es lo que había pasado y puso solución, no sin enfadarse con el comportamiento de la gente del aeropuerto: «La agente de la Policía dijo ‘¡Aquí van a rodar cabezas por el trato que le han dado a esta señora!’ porque además de decirle mi edad, iba yo en silla de ruedas».

Samantha razona sobre su situación en ese momento: «Lógicamente, la mujer policía estaba muy enfadada porque se habían roto todos los protocolos. ¿Qué protocolo puede haber si estaba yo tirada fuera del aeropuerto en una carretera?».

«Mientras yo no declarara a la Policía, yo era una inmigrante ilegal, que había entrado ilegalmente en España. La Policía tenía que averiguar si mi historia era cierta, era lógico, ¿cuánto podría yo inventar? igual era una inmigrante ilegal y estaba justificándolo. ¿Cuánta gente ilegal entra a un país e inventa su historia? ¿A quién le pasa ésto por favor?, yo me imagino cuánta gente entra ilegal en España desde América», concluye Samantha.

«Una seguridad de Mortadelo y Filemón»

Rafael Martínez, es testigo y la persona que debía recoger a Samantha en el aeropuerto de Barajas. Acompañó a la anciana a formular el documento de Declaración de entrada en territorio nacional. No tiene reproches para la Policía Nacional, pero sí para la falsa sensación de seguridad que hay en el aeropuerto. Rafael es el anfitrión de Samantha, que ha llegado a España para crear la Fundación Laetus Vitae de centros de día para mayores de edad.

«La Policía fue muy profesional, en cuanto llegaron, aclararon la situación de Samantha y la resolvieron a toda velocidad. Ellos mismos eran los más indignados con lo que había pasado. La Policía no puede ir a recoger uno por uno a la gente en el avión, pero ésto no puede ocurrir. La seguridad en Barajas es de Mortadelo y Filemón, es la mejor forma de explicarlo».

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