El Supremo revisa el recurso de Ana Julia Quezada: quiere que le juzgue un tribunal profesional
El Tribunal Supremo revisa este martes la sentencia impuesta a Ana Julia Quezada por el asesinato del niño Gabriel Cruz. Los hechos ocurrieron en febrero de 2018 en la localidad almeriense de Rodalquilar y tras una larga investigación, que ocupó todos los espacios televisivos, se terminó deteniendo a la novia del padre de Gabriel con el cadáver del pequeño en el coche. Ana Julia Quezada fue condenada a prisión permanente revisable.
Quezada volvió a solicitar un nuevo juicio al Supremo, esta vez sin jurado popular ya que la condenada solicita ser juzgada por un tribunal profesional, que ahora estudiará su recurso. Los padres del menor también recurrieron la sentencia.
Cinco magistrados de la Sala de lo Penal se reúnen desde primera hora de este martes, a puerta cerrada, para estudiar los recursos presentados contra la sentencia, que supuso la primera condena a prisión permanente en España para una mujer.
El asesinato del joven conmocionó al país entero que asistió, prácticamente en directo, a la investigación que terminó con la detención de Ana Julia Quezada. Los hechos sucedieron en febrero de 2018, cuando el niño pasaba unos días en casa de su abuela paterna en Las Hortichuelas Bajas, en Níjar (Almería).
El día 27 de febrero, Gabriel salió a jugar con unos primos y Quezada, pareja de su padre, le instó a que le acompañara a una finca en Rodalquilar, donde, de «forma intencionada» y «súbita» le lanzó contra el suelo o pared y le tapó «la boca y la nariz con fuerza» hasta que logró «vencer su resistencia y provocar su fallecimiento», según declaró probado la sentencia.
La búsqueda de Gabriel se prolongó once días, en los que Quezada «simuló encontrarse afligida», daba ánimos a la familia y generaba «falsas expectativas» sobre su aparición e incluso llegó a colocar una camiseta del menor sobre unas matas para distraer la atención de los agentes. Quezada salió en televisión visiblemente afectada durante esos días y en todo momento se encontraba cerca del padre del niño que había asesinado fingiendo darle ánimos y tratando de despistar a los investigadores.
Fue detenida el 11 de marzo, cuando, tras desenterrar el cuerpo de Gabriel de la finca y meterlo en el maletero de su coche, llegaba a su domicilio de la localidad almeriense de Vícar. El cadáver del niños, en estado de descomposición, estaba envuelto en una alfombra. Días atrás la Policía ya había cercado la investigación en torno a Quezada pero intentaban pillarla in fraganti. Como finalmente lograron con un dispositivo que incluía micrófonos en su coche.
La Audiencia de Almería la condenó al máximo castigo penal y la impuso también tres años de prisión por un delito de lesiones psíquicas al padre del menor, Ángel Cruz; dos años y nueve meses por otro a la madre, Patricia Ramírez, y tres por un delito contra la integridad moral.
El Tribunal Superior de Justicia de Andalucía confirmó la prisión permanente pero la absolvió de las lesiones psíquicas a los padres.
No accedió, sin embargo, a repetir el juicio, como pidió Quezada, que quería ser juzgada por un tribunal profesional y no un jurado; y también los padres del menor, que entendían que las instrucciones de la magistrada durante la entrega del objeto de veredicto pudieron impedir que el jurado tuviese en cuenta el ensañamiento con el que, según defiende la familia, actuó la condenada.