¿Qué santos se celebran hoy, miércoles 9 de abril de 2025?
San Hugo de Jumièges es uno de los santos que se celebran en este día
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¿Qué santos se celebran hoy, miércoles 9 de abril de 2025?. Cada día del calendario católico se reserva para recordar a personas que, por su vida ejemplar, su fe y sus obras, han sido reconocidas como santos. Este miércoles no es una excepción y, aunque a veces pasen desapercibidos, hoy se conmemora la vida de cuatro figuras veneradas por la Iglesia que dejaron una huella profunda en sus comunidades. Hablamos de San Máximo de Alejandría, Santa Valdetrudis de Mons, San Hugo de Jumièges y Santa Casilda de Briviesca.
Estas figuras no sólo pertenecen a distintas épocas, sino también a culturas y trayectorias muy diferentes. Desde los primeros siglos del cristianismo en Egipto hasta los tiempos de la cristiandad medieval en el norte de Europa o la reconquista en la península ibérica, sus historias están tejidas con episodios de entrega, transformación y fe inquebrantable. Cada uno representa una forma única de entender y vivir el cristianismo, lo cual enriquece la tradición de los santos de la Iglesia católica.A continuación, vamos a recordar en detalle quiénes fueron estos santos, cuál fue su legado y por qué, tantos siglos después, siguen siendo motivo de celebración cada 9 de abril. Acompáñanos en este recorrido por las vidas de estos santos, además de enumerar al resto de santos que hoy se celebran.
San Máximo de Alejandría
La figura de San Máximo de Alejandría nos lleva a los inicios del cristianismo en Egipto, concretamente a los años comprendidos entre 265 y 282, cuando ejerció como obispo de esta ciudad clave del mundo antiguo. Nacido en Alejandría en una familia cristiana, San Máximo fue conocido por su devoción a Dios y su vasto conocimiento de la lengua griega, lo que lo convirtió en una figura influyente dentro del pensamiento eclesiástico de la época. Fue ordenado primero diácono por Heraclas y, más tarde, presbítero por Dionisio, cargos que desempeñó antes de ser elegido obispo el 9 de noviembre del año 264.
Su papel fue especialmente relevante en un momento de crisis doctrinal. Poco después de su ascenso al obispado, recibió una carta del concilio de Antioquía donde se informaba de la excomunión de Pablo de Samosata, acusado de propagar herejías. Máximo, consciente del peligro de estas doctrinas para la unidad de la Iglesia, leyó la carta en Alejandría y difundió el mensaje entre los fieles de Egipto, Etiopía y Nubia, ayudando a consolidar la ortodoxia en esas regiones. Por todo ello, es venerado como santo por la Iglesia copta el 22 de abril, aunque también se le recuerda el 9 de abril en otras tradiciones cristianas.
Santa Valdetrudis de Mons
La historia de Santa Valdetrudis es una de las más fascinantes del siglo VII. Nacida en el año 612 en Cousolre, en la región de Austrasia (actual Francia), fue parte de una familia profundamente cristiana: hija de San Walberto y Santa Bertilia, hermana de Santa Aldegunda y madre de cuatro hijos que también fueron canonizados. Se casó con San Vicente de Soignies, con quien tuvo a Landerico, Dentelino, Aldetrudis y Madelberta, todos ellos reconocidos como santos. Cuando sus hijos crecieron, ella y su esposo tomaron la decisión de separarse de común acuerdo para consagrarse por completo a la vida religiosa.
Valdetrudis se retiró entonces a una vida de recogimiento, primero en soledad y luego cerca del convento de Maubeuge. Posteriormente, fundó su propio monasterio en lo que hoy es la ciudad de Mons, en Bélgica. Allí llevó una existencia austera, dedicada a la oración y a las obras de caridad. Se le atribuyen curaciones milagrosas, lo que acrecentó su fama de santidad incluso antes de su muerte en el año 688. Sus reliquias se conservan en la colegiata de Mons y cada año, durante la tradicional Ducasse de Mons, son paseadas por la ciudad en un carro dorado, el “car d’or”. Su memoria permanece muy viva en la región y es celebrada cada 9 de abril.
San Hugo de Jumièges
San Hugo de Jumièges, también conocido como Hugo de Champaña o Hugo de Ruan, vivió en la primera mitad del siglo VIII y provenía de una de las familias más influyentes de la época: era nieto de Pipino de Heristal y Plectruda, y su padre, Drogo de Champaña, había sido mayordomo de palacio en Neustria. Aunque al principio se formó como jurista y destacó en el ámbito de las leyes, Hugo decidió dejarlo todo y entrar en el monasterio de Jumièges en el año 718, bajo la guía del abad Cochin.
Su vida dio un nuevo giro en 722, cuando fue nombrado arzobispo de Ruan. Poco después, aceptó también cargos importantes en otras abadías y diócesis, como la de Fontenelle y la de París. Finalmente, se retiró al monasterio donde había iniciado su vida religiosa, y murió el 9 de abril de 730, siendo enterrado en la catedral de Notre-Dame de París. San Hugo fue canonizado por su entrega a la Iglesia y su papel como impulsor de la vida monástica en la región. Es recordado no solo por su ascendencia noble, sino por haber puesto toda su vida al servicio de Dios, alejándose del poder terrenal para abrazar una vocación más espiritual.
Santa Casilda de Briviesca
Pocas historias tienen tanto magnetismo como la de Santa Casilda de Toledo, una figura que mezcla historia, leyenda y devoción popular. Nacida en Toledo entre los años 1007 y 1025, era hija de un emir musulmán y vivió en una época en la que la península estaba profundamente dividida entre los reinos cristianos y musulmanes. A pesar de su origen, Casilda sentía una profunda compasión por los prisioneros cristianos y, según la leyenda, les llevaba pan escondido bajo sus ropas. Al ser descubierta por su padre, el pan se transformó milagrosamente en rosas, un hecho que marcaría su camino hacia la santidad.
Más adelante, Casilda enfermó gravemente y fue enviada a unos manantiales medicinales en Buezo, en la actual provincia de Burgos, donde sanó. Fue entonces cuando decidió convertirse al cristianismo y llevar una vida de eremita en esa misma zona. Allí murió, y más tarde se construyó el Santuario de Santa Casilda, que hoy es un lugar de peregrinación. Sus reliquias fueron trasladadas a una urna de Diego de Siloé en 1750 y su devoción está muy extendida en Burgos, especialmente en la comarca de la Bureba. Además de su bondad y conversión, a Santa Casilda se le atribuyen numerosos milagros, sobre todo relacionados con la fertilidad y la curación de enfermedades femeninas, lo que la convierte en una santa especialmente querida por muchas mujeres.
Otros santos que se celebran el 9 de abril
Junto a los mencionados, en este día se celebra también a estos otros santos:
- San Edesio de Alejandría, mártir
- San Demetrio de Sirmio, mártir
- San Eupsiquio de Cesarea de Capadocia, mártir
- San Liborio de Le Mans, obispo
- San Acacio de Amida, obispo
- San Gauquerio de Aureil, canónigo regular
- Beato Ubaldo Adimari, presbítero
- Beato Tomás de Tolentino, presbítero y mártir
- Beato Antonio Pavoni, presbítero y mártir
- Beata Celestina Faron, virgen y mártir