Una presentadora catalana pide éste polémico requisito para comprar un piso en Barcelona: es discriminatorio
Núria Marín propone que para comprar piso en Barcelona se hable catalán
Quién es Azahara Margón, la amiga de Vanesa Martín que tiene un vínculo con Julio Iglesias
Giro radical para Richard Gere y Alejandra Silva: anuncian el importante cambio que llega a sus vidas


Núria Marín, conocida presentadora de televisión, periodista y figura mediática nacida en Viella (Lérida), ha desatado tosa una controversia. Marín plantea una idea sorprendente: «Si volem protegir la llengua, potser han de vendre els pisos de l’Eixample a gent que parlem català» («Si queremos proteger la lengua, tal vez deban vender los pisos del Ensanche a gente que hablamos catalán»), ha dicho, en una entrevista. La rocambolesca propuesta ha reavivado el debate sobre la supervivencia del catalán con esta propuesta medida discriminatoria y hasta clasista, para preservarlo.
Marín, con una extensa carrera en programas de Mediaset, ahora también activa en TikTok, abordó en la entrevista a Ara el supuesto declive del catalán, el tema recurrente en sectores independentistas y socialistas de Cataluña: el catalán estaría al borde de la extinción, pese a las últimas cuatro décadas de políticas de inmersión lingüística y normativas destinadas a protegerlo. Estudios encargados por la Generalitat catalana, ayuntamientos y otras instituciones parecen respaldar, naturalmente, esta percepción, al señalar un retroceso en su uso cotidiano, especialmente en Barcelona, donde la llegada de población foránea ha transformado el paisaje lingüístico. O sea, la culpa, es de la inmigración adinerada y el turismo.
La presentadora sugiere para evitarlo la solución radical de condicionar la venta de viviendas en zonas emblemáticas como el Ensanche o los barrios más acomodados de la ciudad a la identidad lingüística de los compradores. «Me gustaría animar a la gente que está heredando pisos aquí en Cataluña que si queremos proteger el catalán puede que tengamos que hacer el esfuerzo de vender las casas a gente de aquí, que hablamos catalán», afirma la periodista Núria Marín.
Dice que muchos herederos de propiedades, «catalanes de toda la vida», las venden a precios elevados, sabiendo que atraerán a compradores extranjeros, lo que, según ella, diluye la presencia de hablantes de catalán en la ciudad. Y apunta a la «inmigración rica».
«Cada vez hay más gente que viene a vivir a Barcelona que no habla catalán, que no se relaciona con catalanes, que se junta con los de su país porque hay chupipandis de expats (inmigrantes con buenos sueldos y pasaportes), explica, diferenciándola de la inmigración de menor poder adquisitivo, que suele acaparar más atención mediática». Para Marín, este flujo de residentes internacionales, que a menudo se instalan en las zonas más exclusivas, contribuye a un desplazamiento tanto lingüístico como físico de los catalanohablantes. «Que los catalanes no tengamos que irnos si es posible», concluye.