Educación de lujo: los exclusivos colegios y universidades que formaron a Victoria Federica
La influencer está en uno de sus mejores momentos
Victoria Federica ha tenico acceso a una educación privilegiada
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Victoria Federica de Marichalar, nieta de los Reyes eméritos de España, ocupa un papel fundamental dentro de la crónica rosa. Su incursión en redes sociales y su reciente participación en programas de televisión como ‘El Hormiguero’ le han consolidado como una de las nuevas caras de la alta sociedad. Sin embargo, más allá de su presencia mediática y su vida como influencer, muchos se preguntan sobre su formación académica y los centros educativos que le han preparado a lo largo de su trayectoria académica. Aunque su vida profesional ha estado marcada por eventos sociales y colaboraciones de moda, su educación se ha desarrollado en algunos de los centros más exclusivos de Europa, lugares reservados para la élite.
Un colegio exclusivo situado en Madrid
Victoria Federica, igual que su hermano Froilán, comenzó su formación en el prestigioso colegio San Patricio, ubicado en el barrio de Salamanca en Madrid. Este centro es conocido por ser uno de los más exclusivos de la capital y por haber educado a numerosos hijos de figuras influyentes de la capital, desde empresarios hasta personalidades del deporte y la política.
Con su enfoque en una educación católica y bilingüe, San Patricio ofrece un programa riguroso en el que los estudiantes no solo reciben una formación académica sólida, sino que también se fomenta su desarrollo cultural y social. En la actualidad, estudiar en este colegio implica una matrícula inicial de unos 1.250 euros y cuotas mensuales que oscilan entre los 900 y los 1.500 euros, dependiendo del nivel educativo.
Desde su fundación en 1958, el colegio San Patricio ha sido el centro educativo elegido por familias de la alta sociedad para la formación de sus hijos, manteniendo una reputación de excelencia que ha atraído a figuras notables como los hijos de Mar Flores o los sobrinos de Ana Obregón. Este colegio, además de su alto nivel académico, también promueve una visión integral de la educación, destacando valores como la responsabilidad social y la ética. Aunque Victoria Federica no destacó por su rendimiento en este centro, su paso por San Patricio fue el primer paso en una serie de instituciones de élite que marcarían su vida académica.
Un internado en Reino Unido
A los 12 años, sus padres, la infanta Elena y Jaime de Marichalar, decidieron enviar a Victoria a un internado en el Reino Unido, buscando una formación más estricta y elitista. La joven aristócrata fue matriculada en un prestigioso colegio para señoritas, situado en una pequeña localidad a las afueras de Londres. Este exclusivo internado, con un enfoque educativo centrado en la disciplina y el refinamiento, ofrecía actividades extraescolares como ballet, tenis y equitación, lo que permitía a las alumnas desarrollar habilidades tanto académicas como deportivas. Además, los fines de semana estaban dedicados a experiencias culturales, con visitas a museos y galerías de arte, brindando a las estudiantes una educación completa.
El coste de esta educación internacional ascendía a unos 35.000 euros por curso, un gasto considerable que los padres de Victoria asumieron con el objetivo de brindarle una formación acorde a su estatus. Sin embargo, después de dos años en este internado, Victoria Federica regresó a España para continuar sus estudios, esta vez en un entorno más cercano a su familia.
El colegio británico St. George
Al regresar a Madrid, Victoria fue inscrita en el colegio británico St. George, otro centro educativo de élite que sigue el modelo británico de enseñanza. Este colegio, ubicado en el centro de la ciudad, está orientado a ofrecer una educación internacional con un enfoque en el desarrollo del pensamiento crítico y la creatividad, pero también con una exigencia académica que no siempre resultó fácil para la joven aristócrata. En este centro, los alumnos siguen un currículo similar al que reciben en los internados británicos, pero con un toque más cosmopolita al estar en Madrid.
A pesar de los esfuerzos de sus padres, la educación académica no parecía ser la mayor fortaleza de Victoria Federica. Durante su tiempo en St. George, la hija de la infanta Elena tuvo que repetir el primer curso de Bachillerato, lo que supuso un pequeño tropiezo en su trayectoria académica. Este incidente marcó un punto crítico en la educación de Victoria, obligando a su familia a replantearse el futuro educativo de la joven.
Tras este revés, sus padres decidieron cambiarla nuevamente de centro, esta vez a un colegio español católico y privado, el Santa María del Valle, situado en el exclusivo barrio de El Viso. Con una estructura más tradicional, este colegio ofrecía un entorno más controlado y enfocado en asegurar que sus alumnos completaran su educación básica. Fue aquí donde la prima de la princesa Leonor consiguió graduarse y obtener su título de Bachillerato, cumpliendo con las expectativas que sus padres habían tenido para su formación académica.
¿Qué pasó después de aprobar Bachillerato?
Con el título de Bachillerato en mano, Victoria Federica dio el siguiente paso en su formación académica al matricularse en el College for International Studies (CIS), una universidad americana con sede en Madrid, que también había sido la elección de su hermano Froilán. Esta institución privada, que se presenta como una alternativa al sistema universitario tradicional, ofrece un enfoque educativo más flexible y personalizado, orientado a formar a sus estudiantes en áreas como el marketing y la comunicación.
El College for International Studies no exige la Prueba de Acceso a la Universidad (PAU) para matricularse, sino que su proceso de selección se basa en una entrevista personal y algunas pruebas de nivel. El precio de estudiar en esta universidad es considerable, alcanzando los 19.330 euros por curso, una inversión que, nuevamente, sus padres estaban dispuestos a hacer. Sin embargo, a pesar de haber comenzado con buen pie, la falta de interés de Victoria por los estudios volvió a hacerse patente. Las redes sociales han llegado a su vida para quedarse y no está dispuesta a dar marcha atrás.