Coger un avión podría ser peligroso a partir de ahora: los expertos alertan de lo peor
El cambio climático parece estar afectando a las turbulencias de los aviones.
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A pesar de que el avión es el medio de transporte más seguro de todos, son muchas las personas que tienen auténtico pánico a subirse a uno para viajar. De hecho quién más, quién menos siente algo de nerviosismo a la hora de subirse a un avión, incluso estando acostumbrado a viajar con este medio. Algo que sin duda pensarse dos veces y más después de la alerta de los expertos sobre lo peligroso que podría resultar coger un avión a partir de ahora.
El peligro de subirse a un avión está en las turbulencias
Muchas veces cuando viajamos en avión, notamos como de repente se producen turbulencias. Algo que de por sí no suele provocar accidentes, pero que podría haberse convertido en un factor de riesgo bastante alto según los expertos y en relación al cambio climático.
De hecho el patrón de las turbulencias parece que empeora y los expertos esperan que crezcan y se conviertan en algo severo durante los próximos años.
¿Qué es una turbulencia?
Cualquier cambio errático y repentino en el flujo de aire que afecte la altitud y el movimiento de la aeronave se conoce como turbulencia. Puede además causar una simple sacudida y en los casos más graves, que provoque náuseas, dolor de cabeza o que acabemos golpeándonos la cabeza con los asientos.
Suelen estar causadas principalmente por las tormentas, los vientos de agua y las presiones atmosféricas, y en estos casos el piloto suele avisar con tiempo a los pasajeros para que se abrochen los cinturones, mientras planea para hacer frente a esa turbulencia. Sin embargo, existe un problema que consiste en el hecho de que se produzca una turbulencia cuando el cielo está despejado, algo que es más difícil de avisar a la tripulación y también, de hacer frente y precisamente este tipo de turbulencias son las que están aumentando debido al cambio climático.
Turbulencias en cielos despejados debido al cambio climático
La cizalladura del viento, que es un cambio abrupto en la dirección y velocidad del viento, particularmente dentro de las corrientes en chorro, es una de las principales causas de la turbulencia en cielo despejado.
Según ha explicado Stephen Bennett, presidente del Comité sobre Clima Financiero y Riesgo Climático de la Sociedad Meteorológica Estadounidense, y cofundador y director deThe Demex Group, si encontramos que el viento sopla a 160 k/hora desde el oeste y a 9 kilómetros de altura y a la vez, sopa del norte a 40km/hora a 6 kilómetros de altura o menos, puede producir una turbulencia bastante fuerte para una avión que esté pasando entre esas dos altitudes.
En otras palabras, una fuerte cizalladura del viento produce una corriente en chorro entrecortada y un viento más rápido, algo que por otro lado, ha ido en aumento desde 1979. En concreto este tipo de turbulencia ha crecido en un 15 % debido al aumento de las temperaturas globales.
Además, estas turbulencias se forman con frecuencia cerca de las corrientes en chorro de nivel superior, donde normalmente vuelan los aviones. Según Isabel Smith, meteoróloga y candidata a doctorado en la Universidad de Reading y autora principal de un artículo de 2023 sobre la turbulencia del Atlántico Norte, estas bandas de viento que se mueven rápidamente se están volviendo más fuertes con el cambio climático.
Cómo afecta el cambio climático a las turbulencias
Por este motivo, se está investigando cómo el cambio climático está afectando los cambios en este tipo de turbulencia.
Y parece que la respuesta, según Smith, está en que la troposfera, la parte de la atmósfera más cercana a la superficie, retiene el calor como resultado del aumento de los gases de efecto invernadero. Pero dado que la estratosfera es la siguiente capa, ahí es donde se supone que tendría que escapar el calor.
Como resultado, la troposfera se está calentando globalmente mientras que la estratosfera se está enfriando rápidamente.
Cuanto más fuerte se vuelve la corriente en chorro como resultado de esto, más inestable se vuelve el flujo del viento y más turbulencia hay en el aire claro, continuó Smith.
Además, según los meteorólogos, estas turbulencias se duplicarán con creces para 2050, y las graves aumentarán más rápido siendo los vuelos que sobrevuelen el Atlántico Norte los que se verán más afectados.
Como resultado de esto las aerolíneas podrían acabar realizando vuelos que eviten dichas turbulencias y que se traducirían en viajes más largos y también más caros.
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