Los accidentes cardiovasculares duplican la probabilidad de desarrollar demencia
Las personas que han tenido un accidente cerebrovascular tienen el doble de probabilidades de desarrollar demencia, según un estudio realizado por la Facultad de Medicina de la Universidad de Exeter, en Reino Unido.
«Descubrimos que el antecedente de accidente cerebrovascular aumenta el riesgo de demencia en un 70 por ciento y los accidentes cerebrovasculares recientes duplicaron con creces el riesgo. Teniendo en cuenta lo comunes que son la apoplejía y la demencia, esta El enlace es un hallazgo importante. Por lo tanto, las mejoras en la prevención del accidente cerebrovascular y la atención después del accidente cerebrovascular pueden desempeñar un papel clave en la prevención de la demencia», ha declarado Ilianna Lourida, de la Facultad de Medicina de la Universidad de Exeter.
El estudio ha puesto de manifiesto que el vínculo entre el accidente cerebrovascular y la demencia persistió incluso después de tener en cuenta otros factores de riesgo de demencia, como la presión arterial, la diabetes y las enfermedades cardiovasculares.
Asimismo, se han basado en investigaciones anteriores que habían establecido el vínculo entre el accidente cerebrovascular y la demencia, aunque no había cuantificado el grado en que el accidente cerebrovascular aumentaba el riesgo de demencia.
Para entender mejor el vínculo entre los dos, los investigadores analizaron 36 estudios donde los participantes tenían un historial de accidente cerebrovascular, un total de datos de 1,9 millones de personas. Además, analizaron otros 12 estudios que analizaron si los participantes habían tenido un ACV reciente durante el período de estudio, y agregaron otros 1,3 millones de personas.
«Se cree que alrededor de un tercio de los casos de demencia son potencialmente evitables, aunque esta estimación no toma en cuenta el riesgo asociado con el accidente cerebrovascular. Nuestros hallazgos indican que esta cifra podría ser incluso más, y refuerzan la importancia de proteger el suministro de sangre al cerebro cuando se intenta reducir la carga global de la demencia», ha concluido David Llewellyn, de la Facultad de medicina de la Universidad de Exeter.