Pruebas COVID-19: estas son las alternativas de test para pasar un Navidad más segura
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Llegan los días de Navidad y muchas personas se desplazarán para estar con sus familiares, alguno de los cuales pueden ser personas de riesgo por edad o por tener patologías crónicas. Este mes de diciembre es el mes de la madre de todas las fiestas, por ello es necesario tener las precauciones sanitarias como el uso del gel hidroalcohólico, mascarillas y distancia de seguridad y, además, estar seguros de que no se es un peligro para las personas vulnerables ante la COVID-19 haciéndonos una prueba diagnóstica antes de las reuniones familiares para pasar unas fiestas con tranquilidad y muy seguras.
¿Qué modos hay para diagnosticar la COVID-19?
Daniel Carnevali, jefe del servicio de Medicina Interna del Hospital Universitario Quirónsalud Madrid, explica que podemos usar una prueba PCR (reacción de cadena de polimerasa) que detecta la presencia de ARN del virus en las muestras respiratorias que deben ser tomadas en la zona posterior de la faringe.
«Si la prueba es positiva entendemos que existe multiplicación viral, de este modo se confirma la existencia de una infección activa y que el individuo es capaz de contagiar a otros». De hecho, apunta, «hasta que la PCR no es negativa se considera que el individuo es potencialmente contagioso».
La prueba PCR determina si existe o no presencia del virus, «pero no la cantidad de virus que posee el paciente, es decir, lo que denominamos carga viral. La prueba de carga viral de SARS-CoV-2 por ahora sólo se puede determinar en centros de investigación, pero no en la clínica», detalla el especialista en Medicina Interna.
La PCR puede ser positiva durante mucho tiempo
En algunas personas infectadas, además, la PCR puede ser positiva durante mucho tiempo, aunque lo habitual es que negativice en unas semanas, siendo más prolongado en casos de enfermedad más grave. En este sentido, explica el Dr. Carnevali, «algunas personas ya curadas pueden mostrar PCR positivos persistentes sin que haya virus completo, sino fragmentos.
De todas formas, a efectos de prevención se debería considerar contagioso todo aquel que tenga una PCR positiva puesto que no es fácil discriminar entra una u otra situación».
Cuantificación de anticuerpos frente al virus
La segunda forma de diagnóstico, según explica el Dr. Carnevali, es la búsqueda y cuantificación de anticuerpos frente al virus que se realiza en una muestra de sangre. «Nuestro cuerpo posee un sistema defensivo frente a infecciones de cualquier tipo (sistema inmune) y nuestro sistema inmune tiene una forma de detección de agentes externos que es la generación de anticuerpos que se denominan inmunoglobulinas», expone.
Estas inmunoglobulinas son proteínas que reconocen, captan y bloquean los virus para que las células del sistema inmune (linfocitos) puedan reconocerlos y eliminarlos. Por ello, «se estima que más del 90% de las personas que han tenido el virus desarrolla una respuesta de anticuerpos. La sensibilidad de estas pruebas es aproximadamente de un 90% (10 de cada 100 personas con anticuerpos muestran la prueba negativa)».
Y prosigue el especialista de Quirónsalud: «Existen cinco tipos de inmunoglobulinas: IgA, IgM, IgG, IgE (con varios subtipos) IgE (relacionada con las alergias) y la IgD. En caso de infección nos interesan dos tipos de inmunoglobulinas: la IgG y la IgM. Las inmunoglobulinas no determinan la presencia del virus, sino la respuesta inmunológica de nuestro cuerpo cuando hemos estado expuestos al virus. Es decir, si el individuo ha estado en contacto con el virus, haya desarrollado síntomas o no».
Si cuando se realiza una prueba de anticuerpos solamente se observa la presencia de IgM probablemente nos encontremos en las fases iniciales de la infección. «Cuando el análisis muestra IgG e IgM pensamos que ha pasado más tiempo desde el inicio de la infección y que quedan restos de la fase aguda. Cuando sólo se observan anticuerpos IgG pensamos que la fase de replicación viral ha pasado», explica.
Pero, además, cuando solamente se observa la presencia de IgM, como el tiempo de solapamiento en el tiempo entre la PCR y la IgM es alto, «podemos pensar», detalla, «que el individuo tiene virus activo, por eso se recomienda realizar a estos pacientes una prueba PCR para confirmar que el virus está activo».
Precaución: muchos pacientes PCR positivas pero sin síntomas
También hay que tener en cuenta, explica con detalle el Dr. Carnevali, que pasa un tiempo desde el contacto de una persona con el virus y su detección a través de PCR, es lo que denominamos periodo de incubación. «Durante este tiempo, que puede oscilar entre 3 y 12 días, el virus se está reproduciendo pero las pruebas para medirlo no son capaces de detectarlo. Normalmente cuando el individuo empieza a mostrar síntomas es cuando empezamos a ver su PCR como positiva, pero puede haber individuos que pueden tener la PCR positiva antes de mostrar síntomas (fase presintomática)», comenta.
Cuando se detecta un caso y estudian a los individuos que han estado en contacto con el virus, se observa que muchos pacientes tienen PCR positivas pero sin síntomas (se encuentran en fase presintomática). «Al observar la evolución de estas personas, se ve que al cabo de unos días algunos empiezan a mostrar síntomas. Esta es la razón por la que es importante que guarden cuarentena no sólo los infectados, sino también sus contactos aunque no hayan mostrado síntomas», advierte el Dr. Carnevali.
PCR a través de la saliva
Otra modalidad de diagnóstico es la prueba PCR a través de la saliva, una nueva categoría que brinda a los pacientes y a los sanitarios diversas ventajas, entre ellas, sin duda, una mayor comodidad porque es menos invasiva que otros tests. La prueba consiste en la amplificación de ARN del coronavirus SARS-CoV-2 a partir de muestra de saliva. Es una prueba de elevada sensibilidad y de elección para diagnóstico de infección activa. Puede darse el caso de algún falso negativo debido a una recogida inadecuada o por baja carga vírica.
Desde el punto de vista técnico la saliva es una muestra que tiene una sensibilidad algo menor que la muestra nasofaríngea sobre todo a “ciclos altos” (poca carga viral y por tanto con menos probabilidad de ser contagioso). La concordancia es prácticamente perfecta, con una sensibilidad del 95% y una especificidad del 100%.
Por tanto, y aunque la muestra nasofaríngea sigue siendo la más recomendada para el diagnóstico de infección por COVID19, la saliva está cogiendo protagonismo por la facilidad de la toma y su elevada concordancia con la muestra nasofaríngea. “Es por esto que la tenemos disponible siempre que se pida de manera expresa o proactiva por parte del paciente. Los resultados pueden estar en un tiempo mínimo de 3 horas y máximo de 24 horas, dependiendo de la hora de la llegada de la muestra a nuestro laboratorio”, explica la Dra. María Rosa Moyano del Estad, directora del laboratorio del Hospital Quirónsalud Sagrado Corazón de Sevilla.
Los test rápidos de antígenos
Otra prueba de diagnóstico son los test rápidos de antígenos (Ag) que son mucho más específicos que los test rápidos de anticuerpos que se utilizaron al inicio de la pandemia. «Se requiere la toma de muestra de exudado nasofaríngeo (como para la PCR) y ofrece los resultados en 15-20 minutos. Estos test tienen una sensibilidad del 93,3% y una especificidad del 99,4% y son más efectivos cuando el paciente presenta síntomas de la enfermedad entre el primer y el sexto día de evolución», detalla la Dra. Moyano.
La diferencia con respecto a otras pruebas es, sobre todo, la rapidez en la obtención del resultado, lo que permite tomar decisiones inmediatas sobre tratamiento y medidas de aislamiento del paciente y sus contactos directos, evitando mayores riesgos de contagio. Además, debido a que las pruebas de antígenos proporcionan información esencial en un momento del ciclo de la infección en el que las personas corren el mayor riesgo de propagar la enfermedad, pueden ser una herramienta potente para frenar la propagación de la infección.
Para entender mejor cómo sería la secuencia, la Dra. Moyano explica que primero se produce el contacto con el virus, un periodo de incubación (PCR negativa y antígenos negativos en un infectado). Más tarde la PCR sale positiva, después el test de antígeno también saldría positivo. Aproximadamente, al décimo día del contagio, lo más probable es que los test de antígeno no den positivo. Entre el séptimo y vigésimo primer día del contagio, la IgM suele ser positiva, después aparece la IgG. Según transcurre el tiempo y se supera la infección, la PCR da negativa, luego la IgM desaparece y después la IgG puede desaparecer o permanecer en el tiempo», concluye.
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