Los efectos negativos de correr distancias muy largas

Los efectos negativos de correr distancias muy largas
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Los corredores cada vez son más ambiciosos. No se conforman con realizar 5 o 10 kilómetros en su tirada. En muchos casos ponen a su cuerpo a prueba con distancias excesivamente elevadas, sin olvidarse de los esfuerzos que exige la preparación de ciertas carreras como los maratones. Sin embargo, puede que más de uno recule al leer este artículo. A continuación te presentamos los efectos negativos de correr distancias muy largas. No hay que olvidar que este tipo de entrenamientos a ritmo moderado reduce las posibilidades de mortalidad en un 30%, pero el peligro lo tienen los que se pasan horas y horas, casi a diario.

En primer lugar hay que decir que se reduce la masa encefálica, sobre todo en el área destinada a la vista. Así lo demostraron un grupo de científicos alemanes tras monitorizar a un grupo de participantes de la Trans Europe Foot Race, una competición que va desde Italia a Noruega y que supone unos 4.500 kilómetros en 64 días. Eso sí, al cabo de unos meses el cerebro recuperaba su tamaño normal y no se registraban daños a largo plazo. Puede que este acortamiento se deba a que durante unos cuantos días se mire siempre al frente y el cerebro se relaje un poco.

Con el impacto en el suelo al correr las articulaciones se van deteriorando. Esto lo sufren todo los que se ejercitan durante muchos kilómetros. Un estudio desveló que a partir de los primeros 2.000 kilómetros de carrera los cartílagos de tobillos, pies y rodillas se iba degradando. El científico encargado de este estudio también asegura que en etapas posteriores se regeneraban durante la carrera.

Cuando se realiza un esfuerzo físico tan intenso, como ocurre con las carreras de larga duración, el oxígeno y la glucosa van siempre a parar a los músculos para que continúe la marcha. El cerebro recibe únicamente lo necesario para mantener en orden las funciones vitales, pero no se encuentra en las mejores condiciones posibles. Durante un maratón es casi mejor que no le pregunte al corredor nada complicado. Le resultaría difícil darle respuesta.

Después de una jornada entera corriendo, como pasa con los participantes en pruebas de montaña, lo más normal es que se tengan alucinaciones. Después de muchas horas gastando suela, el ultracampeón Scott Jurek aseguró en su libro ‘Correr, correr, vivir’ que durante una de las competiciones que había visto a un camión atropellar a un fotógrafo que no existía. Es normal que existe cierto aturdimiento después de 20 horas seguidas corriendo.

En situaciones de gran esfuerzo muscular, como suele ocurrir en las carreras de larga duración, se producen roturas en los músculos que originan la filtración al torrente sanguíneo de creatina quinasa. Si consigue llegar a los riñones provoca un daño renal denominado rabdomiolisis. Además, los riñones también pueden verse afectados si no se hidratan lo adecuado, ya que se verían en la obligación de filtrar una sangre más espesa. Por lo tanto, no dudes en beber algo de líquido en los distintos puntos de avituallamiento.

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