Dra. Rybel Wix: «El cambio de horario puede afectar más a personas con depresión o ansiedad»
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El 28 de octubre en España se va produce el cambio de hora de otoño y los relojes se atrasan una hora. Desde sus orígenes hace cincuenta años hasta sus consecuencias contemporáneas, el cambio de hora en otoño sigue siendo un tema polémico pero también una tradición arraigada en muchos países, entre ellos España. La historia del cambio de hora empezó en la década de los 70, en respuesta a la primera crisis del petróleo. Muchos países decidieron adoptar esta medida para aprovechar mejor la luz solar y consumir menos electricidad y por lo tanto ahorrar en la factura energética y en recursos.
Sin embargo, este cambio de hora puede tener varios efectos en la salud y el bienestar de las personas. OKSALUD entrevista a la doctora Rybel Wix, neurofisióloga clínica del servicio de Neurofisiología Clínica del Hospital Universitario de La Princesa (Madrid) que explica cómo los niños se reponen antes del cambio de hora y cómo puede afectar más las personas con algún trastorno neurológico o anímico previo.
PREGUNTA.- ¿Cómo afecta el cambio de horario de invierno a la salud mental y física de las personas en general?
RESPUESTA.- El cambio de hora afecta nuestro sistema circadiano, que consta del reloj maestro, el núcleo supraquiasmático del hipotálamo y relojes periféricos. Este sistema juega un papel importante en la organización de procesos biológicos y fisiológicos, como el control de la temperatura corporal, presión arterial, secreción de hormonas, expresión genética y el sistema inmunitario. Los horarios de trabajo, los viajes y las actividades sociales, pueden llevar a horarios de sueño/vigilia y alimentación desalineados en relación con el reloj biológico. Esta desalineación puede alterar y perjudicar las funciones fisiológicas y psíquicas que pueden poner a las personas en mayor riesgo de padecer enfermedades crónicas como cáncer, enfermedades cardiovasculares y otros trastornos metabólicos. Comprender los mecanismos que regulan los ritmos circadianos del sueño permitiría establecer intervenciones conductuales que permitan reducir el riesgo de estas enfermedades. El sistema circadiano regula el metabolismo de la glucosa, los lípidos y la energía. Alteraciones de los ritmos alteran el metabolismo y producen enfermedades.
P.- ¿Existen diferencias significativas en la forma en que el cambio de horario de invierno afecta a las personas de diferentes edades? ¿En niños y ancianos?
R.- Los niños y las personas jóvenes tienen un sistema circadiano que se adaptará más fácilmente a estos cambios, mientras que el sistema circadiano de los ancianos es un sistema que se adapta peor a los cambios.
P.- ¿Cuáles son los síntomas más comunes que las personas experimentan durante la transición al horario de invierno?
R.- Los días son más cortos, la exposición al sol es menor y podemos experimentar dificultad para quedarnos dormidos a la hora deseada, insomnio, irritabilidad, falta de concentración, cansancio y somnolencia diurna.
El sueño es una necesidad fisiológica fundamental que debe ser satisfecha para asegurar la supervivencia. En cuanto a las funciones del sueño está la de la conservación de la energía metabólica, la cognición, termorregulación, maduración nerviosa, plasticidad neuronal y salud mental, durante el sueño ocurre una limpieza de los productos derivados del metabolismo celular cerebral, permite al cerebro restablecer la homeostasis sináptica, favoreciendo la consolidación de la memoria, también juega un papel importante en el mantenimiento del sistema inmune. La privación prolongada de sueño puede conducir a la muerte. El AOS es un factor de riesgo cardiovascular.
El cambio de hora modifica la secreción de melatonina que es la hormona que abre las puertas del sueño, si nuestro sistema circadiano no se alinea que el cambio de hora puede tener consecuencias graves para la salud: mayor riesgo de enfermedad cardíaca, obesidad, diabetes, depresión, menor adherencia a un patrón dietético saludable. El desajuste circadiano altera la tolerancia a la glucosa, la sensibilidad a la insulina, aumenta los factores inflamatorios, la tensión arterial, cambia la composición de la microbiota oral y empeora el humor.
P.- ¿Cuándo se considera necesario que alguien busque atención médica o consulte a una unidad de sueño debido a los efectos del cambio de horario?
R.- Cuando note que estos cambios le están produciendo repercusiones en su funcionamiento: alteración o dificultad en el desempeño social, laboral, educativo, académico, conductual u otros; cuando haya deterioro de la función cognitiva: memoria de trabajo, episódica, capacidad de resolver problemas o alteración de la capacidad para regular las emociones.
P.- ¿Existen estrategias o recomendaciones que una unidad de sueño pueda ofrecer para mitigar los efectos negativos del cambio de horario de invierno?
R.- Unos día antes del día del cambio de hora, sería recomendable adelantar 15 minutos la hora de irnos a la cama. Una vez que hayamos hecho el cambio de hora es recomendable mantener horarios fijos para acostarse y levantarse incluido los fines de semana, la hora de levantarse es muy importante que sea siempre la misma y exponerse a la luz solar por las mañanas.
Nuestro cerebro agradece antes de dormir el orden y las rutinas, es muy importante conseguir un grado de relajación suficiente que favorezca la transición de vigilia hacia el sueño. Es importante evitar aquellas situaciones que nos activen (discusiones, planificar la jornada laboral, actividad física intensa); hacer ejercicios aeróbicos de manera regular, mejor si es al aire libre, no muy cerca de la hora de irse a la cama; controlar el uso de pantallas y dispositivos que emitan luz azul por la noche, ya que no favorecen la liberación de melatonina; se pueden hacer siestas cortas de 20 minutos; la temperatura de la habitación debe ser adecuada, en un ambiente que favorezca la relajación, con poca luz y con poco ruido; debemos cenar ligero y no muy cerca de la hora de irnos a la cama; usar pijamas adecuados a la estación del año y relajarnos con un libro o escuchando música o cualquier otra actividad que permita una desactivación progresiva que favorezca el sueño.
P.- ¿Es importante considerar el cambio de horario de invierno en el tratamiento de pacientes con trastornos neurológicos preexistentes, como la depresión o la ansiedad?
R.- El cambio de horario puede afectar más a personas con depresión o ansiedad, ya que un buen sueño favorece un buen estado de ánimo, contribuye a la regulación de las emociones, ayuda a resolver la angustia emocional asociada a los eventos estresantes. El cambio de hora puede producir insomnio y los pacientes pueden experimentar falta de control, de amabilidad, neuroticismo, fatiga, peor respuesta al estrés, perfeccionismo, incapacidad de experimentar experiencias placenteras o felicidad.
Las intervenciones que refuerzan los ritmos circadianos promueven la salud, aumentan la esperanza de vida y retrasan el envejecimiento. Para evitar la desalineación circadiana y los efectos adversos para la salud la sociedad Española de Sueño, la Sociedad Europea de Sueño y la Academia Americana de Sueño apoyan mantener el horario de verano permanentemente.