Neurología

Autismo: diagnóstico precoz y tratamiento personalizado a través de las bacterias de la boca

La Fundación Querer investiga la conexión entre microbiota oral y trastornos del neurodesarrollo

Cada vez hay más evidencias de que el eje intestino-cerebro tiene un papel clave en el desarrollo neurológico

microbiota
El estudio se ha presentado en las VI Jornadas Neurocientíficas y Educativas Fundación Querer.

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La Fundación Querer ha puesto en marcha un ambicioso estudio científico para explorar una posible relación entre la microbiota bucal y los trastornos del neurodesarrollo (TND), como el autismo o el TDAH. Las doctoras Mariangela Tabone y Montserrat Diéguez Pérez, de la Universidad Europea de Madrid y responsables del proyecto, explican en declaraciones a OKSALUD, que esta investigación, que se desarrollará durante el curso escolar 2024/2025 con una muestra de 72 niños y niñas, podría abrir nuevas vías de prevención, diagnóstico y tratamiento para mejorar la calidad de vida de estos pacientes.

Cada vez es más evidente, la relación que existe entre el eje intestino-cerebro y su papel clave en el desarrollo neurológico. Para comprobar hasta dónde llega este binomio, durante el estudio se recogerán muestras de saliva y se evaluará la salud bucodental de los participantes en centros escolares. Tal como explican las doctoras, el objetivo es encontrar indicios sólidos que confirmen el papel que la salud oral podría tener en el neurodesarrollo. «Cada vez hay más evidencias de que el eje intestino-cerebro tiene un papel clave en el desarrollo neurológico, y estamos buscando posibles indicios que mejoren significativamente la calidad de vida de los pacientes», señalan.

Aunque la mayoría de estudios sobre microbiota y neurodesarrollo se han centrado en el intestino, en este caso las investigadoras han optado por estudiar el ecosistema microbiano de la boca. Las doctoras Tabone y Diéguez Pérez, explican que existen razones clínicas de peso para ello.

Según apuntan las expertas, los niños con TND suelen presentar una salud bucodental más comprometida en comparación con sus pares neurotípicos. Factores como las dificultades motoras, la sensibilidad sensorial al cepillado, la preferencia por dietas ricas en azúcares, la medicación que reduce el flujo salival y la complejidad del manejo clínico en consulta dificultan el mantenimiento de una higiene oral adecuada. Por ello, defienden que obtener datos actuales sobre su microbiota oral podría ayudar a diseñar estrategias de prevención más eficaces y adaptadas a sus necesidades.

Primeros hallazgos

Los primeros resultados del estudio revelan diferencias significativas en la composición de la microbiota oral entre los niños con TND y los neurotípicos. Las investigadoras han detectado una mayor abundancia de bacterias potencialmente patógenas en los niños con autismo, mientras que en el grupo de control predominan los microorganismos considerados beneficiosos. Este desequilibrio podría no solo afectar la salud oral, sino también estar relacionado con procesos neuroinflamatorios o alteraciones en el sistema nervioso.

Aunque los mecanismos aún no se comprenden del todo, las doctoras señalan que la microbiota oral podría influir en el cerebro de forma similar a como lo hace la intestinal. La producción de compuestos proinflamatorios, la modulación del sistema inmune o la generación de metabolitos neuroactivos (como neurotransmisores y sus precursores) son vías plausibles. Además, recuerdan que la boca está conectada con el sistema nervioso a través de múltiples nervios craneales, lo que facilitaría una comunicación bidireccional entre microbiota y cerebro.

Más allá del análisis de saliva, el estudio también incluye una evaluación clínica completa de la salud bucodental. Se examinan parámetros como la presencia de caries, placa, inflamación gingival o maloclusiones, así como los hábitos de higiene y alimentación de cada niño. Este enfoque multidimensional permite establecer relaciones más sólidas entre el estado bucal y los posibles impactos en el neurodesarrollo.

Implicaciones clínicas prometedoras

Si se confirma una relación directa entre la microbiota oral y los TND, el impacto clínico podría ser significativo. Las doctoras apuntan que esta evidencia abriría la puerta a herramientas de diagnóstico precoz basadas en perfiles bacterianos, y permitiría diseñar estrategias preventivas y terapéuticas personalizadas que integren la salud oral dentro del abordaje de estos trastornos.

Además, rutinas de higiene bucodental específicas o incluso el uso de probióticos orales podrían convertirse en componentes clave del tratamiento. «Una higiene adecuada ayuda a mantener el equilibrio microbiano. Mejorarla y complementarla con probióticos específicos podría ser muy útil para estos pacientes», afirman, aunque recuerdan que aún se necesita más investigación antes de aplicar estas medidas de forma generalizada.

Un estudio con alma

Pese a las posibles complicaciones metodológicas de trabajar con población infantil, especialmente con niños con autismo, las investigadoras destacan el entorno facilitador de la Fundación Querer. Agradecen la implicación de los padres y educadores del colegio Celia y Pepe, donde se ha desarrollado parte del trabajo, y aseguran que «solo hace falta un poco de destreza y mucho corazón» para llevar adelante un estudio de este tipo.

Con esta investigación, la Fundación Querer vuelve a situarse a la vanguardia del conocimiento sobre los trastornos del neurodesarrollo, abriendo una nueva línea de trabajo en un terreno poco explorado: la boca como espejo, y quizá también llave, del cerebro.

 

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