Así influye la nutrición en el tratamiento de las enfermedades metabólicas raras

enfermedades raras
La Dra. Adriana Pané Vila y la nutricionista Cristina Montserrat.

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La nutrición desempeña un papel fundamental en el mantenimiento de la salud y el bienestar humano. Su importancia se ve magnificada cuando se considera su vínculo directo con la prevención y el manejo de diversas enfermedades, incluidas las raras. Las enfermedades raras, caracterizadas por su baja prevalencia y a menudo por su complejidad clínica, presentan desafíos únicos para los pacientes y los profesionales de la salud. En este contexto, la nutrición se convierte en un componente esencial para mejorar la calidad de vida de aquellos afectados por estas enfermedades.

Una alimentación equilibrada no solo proporciona los nutrientes esenciales para el funcionamiento óptimo del cuerpo, sino que también puede influir en la expresión genética y en la respuesta del sistema inmunológico. En el caso de enfermedades raras, donde la genética juega un papel crucial, la nutrición adecuada puede desempeñar un papel significativo en la modulación de los síntomas y la progresión de la enfermedad. Además, en muchos casos, las personas con enfermedades raras pueden enfrentar desafíos específicos en la absorción de nutrientes, lo que resalta aún más la importancia de abordar sus necesidades nutricionales de manera precisa y personalizada.

Entrevistamos a las doctoras Adriana Pané Vila, especialista en Endocrinología y Nutrición en el Hospital Clínic de Barcelona y Cristina Montserrat Carbonell, dietista nutricionista con rol avanzado Unidad de Errores Innatos del Metabolismo del Hospital Clínic Barcelona, para que nos hablen sobre la conexión esencial entre la nutrición y la gestión de enfermedades raras en la que ambas subrayan la necesidad de un enfoque holístico que incluya la atención médica, la investigación genética y la orientación nutricional para mejorar la calidad de vida de quienes enfrentan estas condiciones únicas.

Si hablamos de qué se considera una enfermedad rara, la Dra. Adriana Pané, las define en declaraciones a OKSALUD como: «Aquellos trastornos que afectan a un número muy pequeño de personas: menos de 5 casos por cada 10.000 habitantes». Dentro de este grupo se engloban las las enfermedades metabólicas hereditarias que son un grupo amplio dentro de estas patologías.

Las enfermedades metabólicas son trastornos genéticos que pueden afectar la forma en que nuestro cuerpo procesa los nutrientes de nuestra alimentación, como carbohidratos, grasas y proteínas, siendo las más comunes la fenilcetonuria (PKU), la galactosemia, la tirosinemia o la homocistinuria. En lo referente a su diagnóstico, la precocidad es fundamental, la Dra. Pané explica: «El cribado neonatal, más conocido como ‘la prueba del talón’, nos ayuda a detectar la presencia de ciertas enfermedades metabólicas hereditarias, antes de que aparezcan síntomas. Esta estrategia nos permite iniciar un tratamiento de forma precoz y así, poder minimizar o evitar el desarrollo futuro de complicaciones» y concluye: «Es de gran relevancia que los programas de cribado neonatal incluyan cada vez más enfermedades y que bajo el concepto de equidad, estas estrategias lleguen a toda la población en igualdad de condiciones. Ello es posible concienciando a las administraciones públicas del beneficio que supone para los afectados y sus familias y en su conjunto para la sociedad».

Las enfermedades metabólicas hereditarias se deben a la presencia de mutaciones genéticas que dan lugar a la obtención de una proteína  anómala y por tanto, no funcional, tal y como explica la doctora Pané y generalmente afecta a las enzimas los que lleva a producir tres tipos de síntomas diferenciados: un acúmulo del sustrato no metabolizado (por ejemplo: amonio, fenilalanina, galactosa); una disminución del producto en el que se debería haber transformado el sustrato de la reacción enzimática (por ejemplo: tirosina) y la formación de metabolitos alternativos (pueden ser tóxicos).

Nutrición y dieta especiales

Los 3 tipos de sintomatología son responsables del cuadro clínico de los pacientes, que puede incluir crisis agudas por acumulación de tóxicos (disminución del nivel de conciencia, convulsiones, vómitos, etc.) o defectos más a largo plazo (defectos motores y/o intelectuales, alteraciones del crecimiento, etc.). Partiendo de estos  mecanismos, podemos pensar también en los tratamientos: reducir el aporte del sustrato (evitar el consumo de ciertos alimentos); promover la actividad enzimática residual y favorecer la eliminación de las sustancias tóxicas y administrar la sustancia o producto que deja de sintetizarse como consecuencia del defecto enzimático.

Una dieta específica y personalizada es un paso primordial en los pacientes afectados y se instaura lo antes posible tras el diagnóstico, explica la Dra. Cristina Montserrat Carbonell, por lo que «cada el patrón de dieta que han conocido es el suyo, con sus modificaciones, limitaciones o uso de alimentos y formulas especiales». En cuanto a su seguimiento de la misma, la Dra. afirma: «Habitualmente la adherencia es buena, pero en algunos periodos de la vida pueden producirse más transgresiones (adolescencia, inicio de la vida laboral, reciente maternidad/paternidad, etc.) y también, cuando el diagnóstico se produce de forma tardía y por tanto, se debe introducir un patrón de ingesta completamente diferente al habitual. Un factor importante que impacta negativamente en la adherencia al tratamiento nutricional es el coste de los alimentos especiales (ej. productos con bajo contenido en proteínas), cuyo precio puede triplicar el coste de un alimento regular. Buscar mecanismos para que estos alimentos estén financiados, como en otros países de la Unión Europea, podría favorecer la adherencia y por tanto, minimizar el desarrollo de síntomas y potenciales secuelas (retraso intelectual, compromiso del desarrollo motor, etc.)».

La nutrición, junto al tratamiento farmacológico o enzimático (si está disponible), desempeña un papel crucial como parte de la terapia, explica la Dra. Carbonell: «Su adecuando seguimiento minimiza la aparición de síntomas o el desarrollo de secuelas. En algunas enfermedades como los defectos del ciclo de la urea o las acidemias orgánicas, la terapia consiste en seguir una dieta baja en proteínas (baja en carne, huevo, pescado, lácteos, pero también legumbres, cereales y féculas). Por ello, deben usarse alimentos para usos médicos especiales y fórmulas dietéticas adaptadas según cada condición médica. En otros casos, el tratamiento nutricional se dirige a limitar la cantidad y el tipo de grasa (defectos de la β-oxidación), o bien el tipo de hidratos de carbono (galactosemia, glucogenosis). Para ciertas enfermedades, la dieta cetogénica constituye la base terapéutica en la deficiencia de GLUT1, una condición metabólica en que las neuronas no pueden aprovechar la glucosa para obtener energía, y también en la deficiencia de piruvato deshidrogenasa (PDH). En todos los casos, la evaluación periódica por parte de un equipo multidisciplinar (dietista-nutricionista con rol avanzado en metabolopatías, endocrinología-nutrición, medicina interna, bioquímica) permite adaptar el tratamiento según las necesidades vitales en cada etapa de la vida».

Al tratarse de enfermedades muy poco conocidas, explican las doctoras a OKSALUD, su diagnóstico se acompaña de una gran incertidumbre y estrés que impactan no solo al paciente, sino a su entorno más cercano. Además, su tratamiento repercute en los hábitos dietéticos de todo el núcleo familiar, entorno escolar y laboral, pudiendo llegar a afectar las relaciones sociales.

Prevalencia y prevención

La prevalencia de las enfermedades metabólicas hereditarias es altamente variable. La Dra. Pané explica que si tomamos como referencia la celiaquía, 1 de cada 100 personas de la población española estaría afectada. En el caso de la fenilcetonuria, la prevalencia se sitúa en 1 de cada 12.000-14.000 personas. Pero, existen otras enfermedades metabólicas menos frecuentes y no por ello, menos importantes, como por ejemplo la aciduria glutárica tipo 1, que afecta 1 persona por cada 40.000-50.000 o la deficiencia de GLUT1, con 1 caso por cada 25.000-80.000 habitantes.

Por su carácter esencialmente genético, no podemos pensar en una prevención total. Sin embargo, la Dra. Pané cree que gracias a los programas de cribado neonatal, en muchos casos se puede realizar un diagnóstico precoz y así, iniciar su tratamiento (dietético y/o farmacológico) antes de que puedan aparecer síntomas o secuelas de gravedad. La prevención, entendida como la posibilidad de evitar la enfermedad a nuestros hijos e hijas, puede ofrecerse a los pacientes o familiares mediante el diagnóstico genético preimplantacional.

«Sabemos que la práctica de actividad física de forma regular no solo proporciona un mejor estado físico, sino que también proporciona beneficios en el aspecto emocional, psíquico y social. Mantener una vida activa y realizar ejercicio físico evita el desarrollo de múltiples enfermedades crónicas, como por ejemplo la enfermedad cardiovascular, la diabetes o la obesidad. Por lo tanto, también es importante fomentar la actividad física en este grupo de personas para promover un envejecimiento activo y saludable. No existe una limitación para realizar ejercicio físico, pero sí debe realizarse una adaptación según  la ruta metabólica que se encuentre afectada. Si se alteran las rutas metabólicas de las grasas o de los carbohidratos, existe  una limitación en la obtención de energía. Si existe una limitación en la ingesta proteica, debe buscarse la forma de alcanzar los requerimientos proteicos mediante preparados dietéticos de usos médicos especiales. Dependiendo del tipo de actividad física, habrá un aumento de las necesidades energéticas, proteicas o ambas. En cualquier caso, debemos aplicar estrategias nutricionales individualizadas para cubrir estas demandas», declara la Dra. Carbonell.

Desafíos

A la hora de la investigación y sus retos más inminentes, la doctora Pané opina: «El principal desafío que debemos afrontar es promover la investigación de estas enfermedades, pues por ser infrecuentes, hay una tendencia a invertir menos recursos. Además, en algunos casos falta definir cuáles son los mecanismos directamente responsables del cuadro clínico de la enfermedad, siendo mucho más difícil poder establecer una estrategia terapéutica dirigida. Existe un amplio abanico de nuevas opciones terapéuticas, desde la terapia génica, el uso de microRNA o, la terapia enzimática. Sin embargo, según cuál sea el defecto que conduce al desarrollo de síntomas (déficit de productos esenciales, acumulación de metabolitos tóxicos), la terapia a considerar será diferente».

Aunque el desarrollo de nuevos tratamientos siempre es un proceso largo y costoso, no es imposible. De hecho, gracias a la colaboración entre distintos especialistas (bioquímicos, biólogos, genetistas bioingenieros, farmacólogos, médicos, dietistas-nutricionistas) y centros sanitarios nacionales e internacionales, ha sido posible y es posible ensayar nuevas terapias.

Las doctoras concluyen explicando la importancia que tienen las campañas de concienciación y visibilidad como el Día Mundial de las Enfermedades Raras. Detrás de unos nombres que pueden sonar ‘raros’ (leucinosis,  síndrome de Muckle-Wells, trimetilaminuria, acromegalia, síndrome de Phelan-McDermid, etc.) se encuentran un sinfín de personas y familias muy ‘normales’, pero que, para ellas son, sin duda, ‘increíbles’ y piensan que se merecen mayor atención y visibilidad todos los días del año.

Y estas doctoras terminan la entrevista lanzando un mensaje de ánimo a sus pacientes como son el pequeño Pol, Ángel, Adrià, Noelia; la energética Candela; las futuras mamás Cristina y Sònia; las ya mamás Desirée, Bárbara y Georgina; la artista Raquel; las incansables Melisa y Kristin, Ezequiel, Rita, Laura; las siempre sonrientes Magda y Elena; el valiente Ferrán;  las corredoras Estefania e Ingrid; las imparables Júlia y Aleix; el experto culinario Eric; los papás Esteve y Saul, Paula, Tamara; los imparables Ricard, Guillem y Carlos; las luchadoras Glòria, Laia, Jordi; las perseverantes Mar y Ona, Salma, Manuel, Natalia, Marta; la veterana Victoria y muchísimos amigos y amigas más, en este día de las Enfermedades Raras y en cualquier otro: «Siempre estaremos a vuestro lado. Puede que el camino no sea el que esperábamos, quizás tampoco sea fácil, pero la superación de cualquier desafío es posible cuando se afronta en equipo».

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