Vuelve la expectación a los Premios Princesa de Asturias

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Un año más, la atención de los medios de comunicación gira sus focos hacía la capital del Principado de Asturias, adonde este fin de semana se traslada la Familia Real al completo -incluida la Reina Sofía-para presidir los actos de los Premios Princesa de Asturias. Oviedo se convierte durante estos días en el centro de interés informativo no sólo desde un punto de vista nacional sino también internacional, al congregar a personalidades de primer orden en el campo de la cultura, la ciencia, la sociología, el deporte, el arte y la solidaridad. No es cosa menor tener en tierras asturianas a los descubridores de la vacuna del Covid 19, a la pionera en el campo de la performance, a la defensora del y por el feminismo a ultranza, a un chef con estrellas Michelin reconvertido en proveedor de comida para los desheredados de la fortuna durante la pandemia, a la deportista que a pesar de su discapacidad ha logrado casi las mismas medallas que atléticos competidores en plena forma física,  a un escritor comprometido con los temas elegidos para desarrollar en sus libros…

Todos los premiados se comprometen a recoger sus premios en mano: es una de las condiciones exigidas por la Fundación Princesa de Asturias para otorgar sus galardones que se ha respetado casi siempre, salvo en escasísimas ocasiones. Pero desde hace ya una decena de años, los premiados no sólo están en la capital ovetense para recibir de manos del Rey o la Princesa de Asturias su galardón. A todos ellos se les pide que vengan unos días antes para compartir sus experiencias con las personas que acuden a Oviedo a ver el increíble ambiente que se crea durante esta semana de Octubre. Una experiencia única ideada por el actual equipo de la Fundación, con la Directora Teresa Sanjurjo al frente, cuya labor ha sido crucial para hacer llegar todo lo relativo a los premios al máximo de personas posibles, por medio de la difusión en directo de esos contactos entre premiados y público.

La expectación es enorme este año por varias razones. La primera, porque se va a ver a la heredera de la Corona por primera vez desde su partida al Atlantic College, a final de Agosto, para iniciar sus estudios durante dos años en el extranjero. La segunda porque esta vez se va a recuperar, en parte, el protocolo y el desarrollo de los galardones después de los confinamientos del año pasado motivados por la pandemia del coronavirus. Y la tercera por ver si las restricciones a las que está obligada la Fundación todavía no restan brillantez a los actos principales de los Premios: el encuentro de los galardonados con la  Familia Real cuando les entregan las insignias que acreditan su condición de ganadores, el acto de entrega en el Teatro Campoamor y la visita al Pueblo Ejemplar de este año, el sábado por la mañana. Por cierto, la Reina Sofía sí estará en la entrega de galardones como cada año, lo que no impedirá que vuele al día siguiente a Atenas para asistir a la boda de su sobrino Philipos, hijo pequeño de su hermano Constantino.

Una vez más, habrá que estar al tanto de la intervención de la Princesa Leonor y también de la de su padre, el Rey Felipe, en el cierre de la ceremonia ya que suele lanzar algún mensaje importante y, de alguna manera, más personal del monarca. Habrá que ver por dónde van esta vez las palabras de don Felipe.

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