Tiempo de calma antes de que la Justicia se pronuncie sobre el Rey emérito

Tiempo de calma antes de que la Justicia se pronuncie sobre el Rey emérito

Los pronósticos que circulaban cada dos por tres acerca del regreso del Rey Juan Carlos a España, que algunos aseguraban inminentes, no se han cumplido, al menos por el momento. El origen de esos rumores provenía de personas próximas al anterior Monarca que siguen alentando la teoría de que, una vez regularizadas ante la Hacienda pública española dos de las cuentas ocultas, desaparecían los impedimentos que hacían poco aconsejable el regreso a su país del Rey desterrado. Son los integrantes de ese círculo de apoyo a Don Juan Carlos, cuyos nombres permanecen ocultos, los que han mantenido una lealtad inamovible al padre del actual Jefe del Estado y aprovechan cualquier ocasión para reivindicar que no hay motivo alguno para que siga en un país que le es ajeno y extraño a pesar de ser tratado allí como un huésped excepcionalmente importante.

Sin embargo, por ahora, parece haber triunfado la teoría más prudente y sensata que viene desaconsejando el viaje de retorno de Don Juan Carlos a España en un momento en el que ni se han hecho públicos los resultados de la investigación iniciada el pasado verano por la Fiscalía del Tribunal Supremo, ni las conclusiones de la Fiscalía Anticorrupción ni de la propia Inspección Fiscal. Los tres organismos parecen no tener mucha prisa en emitir sus informes y se alega que tienen que examinar todos los documentos de forma exhaustiva, dado el rango del personaje investigado, para no cometer ningún tipo de error. Tanto la Casa de S.M. el Rey como el Gobierno, de forma oficiosa, rechazan que el anterior Monarca español vuelva a España antes de que se pronuncien las instituciones implicadas en la investigación de las presuntas acciones irregulares en el campo fiscal realizadas por Don Juan Carlos.

En otro aspecto de la cuestión, se mezcla el deseo del Rey emérito de volver al que ha sido su hogar durante casi sesenta años, el Palacio de la Zarzuela, algo que desaprueban los responsables de la institución de la Corona y el propio Gobierno de Pedro Sánchez. El presidente ha expresado en varias ruedas de prensa que el comportamiento del anterior Rey le causa honda perturbación y lo ha calificado de conducta incívica. Pero lo que ya parece más inapropiado es que se haya extendido el rumor por parte de sus amigos más cercanos, que han compartido aficiones con él, de que don Juan Carlos quería estar en Sangenjo para poder participar en una regata con su actual velero, algo que sería una clara muestra de frivolidad de cara a la opinión pública.

Las semanas y los meses pasan y se ha entrado en un tiempo de tensa calma que puede ser el preludio de la publicación de los resultados de la profunda investigación de diversos organismos que tienen claro que cuando se hagan públicas sus conclusiones, no podrán quedar cabos sueltos. No sería de recibo.

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