El ‘Tamudazo’ de Albiol en Badalona

El ‘Tamudazo’ de Albiol en Badalona
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Hay ‘pericos’, los aficionados del RCD Espanyol, que son del PP, socialistas, comunistas, secesionistas, de Cs, de Vox y de cualquier ideología que se puedan imaginar. Pero todos tenemos una característica común, la capacidad de resistir. Desde niños vivimos rodeados de ‘culés’ que nos restriegan sus triunfos, pero los espanyolistas aguantamos y no cambiamos de colores. Así es Xavier García Albiol, un resistente que ha esperado su momento, y ha resucitado cuando muchos le daban por acabado. Como Raúl Tamudo, que le fastidió una liga al Barça cuando el Camp Nou ya la celebraba, o como Ferran Corominas, que salvó al Espanyol de bajar a Segunda en el último segundo, del último partido de la temporada 2005-2006.

Badalona es un feudo de la izquierda catalana. Hasta que llegó Albiol. Comenzó en 1991 siendo el único edil de la bancada popular. Tenía enfrente a 14 concejales del PSC, a 7 de Iniciativa y a 5 de CiU. Desde 2011 ha ganado todas las elecciones municipales celebradas en la ciudad, y fue alcalde durante cuatro años (2011-2015). El “todos contra Albiol” funcionó en el período 2015-2020, en el que detentaron la alcaldía los fanáticos ‘cuperos’ de Dolors Sabater y los socialistas del dimisionario Álex Pastor. En mayo de 2019 el PP consiguió 11 escaños sobre 27. Desde que venció por primera vez no ha parado de crecer en regidores, pero el cordón sanitario de la izquierda y el separatismo le mandaron al banquillo de la oposición.

Albiol parecía un político acabado, se llevó las bofetadas electorales que buena parte del electorado constitucionalista catalán quería darle a Mariano Rajoy por su tibia y tardía respuesta al desafío secesionista. Como presidente del Partido Popular catalán actuó como él sabe, con un discurso contundente y sin complejos contra el separatismo. Pero sus palabras en Barcelona eran desmentidas por los hechos de sus correligionarios en Madrid, y el PP se hundió en las autonómicas del 2017. Bajaron de 11 a 4 diputados, y tuvo que dimitir de su cargo. Se centró en Badalona y anunció batalla. Volvió a ganar en 2019, pero el cordón sanitario se activó a la perfección y siguió en los banquillos de la dura y árida oposición municipal.

Entonces llegó el incidente de Álex Pastor. El alcalde socialista tuvo que dimitir por conducir en estado de embriaguez, resistencia a la autoridad y saltase el confinamiento. Parecía que el frente anti-Albiol se repetiría con la eficacia de un reloj suizo. De hecho, el pacto estaba ya preparado. PSC, JxCAT, ERC y Comunes acordaron que socialistas y los ‘cuperos’ de la fanática Dolors Sabater se repartirían la alcaldía durante 18 meses para cada formación. Solo faltaba la firma de los antisistema. Albiol parecía condenado a seguir en la reserva. Pero en política quien resiste gana, él jugó la carta a tope de Badalona y al ser la fuerza más votada, cualquier pelea entre sus adversarios le daba la victoria.

Así fue. El fanatismo ‘cupero’, que se dedicó jugar al póker y a subir la apuesta, llevó a Albiol a la alcaldía. Los antisistema, a pocos minutos del inicio del pleno, no firmaron el acuerdo con el resto de fuerzas anti-PP porque querían dos años para ellos, y uno para los socialistas. Y se rompió la baraja. Aun así JxCAT, ERC y Comunes votaron a Sabater. Pero los socialistas, a diferencia de lo que hicieron en 2015, se negaron. Una mezcla de evitar la humillación a última hora por parte de los ‘cuperos’, el hartazgo por los insultos que los antisistema les propinan cada día y las presiones de amplios sectores del socialismo catalán que veían un error situar de alcaldesa a una radical como Sabater, llevó a que los regidores del PSC votaran a su candidato, Rubén Guijarro. Y eso significaba que nadie conseguía los 14 votos necesarios, lo que le daba el cargo al ‘popular’, por ser el cabeza de lista del partido más votado en las últimas municipales.

Albiol no lo tendrá fácil. Gobierna en minoría y en cualquier momento la oposición puede ponerse de acuerdo y echarle de la alcaldía. Ada Colau no tardó ni un par de horas en exigir a socialistas y antisistema que se pusieran de acuerdo para presentar una moción de censura. Pero de momento ya tiene la vara de mando. Y como buen ‘perico’ sabe resistir lo que le echen. Su ‘Tamudazo’ ha hecho rabiar al separatismo. Basta con leer las redes sociales de Pilar Rahola o del millonario televisivo Toni Soler, uno de los productores más beneficiados por TV3, para darse cuenta del cabreo secesionista por no haber conseguido situar a la radical Sabater al frente de la cuarta ciudad de Cataluña.

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