Si Errejón es culpable, Yolanda Díaz lo encubrió
La retirada de la vida política de Íñigo Errejón como consecuencia de la polémica desatada a raíz de las acusaciones contra su persona por un presunto caso de violencia psicológica y sexual responde, más allá de que se investiguen las denuncias, a la guerra desatada a la izquierda del PSOE, donde Sumar y Podemos mantienen una soterrada batalla con extensión en las redes sociales. No se trata, en ningún caso, de restar gravedad a las acusaciones, si bien no parece que la fórmula elegida para hacerlas públicas -sin mediar denuncia ante la Policía- sea la mejor para poder hacerse una idea aproximada de lo ocurrido.
Lo que está claro es que, con independencia de que se investiguen los hechos, estamos ante una encarnizada lucha política en la que Podemos ha utilizado las acusaciones de la presunta víctima como munición para llevarse por delante la figura de Errejón, enemigo íntimo del entorno de Pablo Iglesias e Irene Montero. Eso no quita para restar credibilidad a las acusaciones, sino para contextualizar lo sucedido. Que Yolanda Díaz conocía las acusaciones es evidente, tanto como que Podemos, que también las conocía, las ha utilizado como arma contra Sumar.
Insistimos: no se trata de dudar de la versión de la denunciante o denunciantes. Bajo ningún concepto. Es más, Errejón, con su retirada, las avala. Alguien que se sabe inocente no se va de esta manera. Por tanto su huida es toda una asunción de culpabilidad. Pero no es menos cierto que el caso que ahora nos ocupa viene de lejos y que ha estallado ahora con toda su crudeza, cuando Podemos intenta emerger políticamente a costa del hundimiento de Sumar.
Lo cierto es que Errejón ha caído y que Sumar está descabezado, sumido en el más absoluto de los descréditos. Yolanda Díaz, que estaba al tanto de todo, presume ahora, en una portentosa exhibición de hipocresía, de su compromiso contra el machismo, pero ha dejado pasar el tiempo hasta verse superada por los acontecimientos. Dicho de otro modo: si Errejón es culpable, Yolanda Díaz lo encubrió.